La gloria olímpica en la Antigüedad

Orígenes y significado de los Juegos Olímpicos Imagen meramente ilustrativa. Los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, celebrados en Olimpia (G...

Mostrando entradas con la etiqueta Pensamiento político. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pensamiento político. Mostrar todas las entradas

Polibio: un destacado historiador político de la antigua Grecia

Una huella imborrable

Polibio, ante todo, fue un destacado historiador político de la antigua Grecia. Dejó una huella imborrable en el campo de la historiografía con su obra maestra Historias. Nacido alrededor del 200 a.C. en Megalópolis (Arcadia), este autor fue testigo de los grandes cambios políticos y militares de su época. Su incursión en la política y su cautiverio en Roma le permitieron adquirir un conocimiento único sobre los sistemas políticos y militares de su tiempo.

Las Erinias o de la manera en que se resuelve un conflicto antes que medie la ley

Las Erinias, en la mitología griega eran personificaciones femeninas que perseguían venganza, buscando a los autores de ciertos crímenes o supuestos culpables de los mismos

Las Erinias o Furias y Orestes

“La justicia es el gobierno del pueblo, el cual es la individualidad presente a sí de la esencia universal y la voluntad propia y autoconsciente de todos. Pero la justicia que le devuelve el equilibrio a lo que universal que sobrepuja al individuo singular es, en la misma medida, el espíritu simple de aquel que ha padecido la injusticia-no se descompone en el que ha padecido  y en alguna esencia que esté  más allá; aquél es, él mismo, el orden subterráneo, y es su Erinia la que urde la venganza; pues su individualidad, su sangre, sigue viviendo en la casa; su sustancia tiene una realidad efectiva duradera. La injusticia que pueda hacérsela al individuo singular en el reino de la eticidad es solamente esto; que a él le ocurra pura y simplemente algo”. (Hegel, G. “Fenomenología del espíritu”. Pág. 299. Editorial Gredos. Madrid.2010).

Sarpullido Inglés

El remedio democrático, en su función de placebo, debe demostrar, cada tanto, su inutilidad para que creamos que deseamos dejar de estar enfermos

El remedio democrático, en su función de placebo, debe demostrar, cada tanto,
su inutilidad para que creamos que deseamos dejar de estar enfermos
Volvió a producirse el síntoma. Tal vez en el mejor momento, cuando el paciente, creyéndose sano, amenazó con extraviarse en jornadas dionisíacas de exceso, abotagado de circunstancial sanidad, se sintió envalentonado por la soberbia de haber creído que, sintiéndose vencedor de la enfermedad que lo aqueja, le daría derecho y sobre todo, posibilidad, para parársele a la muerte misma. La fiebre le volvió a subir, el escozor regreso y las remembranzas no sólo que son obvias, sino conducentes. La cuestión de fondo, la enfermedad de base, no sólo que sigue presente, sino que nunca fue tratada ni diagnosticada. A ningún médico le podría alegrar la descomposición de un paciente, sin embargo, muy dentro suyo, a esté, no le convenció nunca la supuesta recuperación, mágica y sin precedentes, del enfermo que creyó que se curaba por tan sólo cambiar de médico, o en el mejor de los casos de tratamiento o medicamentos, sin el debido diagnóstico previo y exacto.

La extrema necesidad de tipificar la mala praxis política

En términos de introducción a la filosofía estamos confundiendo, o nos conducen a que confundamos, las nociones de sujeto y predicado 
La extrema necesidad de tipificar la mala praxis política
De un tiempo a esta parte, las democracias occidentales, reaccionan ante la gravedad de sus males, mediante el menos democrático de sus poderes, como menos público y publicitado, el poder judicial, por intermedio de la supuesta cura, que la convierten en una suerte de bálsamo milagroso, como lo es el procesamiento, el diligenciamiento y el inicio de la penalización ante posibles y plausibles hechos de corrupción perpetrados por otrora hombres en la cúspide del manejo de la cosa pública. Esta radicalización, sacralización de lo metodológico, mediante la acción punitiva o sancionatoria hacia quiénes pudiese haber desfalcado al estado para beneficio propio, repetidas autómata como maquinalmente, por medios de comunicación, no sólo que banalizan el mal mismo, a decir de Arendt, sino que construyen un ideario social, en donde lo único que importa son los sujetos, es decir los nombres y apellidos de los punibles, más no así las acciones que puedan o debieran haber llevado ante el manejo de lo público. Para traducirlo en una frase, a expensas de perder concisión conceptual: desde lo normativo, hasta la consideración social, construimos edificios enteros de regulaciones que apuntan a buscar sí alguien compró tal bien u objeto, que se condice o no con su nivel adquisitivo (y cuando lo sospechamos y no lo encontramos, vamos como manada, a buscar sus testaferros, sus maniobras, en donde tiene tal suposición enterrada o aquerenciada en qué paraíso fiscal) dejando escapar lo más importante, la acción pública mediante la cual pudo haberse no sólo enriquecido, sino también, cometido el fraude intelectual de haberse comportado equívoca y erróneamente, dando lugar a lo que es catalogado para otras profesiones cómo mala praxis, en este caso política.

La toma del poder mediante la palabra

Platón señaló el estado gobernado por la figura del rey filósofo, habló de un ideal pero no en los términos que podemos pensarlo hoy

La toma del poder mediante la palabra
“El lenguaje devino medio de comunicación, al igual que el automóvil sirve sólo al transporte y, si no, no es nada. El lenguaje es instrumento de transmisión de opiniones apenas consideradas y ni siquiera creídas de los días que se alternan y de su cotidianeidad. El lenguaje nada más tiene de la esencia de la palabra, hasta perdió pronto la inesencia. Y tampoco la recuperará a través de un cuidado del lenguaje. Pues también así, y por entero, definitivamente, su origen de la palabra ha sido sepultado. La palabra es claro del ser. Todos los rebuscamientos de los escritores y escribas son sólo últimos descaminamientos de un ciego accionar” (“La historia del Ser. Heidegger, M. Editorial El hilo de Ariadna, Parágrafo 144. Buenos Aires. 2013).

Rusia 2018, el mundial al que no irá Cataluña (o del Imperio Democrático de Eurasia)

¿Qué ocurre con el resurgir de los nacionalismos y de los partidos nacionalistas?

Rusia 2018, el mundial al que no irá Cataluña
Alecciona el filósofo ruso, A. Dugin: “Cuando el mal viene bajo la apariencia del mal, no es tan difícil de rechazar. Cuando surge como algo incomprensible y sobrecogedor a la vez, entonces, tomar una posición estricta es mucho más difícil. Todo gira y cae fuera de lugar, y es imposible distinguir una cosa de la otra. Este es el mal vigoroso y eficaz”.

La castración democrática

Las historias nos enseñan que debiendo ser las leyes pactos considerados de hombres libres, han sido pactos casuales de una necesidad pasajera

Gabinete de las sombras
“Las historias nos enseñan que debiendo ser las leyes pactos considerados de hombres libres, han sido pactos casuales de una necesidad pasajera; que debiendo ser dictadas por un desapasionado examinador de la naturaleza humana, han sido instrumento de las pasiones de pocos”. (Beccaria, C.)

Democrafobia

El arte y la palabra suelen estar para velar la falta 
 
Democrafobia
El neologismo, o el término que viene siendo usado casi informalmente, por parte de ciudadanos occidentales del mundo que preocupados por el desandar del sistema político instituido, buscan resignificar o conceptualizar, el menosprecio o la escasa afección a la democracia de los que se dicen democráticos o los que formal y políticamente la representan (en término Lacanianos podríamos aducir: "El arte y la palabra suelen estar para velar la falta.") con la finalidad, precisa y obvia, de generar presencia, en el agujero de lo no democrático (sobre todo la criminalidad de que la democracia supuestamente garantice libertad y derechos humanos, a expensas de mantener a millones en la pobreza, la marginalidad y la exclusión) necesita de una definición precisa y taxativa.

El sorteo elige, la elección aprisiona

Así como no elegimos ni el cuerpo, ni el lugar, ni el tiempo en el que somos arrojados a la existencia, o nacemos, tampoco elegimos, cuando creemos hacerlo o cuando nos dicen que lo hacemos

El sorteo elige, la elección aprisiona
Así como no elegimos ni el cuerpo, ni el lugar, ni el tiempo en el que somos arrojados a la existencia, o nacemos, tampoco elegimos, cuando creemos hacerlo o cuando nos dicen que lo hacemos. La cuestión con la elección, como si fuese un tema sencillo en sí mismo, no es tanto eso mismo que creemos elegir, o que nos dicen que elegimos, sino todo lo otro que dejamos de hacer o que no hicimos al estar dedicando tiempo y esfuerzo a la supuesta elección. El ejemplo es contundente. En vez de estar leyendo estas líneas, usted podría estar haciendo una inimaginable lista de cosas que deja de hacer al creer que toma una decisión determinada en un momento dado.

Qué poco maquiavélico es Maquiavelo

Nicolás Maquiavelo, uno de los peores ejemplos de filosofía política, ¿o no?

Nicolás Maquiavelo
- «¿Alguna vez te preguntas si eres un hombre malo?

- No. No me lo pregunto, Marty. El mundo necesita hombres malos. Somos los que mantenemos a raya a los otros hombres malos».

NicPizzolatto, True detective