El dominio de los lombardos

Orígenes y migraciones de los lombardos Imagen meramente ilustrativa. Los lombardos, también conocidos como longobardos, tienen sus raíces e...

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Se inician las obras del palacio episcopal de Llerena.

El pasado martes 22 de junio tuvo lugar la firma de las Actas que dan inicio a las obras del Palacio Episcopal en su fase de Rehabilitación para uso museístico. El edificio, en el que se actuó ya en una primera fase en la que se llevaron a cabo actuaciones urgentes con el objeto de consolidar el edificio, sobre todo las cubiertas, evitando así el deterioro del mismo, inicia ahora su rehabilitación. La dirección técnica de la obra correrá a cargo del arquitecto Vicente López Bernal con una duración de 18 meses y un importe total de 2.210.850,40€, siendo la empresa adjudicataria EOC.
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Extraído de Llerena

Breves apuntes sobre el teatro romano de Regina Turdulorum.

El teatro de Regina Turdulorum tiene una posición periférica con respecto a la ciudad. Es de época flavia y está situado en el extremo noroccidental de la ciudad. Para la construcción del sector inferior de la cavea, orientada al noreste, se aprovechó el terreno natural. Las excavaciones realizadas por Alvárez y Mosquera en 1986 han puesto en evidencia la proximidad del postscaenium con la subestructura de cloacas que posiblemente corresponda al kardo maximus, con el que también guarda relación el recinto forense.
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Conquista de la comarca de Llerena por la Orden de Santiago.

Menéndez y Pelayo ya apuntó en esta dirección cuando dijo que la “Crhonica de las tres Ordenes” era muy familiar a Lope y que probablemente se valió de ella para escribir la comedia. Como muestra de tal opinión, don Marcelino incluye un fragmento del texto de la crónica de Rades indicando, además, que este autor seguía a la Primera Crónica General en la narración de los hechos de armas en los que intervino el maestre. Tal circunstancia –nos referimos a la utilización de la obra de Rades como fuente de datos históricos para Lope-, ha sido corroborada y ampliada por otros muchos especialistas entre los que destacaremos aquí a Juan Bautista Avalle Arce quien, en 1962, ya aportaba datos suficientes como para asegurar que la “Chronica” de Rades fue la fuente de inspiración para Lope de Vega en este caso concreto. El dato concluyente para que Avalle Arce asegurara tal cosa era que la obra de Rades decía, por un común error de imprenta, que Pelay Pérez Correa era el XVI maestre de la Orden de Santiago cuando debía decir el XIV. Lope, según dice Avalle Arce, no se dio cuenta de este detalle y al dar en su comedia la lista de maestres que precedieron a Pelay Pérez Correa no pone más que trece. Aunque esto no fue exactamente así, porque Rades fue numerando correlativamente a cada uno de los maestres de su listado y a Pérez Correa le corresponde el número XVI, no deben existir dudas de que Lope se documentó en la obra de Rades a la hora de escribir El sol parado por una serie de detalles muy concretos que se recogen en la crónica y se reflejan en la comedia, algunos de los cuales comentaremos a continuación.
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Al primero que hemos de referirnos es, naturalmente, aquel que hace alusión al origen portugués del maestre y a la cita del nombre de la madre de éste a quien Rades llama “Dordea Perez de Aguiar”, y Lope nombra como “Andrea de Aguilar” porque sonara más cercano al público de los teatros españoles. El maestre Pelay Pérez Correa era originario de Portugal y de echo fue el comendador mayor de este reino entre 1232 y 1241, pero este último año fue trasladado a la encomienda de Uclés -encomienda mayor de Castilla por entonces-, y fue elegido maestre de la Orden un año después -el 30 de noviembre de 1242-, siendo precisamente comendador mayor de Castilla, no de Portugal como recoge Rades y se refleja en Lope. Y con respecto a la elección habrá que puntualizar la circunstancia de que Rades cree que la elección se hizo en Mérida, y así lo recoge Lope, cuando realmente fue elegido maestre en León porque allí se celebró el Capítulo General de la Orden en la fecha que antes hemos indicado. Y por no insistir más en estos detalles que apunta Rades y sigue fielmente Lope en su comedia, citaremos la particularidad que Rades recoge con respecto a lo que él llama “Miraglo de Tudia”, dispuesto en su obra como broche final a los hechos de armas en los que intervino el maestre. Ante un Rades bien documentado -no olvidemos que se apoyaba, como ya dijo Menéndez y Pelayo, en las citas de la Primera Crónica General- no creemos que Lope se atreviera a dudar del relato del freire calatravo; lo más probable es que nuestro dramaturgo se fijara sólo y exclusivamente en las posibilidades dramáticas que le ofrecía aquel relato sobre las acciones militares del maestre que finalizaba, como ya dijimos, con un milagro tan portentoso como el de Tudía. Para darnos una idea de lo que pudiera sentir Lope con respecto a esto último, conozcamos lo que dice Rades con respecto al milagro en cuestión:
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“En antiguos memoriales de cosas desta Orden se halla escripto, que el Maestre don Pelay Perez Correa, haziendo guerra a los Moros por la parte de Llerena huuo con ellos una batalla al pie de Sierra Morena, cerca de donde agora es Sancta Maria de Tudia. Dicen mas que peleando con ellos muchas horas, sin conoscer se victoria de una parte a otra, como viesse que hauia muy poco tiempo de Sol, con desseo de vencer aquella batalla, y seguir el alcance, suplico a Dios fuesse seruido de hazer que el Sol se detuuiesse milagrosamente, como en otro tiempo lo hauia hecho con Iosue, Caudillo y Capitan de su pueblo de Israel. Y porque era dia de nuestra Señora, poniendo la por intercessora, dixo estas palabras, Sancta Maria deten tu dia. Dizese en los dichos memoriales que milagrosamente se detuvo el Sol por espacio de tiempo muy notable, hasta que acabo el maestre su victoria y prosiguio el alcance. En memoria deste milagro dizen hauer se edificado una yglesia por mandado del Maestre, y a costa suya, a la qual puso nombre Sancta Maria de Tentudia: y agora corrupto el vocablo se dize Sancta Maria de Tudia”.
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Texto de Manuel López Fernández
Fotografía de Regina Turdulorum

Llerena descrita por José Ramón Mélida a principios del siglo XX.

(…) José Ramón Mélida se embarcó en la confección del catálogo monumental de las dos provincias extremeñas, sus lazos de unión con Extremadura fueron en aumento así como su interés por la historia de sus comarcas. Durante estos años sus colaboraciones en la “Revista de Extremadura”, órgano de las Comisiones de Monumentos de las dos provincias extremeñas, fueron bastante habituales. En 1909 dedicó un artículo a la localidad pacense de Llerena. Alternó un tono costumbrista y ameno con profundas reflexiones críticas en torno a la identificación de antiguas poblaciones romanas:
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“la noble ciudad de Llerena atrae por su historia al viajero curioso de pasados recuerdos. A ella redujeron algunos historiadores la Regina Turdulorum del itinerario de la vía romana de Emerita Augusta a Hispalis, alegando en testimonio algunas inscripciones halladas por aquellos contornos (...) El viajero que desee repasar esa historia en los monumentos arqueológicos debe buscar el recuerdo tangible de la ciudad romana de Regina, no en Llerena, sino a alguna distancia de ella, junto al vecino pueblo de Casas de Reina. Allí aparece un arruinado teatro romano, muy singular por su estructura y por lo curioso de sus restos (...) En pie una ermita en la que algunas columnas visigodas dan testimonio de aquella vieja civilización de comienzos de la Edad Media. Todavía conserva la caballeresca ciudad el aspecto que le dieron los reconquistadores al fortificarla para estar prevenidos contra la morisma (...) Algunos trozos de murallas son de tapial, de fábrica árabe, posiblemente aprovechados por los cristianos al fortificar de nuevo la ciudad (...) Notable monumento de la Edad Media es también el palacio episcopal. En la Casa de la Inquisición apenas se acierta a ver un exiguo trozo de su portada gótica, y en su interior un patio de igual tipo que el acabado de describir y algunas naves y cámaras con grandes arcos de ladrillo”.
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Texto que extraigo de un trabajo de Daniel Casado Rigalt, en el que estudia a José Ramón Mélida, uno de los principales impulsores de la Arqueología extremeña en el primer cuarto del siglo XX. La fotografía la cojo de mi otro blog Regina Turdulorum.

Sobre Pelayo Pérez Correa y la conquista cristiana de la actual comarca de Llerena.

La primera presencia de origen portugués en relación con Granada se remonta al acto mismo de constitución del emirato pues, en aquel momento, entre los dirigentes políticos y militares que acompañaban a Fernando III se encontraba el maestre de Santiago Pelayo Pérez Correa, que había participado en el cerco de Jaén, cuya entrega por Muhammad I fue la condición previa para aceptar el reconocimiento del nuevo emirato. Sabemos que, después del cerco de Jaén, el maestre aconsejó al rey proceder al ataque directo contra Sevilla; sería muy extraño que no hubiera dado también consejo a Femando III en relación con la cuestión de Granada. Pero también es cierto que Pelayo Pérez Correa había abandonado sus actividades portuguesas desde que fue elegido maestre de Santiago, en 1242, y, en especial, después de la posible ayuda que prestó a Alfonso III para sustituir en el trono a su hermano Sancho II; sus actividades y su personalidad política se expresaron en un escenario hispánico general, ya que también ayudó a Jaime I de Aragón en su proyectada expedición a Tierra Santa en 1269.
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Pero el maestre de Santiago actuó sobre todo en las zonas de guerra y frontera, esto es, en Murcia —cuya primera conquista protagonizó junto con el infante heredero Alfonso en 1243— y Andalucía. Su papel en la conquista de Carmona, Alcalá de Guadaira y Sevilla, donde tuvo a su cargo el cerco del arrabal de Triana, es bien conocido (1247-1248), así como la aportación de dinero y el apoyo militar que los santiaguistas hicieron para sofocar la revuelta mudéjar andaluza y murciana de los años 1264 a 1266: el maestre estuvo en Orihuela y acompañó a Jaime I cuando éste recuperó el reino de Murcia para su yerno Alfonso X de Castilla, mientras otros caballeros de la Orden de Santiago resistían en Lorca y en Huércal, donde tuvo el mando Martim Anes do Vinhal. Pelayo Pérez Correa murió en febrero de 1275, el mismo año en que los meriníes desembarcaron en la península y comenzaron sus ataques contra Andalucía, y el mismo año también en que murió el infante heredero del trono, Femando, cuando acudía a hacerles frente. Pelayo Pérez Correa alcanzó una fama como caballero de pro casi comparable a la que rodeaba al conde de Castilla Fernán González y al Cid Rodrigo Díaz; junto con ellos aparece mencionado en textos bajomedievales, como modelo de proeza y caballería cristiana, e incluso, para afianzar mejor esta imagen, se tejió la leyenda de un milagro en el que el maestre habría conseguido con sus rezos a Dios y a Santa María que se detuviera el sol unas horas para tener el tiempo de ganar la batalla trabada con los musulmanes en la actual zona de Llerena, donde el santuario de Santa María de Tudia o ‘detén tu día’ conmemora el prodigio que hizo del maestre un nuevo Josué.
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Texto de Miguel Ángel Ladero Quesada
“Portugueses en la frontera de Granada”
Fotografía de Regina Turdulorum

Sobre la conquista cristiana de la actual comarca de Llerena y de la fortaleza de Reina.

En nuestra opinión, y teniendo en cuenta el deslinde efectuado por Alfonso X en 1253 , la tierra de Sevilla avanzaba hacia el norte hasta Jerez de los Caballeros, Montemolín y Azuaga. Ello unido a la topografía de la Sierra de Aracena nos lleva a interpretar que el distrito de Cortegana debía estar volcado hacia el norte, compaginando áreas de serranía y campiña. Mientras que Almonaster, por debajo de las máximas alturas de la Sierra, prolongaría su distrito hacia el sur, formando parte de ella el Andévalo oriental que en efecto también quedó integrado en los territorios repartidos por Alfonso X a mediados del siglo XIII.

La conquista castellana llegó hasta Constantina y Reina, que en 1247 se entregaron por la vía de la capitulación. El ámbito occidental del espacio que tratamos fue conquistado por el reino de Portugal, llegando éste hasta Aracena en el año 1251.

En 1253 Alfonso X de Castilla llega a un acuerdo con el rey portugués, quedando fijada la frontera entre ambos reinos por el curso del río Guadiana. La cesión formal se produce con el Tratado de Badajoz del año 1267.

Después de múltiples tensiones y búsqueda de equilibrios, el rey portugués don Dinís reclama los territorios conquistados por Portugal, llegándose a un acuerdo en el año 1297, al Tratado de Alcañices, después del cual Castilla retuvo Aroche y Aracena, mientras que entregó a Portugal Olivenza y Campo Mayor. La frontera de éste ámbito quedó definida por el río Chanza, aunque en el salto entre éste y el río Ardila quedó un espacio indefinido objeto de disputas interminables hasta mediados del siglo XVI.
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Leer artículo completo en Federación Sierra
Fotografía de Regina Turdulorum

Buscamos información sobre Pelayo Pérez Correa.

He recibido algunos correos en los que se me solicita alguna información sobre Pelayo Pérez Correa. En concreto, se me pregunta sobre su relación con la reconquista de la comarca de Llerena, sobre las fuentes directas o indirectas dónde se narra ese acontecimiento histórico y el archivo dónde se encuentran esos documentos. No dispongo de tanta información al respecto porque no es mi especialidad, pero he encontrado algunos documentos en formato pdf y algunas páginas web muy interesantes que tratan, en cierto modo, este tema. Las enlazo a continuación y si alguien puede aportarnos alguna información adicional, puede hacerlo en un comentario al pie de este post o a través del correo electrónico: antrophistoria@gmail.com. Se lo agradeceríamos mucho.
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«La Inquisición de Llerena fue la más agresiva de todo el reino».

Fermín Mayorga es natural de Cheles, tiene 43 años y en la actualidad ejerce profesionalmente de cocinero en Madrid. Desde hace cinco años lleva investigando la Inquisición de Llerena en el Archivo Histórico Nacional, así como en el Archivo de Simancas. Un trabajo que le ha servido para firmar artículos en diversas publicaciones y revistas especializadas. Ahora todos esos conocimientos los está trasladando por toda la región a través de conferencias que imparte en diversas localidades. Hace unos días estuvo en Villanueva de la Serena, y allí reflexionó sobre el Santo Tribunal.

-¿Qué le llevó a adentrarse en el estudio de la Santa Inquisición y de los herejes?

-Me llevó el hecho de comprobar que el tema no está tratado profundamente en Extremadura. La Inquisición de Llerena es la gran desconocida para los extremeños. Nos hemos ocupado más de investigar América, las órdenes militares, castillos o imágenes y hemos dejado de lado una realidad histórica que durante casi cuatro siglos convulsionó a la sociedad extremeña. Por ello, me surgió el interés por descubrir los trágicos acontecimientos que les tocó vivir a miles de extremeños, que solo por pensar de forma diferente se vieron obligados a comulgar con ruedas de molino.

-¿Cree entonces que hay en Extremadura un deseo por no remover todo lo que rodea a la Inquisición?

-No lo creo así, aunque lo cierto es que hoy por hoy es una de las asignaturas pendientes de la Universidad de Extremadura. Carecemos de jóvenes que hayan optado por preparar una tesis doctoral sobre el tema o investigadores dispuestos a dar a conocer los autos de fe celebrados en la villa de Llerena y todo lo que ocurría en los mismos. También echo en falta un estudio profundo de las abundantes comunidades moriscas y judaizantes diseminadas por toda la región, y que junto con las brujas, bígamos, sacerdotes solicitantes y otros herejes, le dan a la Inquisición de Llerena un papel relevante en su momento, que propició que el miedo y el terror campara a sus anchas por todas las villas extremeñas.

-El tribunal de la Santa Inquisición de Llerena, ¿qué fama tenía a nivel nacional?

-La Inquisición de Llerena tenía fama de ser de las más agresivas del reino. En definitiva su fama respondía a la que tenían todos los tribunales del reino. Es decir, la población sabía que caer en las redes de la Inquisición era condenar al reo, posiblemente, a ser quemado en la hoguera, a galeras, a ser internado en las cárceles secretas de dicho tribunal, a que se le confiscasen sus bienes, a ser torturado en la cámara del tormento y a que toda su familia presente y futura sufrieran una de las mayores torturas psicológicas, como era la deshonra, por haber tenido en su núcleo familiar un familiar hereje.

-¿En qué ciudades de la comunidad autónoma se 'cebaron' más?

-Una de ellas fue Fregenal de la Sierra, donde fueron condenados más de 1.000 vecinos. En esta localidad existía una importante comunidad judaizante la cual fue prácticamente aniquilada entre 1491, y 1497. También se cebaron en Alburquerque, población que tenía un gran numero de seguidores de la ley de Moisés y donde la Inquisición tuvo que hacer dos autos de fe exclusivos para los habitantes de esta población que abrazaban el judaísmo. Lo mismo ocurría en Cabezuela del Valle, y otras muchas villas extremeñas donde los seguidores del Antiguo Testamento sufrieron el escarnio cruento del tribunal. En cuanto a poblaciones con comunidades moriscas, Hornachos fue quizás la más perseguida por el gran número de sus miembros, donde prácticamente la totalidad de la población eran seguidores de Mahoma. Pero hay que decir que la Inquisición de Llerena no fue capaz de acabar con dichos seguidores de Alá en esta villa, y como último recurso el Rey ordenó la expulsión de todos los moriscos del reino en 1609, siendo prácticamente en su totalidad los vecinos de Hornachos expelidos de su pueblo y tierra natal. También se expulsaron de otras poblaciones como Magacela, Benquerencia, Mérida, Puerto de Santa Cruz, Villanueva de la Serena, Zafra, así como otras muchas comunidades moriscas más pequeñas diseminadas por muchísimos pueblos de Extremadura.

-¿A quién persiguió más la Inquisición en Extremadura?

-Las dos comunidades más perseguidas fueron los moriscos y la judaizante, sobre todo la primera, porque los miembros de dicha comunidad solían ser los ricos de la población, mercaderes, hombres de negocios, los cuales tenían unas muy buenas haciendas. Aquí encontró la Inquisición una veta económica importantísima para llenar sus arcas. Y es que a todos los reos condenados se les confiscaban sus bienes, se les quitaban sus haciendas, casas, tierras, así como el dinero que tuvieran. De esta forma, el Santo Tribunal mataba dos pájaros de un tiro, ya que por un lado no dejaba que fraguasen otras formas de pensar y propiciaba el avance de ciertas espiritualidades religiosas, a la vez que, con la usurpación de los bienes de los reos, aumentaba sus ganancias el fisco real y el propio tribunal eclesiástico. También fueron bastantes brujas las condenadas, la mayoría de ellas asentadas en pueblos cercanos a la raya de Portugal. En base a los expedientes inquisitoriales que he consultado, tengo que decir que si en Extremadura hay localidades a las que se le debería denominar 'pueblos de brujas', al menos documentalmente, esas villas serían Jerez de los Caballeros y Fregenal.

-¿Recuerda algún caso curioso que se juzgara o qué le haya llamado la atención en su investigación?

-Hay muchos casos curiosos. Me acuerdo de un obispo condenado por practicas homosexuales con uno de sus pajes y un sobrino de éste en Berlanga y Campillo de Llerena. También destacaría el caso de un convento de Badajoz, donde las monjas llevaron al Obispo un niño recién nacido parido por una monja y cuyo padre era el chantre de la catedral de Badajoz. O el caso curiosísimo de la clériga de Zafra, un sacerdote de dicha ciudad al que la población conocía con dicho nombre. Un sacerdote que era hermafrodita y tenía los dos sexos, aunque tenía más desarrollado el femenino que el masculino, por lo que fue condenado por la Inquisición de Llerena por usar la parte activa de éste. Sus cómplices fueron dos jóvenes extremeños, uno de Almendral y otro de Bancarrota, los cuales tuvieron que declarar ante la Inquisición diciendo que cuando practicaban sexo con la clériga de Zafra lo hacían como si lo hicieran con una mujer, porque este sacerdote tenía natura de mujer.

-En cuanto a las condenas, ¿eran muy crueles?

-Entre las más crueles estaba la de ser condenado a la hoguera, a remar a las galeras de su majestad sin sueldo, a ser azotados con 200 latigazos y, sobre todo, las torturas. En la cámara del tormento de la Inquisición, situada siempre en los profundos sótanos del palacio de la Inquisición para que el resto de reos no escucharan los gritos de dolor del torturado, se vivieron escenas de verdadero terror. Cuento esto así como suena, porque los documentos inquisitoriales que he consultado hablan por si solos. En ellos he descubierto a personas a las que se le han roto brazos o piernas durante las torturas, o que se han suicidado de desesperación lanzándose el reo aun pozo común con pilar que se encontraba dentro de los corrales de las cárceles del tribunal. Allí los reos salían a asearse. Otra de las torturas, denominada 'la toca', consistía en dar a ingerir a un grupo de condenados vinagre, lo que suponía su muerte a los tres días a consecuencia de dicha ingesta. Todo un verdadero calvario.

-¿En qué líneas ha centrado ahora su investigación?

-Sobre todo en la línea de las comunidades moriscas de Extremadura. Hay que recordar que el próximo 2009 se celebran los 400 años de la expulsión de los moriscos de Extremadura y nuestra comunidad autónoma tiene mucho que decir al respecto. Sería una verdadera pena que el próximo año, tanto la persecución contra los moriscos en esta región como su posterior expulsión pasasen desapercibidos por no haber investigadores extremeños preocupados por el tema. Razón más que suficientemente para que las líneas abiertas en mí frente de investigación caminen por estos derroteros y, junto con otros investigadores, pudiéramos dar a conocer las persecuciones represivas puestas en marcha por la Inquisición de Llerena contra miles de hombres y mujeres de Extremadura cuyo delito fue pensar de forma diferente.
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Extraído de HOY

Momias de LLerena.

¿Emparedamiento colectivo de los iluminados?

La torre de la iglesia de Nuestra Señora de Granada, en el extremeño pueblo de Llerena, albergaba un gran secreto: en su interior se hallaba un enorme amasijo de cadáveres, algunos de ellos momificados. ¿A quiénes pertenecían? Después de más de cincuenta años, el misterio sigue sin resolverse.

Año 1964, Llerena (Badajoz). Aquella mañana la iglesia de Nuestra Señora de Granada, construida entre los siglos XIII y XIV, era el centro de todas las miradas. El notario local, Antonio Carrasco, estaba al frente de una investigación que pretendía localizar en el interior de la torre del templo los restos de la antigua fortificación alminar que perteneció a la primitiva mezquita. Era ya media tarde cuando Carrasco ordenó derribar un muro que taponaba una presunta zona muerta. La operación dejó al descubierto una desvencijada puerta. Al intentar abrirla se dieron cuenta de que algo parecía cerrar el paso desde dentro. Después de un gran esfuerzo consiguieron dejar un hueco lo suficientemente amplio como para poder entrar. Al otro lado encontraron un enorme amasijo de cadáveres, algunos de ellos momificados.

Tanto Antonio como el resto de los trabajadores quedaron asombrados ante la visión de miles de cuerpos, la mayor parte de ellos en una posición extraña y con un gesto de horror. Aunque era pronto para sacar conclusiones, parecía tratarse de un emparedamiento colectivo. La noticia se extendió rápidamente, y muchos fueron los comentarios vertidos que intentaban averiguar el origen de aquellos cuerpos. ¿Inquisición? ¿Guerra Civil? Pero, a pesar de las dudas surgidas, el muro que tapaba la entrada a la habitación maldita fue levantado de nuevo. Durante algún tiempo los rumores siguieron recorriendo el pueblo, pero poco a poco, y sin mediar investigación alguna, el asunto cayó en el pozo del olvido. Y así se mantendría durante una década y media.

La voz de los muertos.

A finales de los años setenta del pasado siglo las obras de remodelación en diferentes templos y lugares simbólicos se habían convertido en una actividad común por parte de la Dirección General de Bellas Artes, que pretendía recuperar viejos legados y sacar a la luz el patrimonio histórico. Y un buen día le llegó el turno a la iglesia de Nuestra Señora de Granada y a su torre alminar. Como no podía ser de otra manera, al poco de comenzar los trabajos los obreros dieron con la vieja puerta que escondía aquel panorama que quince años atrás había aterrado a los que habían cruzado su umbral. En esta ocasión llegaron a contar los cuerpos que allí se custodiaban. Superaban los seis millares. De ellos al menos cuatro decenas estaban momificados. En esta ocasión el asunto no fue enterrado y la opinión pública solicitó una respuesta a través del diario regional Hoy, que en todo momento se hizo eco de los adelantos y las novedades del caso. Pronto comenzó el estudio y la clasificación de los miles de cuerpos aparecidos en la torre de la iglesia de Llerena, auspiciados por el Ministerio de Cultura y llevados a cabo por los departamentos de Antropología de las universidades de Extremadura, Madrid, Barcelona y Sevilla. Gran parte de ellos fueron embalados y enviados a los laboratorios de dichas instituciones, cuyas primeras conclusiones no se hicieron esperar. No solo todos los especialistas estuvieron de acuerdo en que aquel era el enterramiento más importante descubierto en la España de la época contemporánea, sino que los resultados obtenidos fueron aun más aterradores que la mismísima visión de las momias. Según el departamento de Antropología de Madrid, los cadáveres presentaban violentas fracturas y algunos tenían el cráneo aplastado. Igualmente, el rictus de horror en sus rostros clamaba a voz en grito que habían padecido una muerte marcada por el sufrimiento.

Por ello, el departamento de Antropología de Barcelona llegó a la conclusión de que se trataba de un emparedamiento en vida. Ahora bien, si todo lo que proclamaron los especialistas era cierto, se sumaban nuevas preguntas a las ya planteadas. ¿Cuál era la verdadera identidad de aquellas personas? ¿Por qué fueron encerradas en la torre de una iglesia? ¿A qué se deben las fracturas y el rictus de horror de sus rostros? ¿Quiénes cometieron aquella masacre?

El santo oficio, en el punto de mira.

Los primeros estudios históricos y otros indicios descartaron que fueron víctimas de uno de los tristes episodios de la Guerra Civil o de algún otro genocidio. Y centraron sus miras en las actividades que llevó a cabo la Santa Inquisición en Llerena. Esto provocó un duro enfrentamiento entre los investigadores y los grupos políticos y religiosos más conservadores. Y es que al pronunciar la palabra Inquisición se puso en marcha un proceso de desinformación y mutilación de datos, además de una fuerte presión a los antropólogos, hasta el punto que muchos de ellos decidieron retirarse de la investigación. Otros, no queriendo comprometerse, cambiaron de opinión y excluyeron de sus escritos todo lo relativo a extrañas fracturas y rictus para afirmar que los cuerpos no presentaban ningún tipo de señal fuera de lo normal. Por su parte, las autoridades locales hicieron lo propio alegando que existía una explicación lógica a aquel enterramiento y afirmaron que esos cuerpos pertenecían a un viejo cementerio anexo a la iglesia y que fueron guardados en la torre al desaparecer la necrópolis. Si esto fuera cierto, ¿por qué los restos fueron ocultados tras un muro que cegaba la habitación? ¿Por qué no fueron trasladados a una fosa común del nuevo cementerio? Incluso los grupos conservadores llegaron a comentar que las extrañas posturas de los cadáveres habían sido provocadas por los movimientos de los cuerpos durante la investigación antropológica, en contra de lo que ya había declarado el notario Antonio Carrasco en 1964. A partir de ese momento cualquier pregunta comprometida a las autoridades fue rechazada sistemáticamente y los altos estamentos presionaron a los medios de comunicación para que solamente publicaran la versión oficial del caso.

Por ello, algunos cadáveres fueron sepultados bajo la iglesia, otros en una fosa común del cementerio y el resto en la habitación descubierta en la torre, que fue clausurada de nuevo. Pero ¿realmente no habría sido más lógico que esos cadáveres descansaran en paz tras una investigación honesta y coherente, que arrojara luz y justicia sobre sus rostros contraídos? Una cosa estaba clara: aquellos muertos no descansaban en paz desde mucho tiempo atrás.

La secta de los alumbrados.

Desde aquel momento se intentó tirar por tierra todas las tesis lógicas sobre este suceso. Desde historiadores a políticos, las manifestaciones expresadas quitaban importancia al tema. Incluso se llegó a comentar que la Inquisición apenas había tenido relación con la localidad, dejando de lado la realidad histórica que señala a este pueblo extremeño como sede del Tribunal del Santo Oficio en el año 1501. Pero, aunque la Inquisición solamente ubicaba sus sedes en las grandes capitales, lo cierto es que Llerena se convirtió en depositaria de este tribunal, tal vez porque en esta localidad sucedió algún hecho fuera de lo común. En el año 1516 esta institución dejó el pueblo y se trasladó a Plasencia, pero regresó de nuevo en 1570 debido a que en él se había instalado una tenebrosa secta, los Iluminados o Alumbrados. Esta había llegado a España a comienzos del siglo XVI y se había extendido por algunas localidades, entre ellas Llerena. Estaba integrada por personajes que estaban en contra de la oración, el ayuno, los gestos de adoración, el agua bendita, el acto de arrodillarse, la veneración de imágenes, los predicadores católicos, la sagrada hostia, la cruz, la Biblia y otras tantas cuestiones, lo que los convertía en hombres malditos de cara al cristianismo. Además, profanaban los lugares sagrados y obligaban a las mujeres a tener relaciones sexuales con ellos como penitencia. Incluso, según las crónicas, llegaron a envenenar y matar a un obispo. Está claro que una serie de hechos como este no pasaron por alto para la implacable Inquisición española y que sus iniciativas para reprimir esta creencia siniestra debieron de ser contundentes. Si en otros momentos de la historia se pasó a cuchillo a personas inocentes solo por discrepar del dogma católico, en esta ocasión tuvo que ser aún peor, ya que se trataba de personajes que realmente estaban haciendo un mal a la religión y a la sociedad. Y es que todos los elementos de este caso –una secta de individuos maléficos, un tribunal del Santo Oficio y unos cuerpos, posiblemente emparedados en vida, con terribles rastros de sufrimiento– solo sugieren una palabra: Inquisición.

Llerena: Sede del Tribunal de la Santa Fe.

La Inquisición tuvo una enorme importancia en Llerena. Esta se instaló en la localidad en el año 1501 y fue el tercer tribunal más importante de España en cuanto a extensión de su jurisdicción, ya que incluía los obispados de Ciudad Rodrigo, Plasencia, Coria y Badajoz. Dentro de la villa tuvo tres sedes, una en la calle Zapatería –dentro del Palacio Prioral–, otra en la calle Corredera –en el Palacio de los Zapata– y la última en la calle La Cárcel –en la sede de la Casa Maestral.

El proceso de saponificación: Emparedamiento colectivo.

Uno de los puntos a favor de la posibilidad de que las momias de Llerena provengan de un emparedamiento colectivo es el extraño color grisáceo que presentan los cuerpos. En dichos enterramientos se produce un proceso conocido como “saponificación” mediante el cual la grasa corporal se transforma químicamente en una masa de color gris y de tacto granuloso y compacto. Aunque este dato fue advertido en su momento por el investigador extremeño Gonzalo Pérez Sarró, nunca recibió la debida atención por parte de las autoridades locales, que hicieron caso omiso a sus interesantes pesquisas.

Las afiladas garras de la Inquisición española.

Aunque en el caso de las herejías de la secta asentada en Extremadura a mediados del siglo XVI la Iglesia católica actuó con cierto buen criterio pretendiendo limpiar de actos blasfemos la región, en otras ocasiones la Inquisición ha actuado de forma desmedida ante personas que solamente deseaban profesar creencias diferentes a la católica, escribiendo así una de las páginas más oscuras de la historia de España. Todas esas víctimas, imputadas por crímenes contra la fe que seguramente nunca o casi nunca cometieron, tuvieron que enfrentarse a métodos aberrantes que pretendían lograr la autoinculpación a través del miedo y el dolor. Algunos de los monstruosos artilugios de tortura usados por el Santo Oficio tienen nombre propio: la dama de hierro, la cuna de Judas, el garrote vil, el potro de tortura, el aplastacabezas, la guillotina, el desgarrador de senos, la pera anal y otros tantos objetos que causaban pavor.

Los otros iluminados: Tolox y el fin del mundo.

El caso de los Alumbrados o Iluminados de Llerena no es un episodio aislado. El símil más evidente es el de los Iluminados de Tolox, ocurrido en el año 1886. A este pueblecito de la serranía malagueña llegaron una serie de personajes perversos que manejaban la mente humana por medio de la hipnosis y la utilización de alucinógenos, como el beleño y la belladona. Su objetivo era engatusar a las personas con la supuesta inminencia del fin del mundo para apropiarse de sus bienes materiales. El nivel de fanatismo de aquellos humildes campesinos y agricultores era tal que estuvieron a punto de protagonizar un suicidio colectivo: llegaron a prender fuego a sus casas y pertenencias, a azotarse con sogas de esparto, a arrancarse el cabello unos a otros y a cortarse la piel con afilados cuchillos.
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Extraído de Tejiendo el Mundo

Llerena 30 años después.

En julio de 1979 el pueblo se llenó de periodistas de todo el mundo para informar de la aparición de miles de cadáveres en la torre de la iglesia.

El periodista Manuel López y el fotógrafo Alfonso Rodríguez -ambos del Diario HOY- subieron las escaleras de la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada. Arriba, un hueco abierto por unos albañiles en una puerta tapiada permitía el acceso a una estancia pequeña y oscura. No se veía nada al otro lado y el fotógrafo disparó su cámara. El flash iluminó toda la zona y permitió ver lo que se hallaba en su interior, una dantesca imagen que no olvidarán. Cientos de huesos, cadáveres momificados, cuencas vacías, sonrisas macabras en rostros desencajados y extremidades casi en perfecto estado de conservación. Sin saberlo, su trabajo como informadores aquel cuatro de julio de 1979 daría la vuelta al mundo.

Días después de que la noticia fuese publicada en la portada de este diario comenzaron a llegar hasta Llerena medios de comunicación de todos los puntos de España, de distintos países de Europa y hasta de Latinoamérica y Japón. Todos querían contar lo que estaba sucediendo y buscar posibles explicaciones para aquel siniestro hallazgo. En el hueco de una escalera que permanecía cerrada y en una estancia de la torre de una iglesia de este pueblo de la Campiña Sur habían aparecido miles de cadáveres, algunos de ellos momificados. Quizás si Llerena no hubiese sido antaño sede del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición no habrían empezado a aflorar todo tipo de teorías que relacionaban la aparición con los autos de fe e incluso con la secta de los iluminados. Desde otros sectores querían ver en aquellos restos a represaliados de la Guerra Civil. Lo cierto es que aquel hecho dio la vuelta al mundo, aunque ¿fue realmente un descubrimiento? Para muchos habitantes de Llerena las momias, como se conoció coloquialmente al caso, no fueron ninguna novedad y lo único que fue llamativo fue el gran número de restos que aparecieron. Los monaguillos, cuando subían a la torre para hacer sonar las campanas, se asomaban por los respiraderos de la habitación y veían los huesos y lo más observadores decían ver cierto resplandor por las rendijas de la torre que no era más que la fluorescencia que producían los supuestos fuegos fatuos que se se producen por la inflamación del fosfuro de hidrógeno que desprenden las materias orgánicas en descomposición. Dos de los llerenenses que conocían la existencia de restos humanos son Valentín Cortés y Luis Garraín, hoy en día, alcalde y cronista oficial de la localidad respectivamente.

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Restauración en 1745.

Aunque en un primer momento se barajaron decenas de hipótesis, los restos fueron analizados por expertos de las universidades de Madrid, Barcelona y Extremadura, aunque tampoco faltó la polémica por la poca presencia que esta última tuvo desde el inicio en las investigaciones. Según comenta el cronista oficial, los análisis determinaron que se trataba de cadáveres que habían sido trasladados en una reforma de la iglesia. En 1745 el arquitecto José de Hermosilla y Sandoval, natural de Llerena y encargado de restaurar, entre otros monumentos, la Alhambra de Granada, solicitó un permiso para obrar la iglesia de Nuestra Señora de la Granada.


Optó por tapiar una antigua escalera y construir otra nueva en otra ubicación. Se tiraron tabiques, se levantaron losetas del suelo... «y comenzaron a aparecer restos, como en todas las iglesias», apunta Garraín. Ante tal aparición, el arquitecto decidió 'almacenar' los restos en el hueco que quedaba en la escalera tapiada y en una habitación que había en la torre. Queda la incógnita del porqué de los cadáveres momificados, para lo que Garraín tiene una respuesta: «Por las condiciones lumínicas y de humedad en las tapias de la iglesia es posible que muchos quedasen momificados. Durante el traslado se les colocó de esas posturas en la nueva ubicación e incluso es posible que algún gracioso situase en determinadas poses a los cadáveres», apunta el cronista oficial, que señala que la propia descomposición ha hecho que parezca que tienen expresiones macabras cuando en realidad, son cadáveres que se están consumiendo.


Ya en los años 60 se descubrió por primera vez el osario e incluso un médico forense estuvo examinando los restos, pero se volvió a tapar el muro hasta 1979.

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Otras teorías.


Sin embargo, el misterio siempre ha rodeado este asunto. El periodista y escritor extremeño Gonzalo Pérez Sarró dedicó un capítulo a este tema en su libro 'Huellas de otra realidad'. En él, el autor recogía parte de los estudios que hicieron desde la Universidad de Barcelona. «Las fracturas violentas que se observaban en algunas momias pensamos que podían ser debidas a muertes con gran sufrimiento, aunque también pueden ser debidas a otros factores», recogía la publicación que también se hacía eco de los estudios de la Complutense de Madrid en este sentido. «Sus posturas no parecen obeceder a una muerte natural», comentaban con respecto a las momias.


Asimismo el autor también se hacía eco de un trabajo de la Universidad de Buenos Aires, 'Aproximación al estudio de los restos momificados' donde se explicaba el proceso de 'saponización' que ,al parecer, podrían haber sufrido estos restos dado su aspecto. Se recogía que este tipo de momificación solía darse en enterramientos en grupo, dejando entrever la posible relación con el Tribunal del Santo Oficio.


Luis Garraín asegura que este caso no tiene nada que ver con la Inquisición ni mucho menos con la secta de los iluminados. «Todos los casos de autos de fe de la Inquisición están documentados y no hay nada que recoja la posibilidad de enterramientos en vida como tampoco nada nos dice que fuesen de esa secta que ni siquiera estaba asentada en Llerena ya que sólo se recoge que se juzgó a una mujer en un grupo de 30 'iluminados' pero ninguno de ellos fue ajusticiado ni condenado a muerte», explica el cronista oficial.


Sea lo que fuere, la duda para muchos aún sigue ahí y el tema continúa apareciendo esporadicamente en programas y revistas de misterio, aunque para Garraín el asunto no debería tener tanta repercusión. «Que dejen a nuestros muertos descansar en paz», apostilla. Y no va desencaminado, porque en algún lugar, las momias y sus macabros rostros que dieron la vuelta al mundo descansan lejos de los focos y las cámaras.
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Extraído de Hoy

El Ministerio de Vivienda adjudica obras del Palacio Episcopal de Llerena.

Según informa hoy la Junta de Extremadura mediante un comunicado, los trabajos se han adjudicado a la unión temporal de empresas formada por EOC de Obras y Servicios S.A. y Huso 29, S.L. por un importe de 2,2 millones de euros, que serán aportados íntegramente por el Ministerio de Vivienda. y el plazo estimado de ejecución de las obras será de 18 meses.

Se trata de un edificio con patio, de tipología palacial, iniciado a principios del siglo XV y construido para el Prior de San Marcos de León.

A principios del siglo XVI pasa a ser sede del Santo Oficio en Llerena; situándose en él la cárcel de la Inquisición, posteriormente fue remodelado de nuevo como casa Prioral, y la superficie construida prevista es de 1.328 metros cuadrados.

La actuación se inscribe en el programa de recuperación patrimonial para usos de equipamiento cultural, educativo y museístico del Ministerio de Vivienda.
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Extraído de ABC

La Batalla de La Albuera.

El 16 de mayo de 1811 se libró en torno al pueblo de La Albuera una de las batallas más sangrientas de la Guerra de la Independencia española. El ejército napoleónico del mariscal Soult contra el ejército aliado anglo-hispano-portugués comandado por el mariscal Beresford.
El ejército de Napoleón ha invadido España debido fundamentalmente a la ineptitud de los gobernantes españoles. El pueblo español se rebela en Madrid contra la ocupación de las tropas francesas y es aplastado el 2 de Mayo de 1808 por el ejército francés comandado por Murat. José Bonaparte (hermano de Napoleón) es proclamado rey de España.

Poco a poco el ejército español consigue reorganizar sus tropas y con el apoyo de Portugal e Inglaterra consigue hacer frente al ejército napoleónico.

Es mayo de 1811. Parte del ejército francés se encuentra sitiado en Badajoz, esperando los refuerzos del mariscal Soult que vienen desde Sevilla.

Las tropas aliadas (soldados ingleses, portugueses y españoles), compuestas por unos 30.000 infantes más 3600 hombres a caballo y comandadas por el general Beresford se desplazan desde Badajoz a La Albuera para esperar al ejército francés de Soult, formado por unos 20.000 infantes y una caballería de 4.500 unidades.

El 16 de mayo, a las 8 de la mañana, el mariscal Soult envía una pequeña parte de su ejército contra el centro y flanco izquierdo del ejército aliado, mientras que el grueso de las tropas francesas da un rodeo para atacar por sorpresa el flanco derecho del enemigo.

Los aliados se dan cuenta de la maniobra en el último momento y reorganizan la defensa con éxito, debido sobre todo al aplomo y experiencia de las tropas.

El humo generado tras las primeras descargas de la infantería junto con las malas condiciones atmosféricas propician la incursión de los húsares franceses y los lanceros polacos entre las líneas aliadas, pero finalmente son derrotados.

La posición de las tropas aliadas es ventajosa y rechazan una y otra vez los ataques de la valiente infantería francesa, que finalmente tiene que retirarse tras sufrir numerosas bajas.

La retirada ordenada de las tropas de Soult y el apoyo de su feroz caballería impidieron que los aliados organizaran la persecución y tomaran más ventaja de esta batalla.

Cerca de 6.000 soldados aliados y 4.000 franceses murieron en la batalla de La Albuera. No hubo vencedores.

Soult esperó en Llerena la llegada de los refuerzos del mariscal Marmont, que venía desde Salamanca. Los dos mariscales llegan a Badajoz a finales de junio con unos 60.000 hombres, sin oposición por parte del ejército aliado, que desistió en su intento por tomar Badajoz.
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Extraído de HOY

Regina Turdulorum. Paseo por la Campiña de Llerena, foto a foto.


En mi nuevo blog “Regina Turdulorum”, expondré con frecuencia algunas de mis fotografías hechas a los pueblos, las ermitas, los yacimientos arqueológicos, etc. ubicados en la Campiña de Llerena, u otras zonas que se tercien. Espero que os guste, lo visitéis y lo agreguéis a vuestros espacios favoritos, si así lo creéis.

Ruta por la Campiña Sur extremeña.

El recorrido de esta ruta nos adentrará en el conocimiento del rico patrimonio artístico-histórico de poblaciones como Llerena y Azuaga. Además podremos visitar el teatro romano de Regina, el parque natural de Berlanga o la mina de La Jayona.


Ver artículo entero en HOY

Exposición Regina y la alcazaba de: La voz de las piedras.

La exposición "Regina y la Alcazaba: La Voz de las Piedras" ha sido inaugurada el día 25 de febrero en el Patio del Excmo. Ayuntamiento de Llerena, a cargo de Lorenzo Gutiérrez, Presidente del Ceder Campiña Sur, acompañado por diferentes autoridades de la comarca.Esta exposición pretende mostrar la riqueza patrimonial del entorno de Regina y la Alcazaba a todos los habitantes de la Campiña Sur, de ahí su carácter itinerante, que ha fijado nuestra ciudad como punto de inicio.

Consta de maquetas, paneles informativos, láminas, todo complementado con un montaje audiovisual en el que se muestra el pasado, las actuaciones de rehabilitación, excavaciones, y adecuación para la visita turística realizadas en ambos entornos por el PROGRAMA TECO (Patrimonio Crea Empleo).

La exposición estará abierta en horario de mañana.
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Extraído de Ayto. de Llerena

Las Órdenes Militares en el entramado defensivo peninsular.

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En lo últimos tiempos es un hecho que los estudios castellológicos han sufrido una renovación en sus planteamientos metodológicos cuya consecuencia más importante ha sido una nueva visión sobre el papel y las funciones de las fortalezas. Dentro de las nuevas líneas de investigación, una parte se han dedicado al análisis de los sistemas defensivos. Una reflexión sobre estas redes de castillos, así como sobre los elementos que los definen y caracterizan, es el objetivo de este trabajo.
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Una vez recordadas esas dimensiones de las fortalezas medievales asociadas primordialmente al control de las vías de comunicación, y descrito suficientemente el alcance habitual de los mecanismos de defensa proporcionados por la conjunción de una serie de fortalezas, debemos también referirnos a otras consideraciones utilizadas recurrentemente para negar la categoría defensiva de dichos entramados y que son, igualmente, matizables.

Se indica, por ejemplo, que solo se puede concebir un diseño estratégico defensivo a partir de su vinculación a un poder político relativamente centralizado, aunque, a nuestro parecer, es perfectamente asumible una organización defensiva de tipo señorial sin enlace directo con la estrategia general de la monarquía. La Alta Edad Media peninsular está plagada de ejemplos de ello. Pero aún admitiendo la necesidad de tal vinculación —cuyos extremos hemos explicado hace un momento asociados a los nuevos presupuestos de consolidación de la monarquía que pueden apreciarse a partir de la segunda mitad del siglo XII—, parece claro en el caso de las Órdenes Militares, unas instituciones que surgen en la Península Ibérica con vocación más o menos generalizada de asumir, en nombre de la Corona, una lucha sostenida y fronteriza con los núcleos territoriales dominados por el Islam. No creemos que sea necesario insistir demasiado en que semejante actividad militar ha de contemplar acciones tanto ofensivas como defensivas. El profesor García Fitz se hace eco, incluso, de las alusiones documentales precisas en las que la Corona estima que uno de los rasgos fundamentales de las Órdenes es precisamente la de actuar como elemento de contención física ante los infieles. En realidad, no podía ser de otro modo, pues era esa su verdadera razón de ser. ¿Cabe pensar por tanto que unas instituciones semejantes eludiesen en el cumplimiento de su deber el diseño de redes defensivas a partir de los elementos más idóneos para ello, es decir, de las fortalezas? Obviamente pensamos que no. Pero es que, además, creemos haber puesto en evidencia la presencia de algunas de esas redes cástrales, en concreto referidas a la Orden de Alcántara, por medio de un estudio que valora la capacidad espacial de las tales dispositivos''.

Siguiendo la argumentación proporcionada por el profesor Rodíguez-Picavea, «la actuación militar de las Órdenes en la frontera castellano-andalusí hay que considerarla en una doble faceta: defensiva y ofensiva. En relación a la primera de ellas, las Órdenes Militares eran las encargadas de la defensa de buena parte de la frontera, mediante el control de las fortalezas, villas y aldeas y de las vías de comunicación que las unían o facilitaban el paso desde la Sierra».

De entre los muchos ejemplos que podemos encontrar en la documentación en los que se pone de manifiesto el papel de las Órdenes Militares como garantes de la integridad territorial en un reino y, por lo tanto, como promotores de un diseño espacial defensivo, señalaremos aquí el que en abril de 1194 nos muestra el tratado de paz de Tordehumos entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León. Los monarcas proponen la cesión de cinco castillos a los maestres de Calatrava y el Temple como garantía de los acuerdos adoptados y consiguiente seguridad del espacio fronterizo.

La misma naturaleza tiene la petición que hace Fernando IV en 1303, ordenando predicar la cruzada en Castilla y además recaudar todos sus derechos para el mantenimiento de la frontera y de los castillos de la Orden de Santiago en Huesear, Orce, Galera, Taibilla, etc.

La conciencia —y por lo tanto vigencia del concepto— de elaborar un sistema defensivo, particularmente en zona de frontera, no es exclusiva de las Ordenes Militares y, ni siquiera, de la realidad medieval cristiana. En la Península Ibérica, el dominio musulmán tiene la misma sensibilidad y establece, en consecuencia, mecanismos muy semejantes. Valga el ejemplo del famoso visir Ridwan que, en la primera mitad del siglo XIV, construye un enorme cinturón de atalayas fronterizas, relacionados con importantes caminos, alrededor de la ciudad de Huesear para defenderse las posesiones santiaguistas en el reino murciano.

De nuevo García Fitz nos proporciona un testimonio andalusí, en el que la referencia a un complejo defensivo compuesto por una red de fortalezas, no deja lugar a dudas. Se trata de la descripción referente al papel que fian de jugar una serie de puntos fuertes en Granada acondicionados en la frontera con la taifa de Almería durante el siglo XI: «formaron una línea defensiva de mi territorio, cerrándolo como un candado (...) A las guarniciones de los castillos restaurados, que eran siete, les ordené que tratasen bien a las gentes del país y protegieran toda aquella zona, impidiendo que nadie deseoso de hacerme mal pudiera meterse de improviso en mis dominios». Es decir, que sea cual sea el grado de centralización de que goza una entidad política determinada, se considera como acción prioritaria y hasta elemental, el proceder a una organización de líneas o sistemas defensivos, independientemente del grado de efectividad final que los mismos posean, y siempre contando con las limitaciones propias de la época.

Lo que no es correcto es vincular la existencia de tales operativos de defensa a una complejidad administrativa determinada ni, muchísimo menos, al fenómeno de construcción ex novo de fortalezas para desempeñar esa función: en la inmensa mayoría de los casos se trata simplemente de «utilización» de recursos existentes o, todo lo más, de readaptación de los mismos elementos.
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Extraído del artículo A propósito de los «sistemas defensivos» de fortificaciones en la Edad Media peninsular de Feliciano Novoa Pórtela y F. Javier Villalba Ruiz de Toledo.
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Publicaciones en Antrophistoria sobre Llerena en esta época:

“La columna de los ocho mil” (Producciones Morrimer).

“La columna de los ocho mil” es un documental sobre la Guerra Civil española, elaborado por Producciones Morrimer. El video se centra, sobre todo, en el desarrollo de esta contienda bélica por el sur de Extremadura, ciñéndose a las zonas colindantes al pueblo de Llerena. Se pueden observar algunos testimonios tomados de los supervivientes del drama.
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Por su extensión, el autor ha dividido el documental en siete partes, todas correspondientes a la misma obra.
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Video 1 (de 7)


Video 2 (de 7)


Video 3 (de 7)


Video 4 (de 7)


Video 5 (de 7)


Video 6 (de 7)


Video 7 (de 7)

Llerena, un pueblo sin gente necia.

En su «Libro de Cetrería», Luis Zapata de Chaves escribió en el siglo XVI que Llerena era un pueblo lleno de mujeres hermosas, de caballeros y letrados y que sus habitantes eran tan ingeniosos que «apenas necio podrá hallarse uno». Este texto está esculpido en una placa situada en la fachada del Palacio de los Zapata (ver foto), que ahora es Palacio de Justicia y antes fue sede del tribunal de la Inquisición.

Y bastante razón tenía don Luis Zapata porque en este pueblo, en cuanto te descuidas, surge el ingenio. Recorremos la villa por su circunvalación, que aquí llaman la LL-30, rodeando torreones, paños de muralla con los restos de sus cinco puertas, y van surgiendo curiosidades: la estatua del Tumbaíto, que no es otro que Pedro Cieza de León, un llerenense que trajo la patata de América, la rotonda de Dalí, así llamada por su peralte imposible, el viento helado, porque la sierra impide la llegada de los vientos del sur y provoca que todos los años, curiosa estadística, nieve al menos un día...

Nos adentramos después en el casco urbano y nos topamos con la torre mudéjar de la iglesia. «Es como la Giralda, pero más especial porque ésta parte de la bóveda y aquella, del suelo», presumen en Llerena. Aquí, la imprenta Grandizo, que ya funcionaba hace 80 años. En ella se imprimía el material del partido trostkista POUM, que se repartía en Cataluña. Uno de sus principales dirigentes era el llerenense Luis Rastrollo. Allí, el barrio de El Coso, la calle Corredera de los toros, los arcos de la iglesia, desde donde se veían las corridas... Pero en Llerena no se celebran festejos taurinos porque el empresario estafó a los diestros hace dos años y el sindicato taurino ha vetado una plaza que no existe.

En la plaza principal hay una fuente diseñada por Zurbarán, que se casó dos veces en Llerena y aquí vivió y pintó. En el pueblo llegó a haber siete conventos de frailes y nueve de monjas. Llerena fue importantísima durante el Antiguo Régimen. Aquí estaba el Tribunal de la Inquisición, del que se dice que fue muy cruel, pero lo cierto es que cuando juzgaron a los Iluminados de Llerena, solo dos fueron ajusticiados. Y eso que pretendían llegar al cielo por la vía sexual, una herejía muy particular: la mística orgásmica.

Llerena llegó a ser tan importante que se dice que los llerenenses aún se miran el ombligo. Lo asegura Xosé Antonio Perozo, un llerenense convertido en escritor gallego y en gallego. Su madre visitó la compostelana Plaza del Obradoiro y opinó como buena llerenense: «Bueno, es bonita, pero una manita de cal no le vendría mal». Su hijo editó una enciclopedia gallega en la editorial Ir Indo y definió así Azuaga: «Localidad cercana a Llerena».

El pique con Azuaga es tradicional y tiene su gracia (...) el enfrentamiento proviene de la Edad Media, cuando a Llerena le ponen muralla y a Azuaga la dejan en medio del campo. Hoy, Azuaga tiene más habitantes que Llerena (10.000 frente a 6.000), pero es en Llerena donde están los juzgados, el hospital, el tren.

«No caemos muy bien en los pueblos de los alrededores, pero es lógico. Aquí estaba la Inquisición y los vecinos de los pueblos cercanos venían a ser juzgados. En la Guerra Civil, en los pueblos de los alrededores estaban los muertos y aquí los ejecutores que los fusilaban. Aún hoy, se viene a Llerena si estás enfermo para que te ingresen en el hospital. Pero nosotros ejercemos de llerenenses, no podemos evitarlo, nos defendemos, nos unimos».

Los 'morrimer'.

Ellos, los ejercientes, son miembros de la Asociación Cultural Morrimer. Julio Fernández, graduado social, Fernando Ramos, actor, Ángel Hernández, conserje e historiador con varias publicaciones, Antonio Navarro, funcionario y psicólogo... Esta asociación llerenense cuenta con 411 socios, lleva funcionando diez años, desde que Paco Freire, un realizador que ahora trabaja en una importante productora gallega, les inoculó el virus audiovisual. Desde entonces han grabado varios cortos y un documental, «La columna de los 8.000», proyectado en varias televisiones, en Viena, Londres, Roma y Nueva York y en casi todas las filmotecas de España, incluida la Nacional, excepto, ¿atención!, en la de Extremadura.

«La columna de los 8.000» narra las peripecias, que acaban en masacre cerca de Llerena, de 8.000 extremeños republicanos que intentaban escapar del avance de la llamada Columna de la Muerte de Yagüe. Ahora, los 'morrimer', como se les conoce popularmente, preparan otro documental sobre los campos de concentración de Barrancos, donde el teniente Seixas cobijó y salvó de la muerte a centenares de extremeños y andaluces. En sus documentales, los 'morrimer' son asesorados por historiadores como los extremeños José María Lama o Francisco Espinosa y la portuguesa Dulce Simoes.

La asociación Morrimer organiza también un festival de cortos llamado El Pecado. Se celebra en agosto. Las proyecciones se realizan en diferentes placitas de Llerena, que se llenan hasta la bandera. Se presentan alrededor de 250 cortometrajes y tienen tanta calidad que en la última edición, de los 10 cortos nominados a los Goya, siete se habían presentado antes en El Pecado. Un corto premiado en Llerena, «La ruta natural», ganó después el festival de Sundance.

Aquí ha ganado Nacho Vigalondo, nominado después a los Oscar, y el año pasado triunfó el equipo de Muchachada Nui. Como los 'morrimer' son más bien pobres y voluntariosos, suelen pagar las colaboraciones con paletillas de jamón ibérico, que también reciben los premiados en el festival de cortos.

Hoy, Llerena es un pueblo donde los servicios se imponen a la agricultura. Los olivares de la sierra están siendo comprados por vecinos de los pueblos cercanos, mientras el polígono industrial llerenense empieza a desarrollarse. Hay una empresa textil, Saycars, con más de 60 trabajadores en temporada baja, dos industrias cárnicas de cierta importancia, dos fábricas de pienso, y una de abonos.

Llerena cuenta con dos institutos que imparten algunas especialidades de FP únicas en Extremadura como Radiodiagnóstico. En la villa hay tradición educacional. Aquí estuvo el colegio de jesuitas, que hoy se encuentra en Villafranca. Tras ser expulsados de España, al regresar, cambiaron de ubicación. También había un popular colegio para estudiantes díscolos y cuenta con un importante centro de educación especial, con más de 30 trabajadores y más de cien usuarios, y una asociación puntera de lucha contra la droga, con residencia y granja de desintoxicación.

Llerena es el centro comercial de una quincena de pueblos. Siempre estuvo muy unida a Sevilla, tanto en lo laboral como en lo estudiantil, pero ahora, a pesar de la autovía, Mérida y Badajoz tienen más peso. En turismo, se ha pasado de tener dos hostales y una pensión a contar, además, con una hospedería de cuatro estrellas y dos hoteles de tres.

Llerena ya no es aquella capital de la Orden de Santiago cuyo gobernador controlaba, entre 1300 y 1835, más de 50 pueblos. Pero sigue siendo un pueblo de referencia. Ya no tiene gobernador, pero su alcalde, el socialista Valentín Cortés (tres mandatos con mayoría absoluta) preside la Diputación de Badajoz, aunque no parece que vaya a declarar Llerena ciudad 'independiente' como sucedió en 1835.

Ese año se produjo el cisma de Maeso, líder de la más importante familia llerenense, que se opone a que el pueblo dependa del obispo de Badajoz. Durante año y medio, los curas papistas son apedreados y encarcelados y no se legalizan los sacramentos.

Hubo otra rebelión en los años 70, cuando los hippies del pueblo se opusieron a que la Plaza se cerrara durante las fiestas porque era del pueblo. Y triunfaron. De aquella movida nació un grupo de teatro cuyos herederos son la compañía Teatro de Papel. En ella está Fernando Ramos, un actor, un 'morrimer' que se declara rebelde sin causa: «Soy de IU y del Bilbao. siempre a un punto del descenso». Hace años, la Guardia Civil lo denunció por cantar a las cinco de la mañana y él denunció a la Iglesia porque las campanas del convento lo despertaban a las siete. Es Llerena, sitio distinto.
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Extraído de HOY

Rutas temáticas de la provincia de Badajoz.

Es curiosa la nueva guía turística que ha creado la diputación de Badajoz. En ella, las diferentes rutas descritas son recorridas por unos personajes de ficción. Se van describiendo diferentes pueblos pacenses y sus diferentes épocas históricas, sobre todo la mudéjar y templaria-santiaguista. Pinchando en la foto de arriba podéis visitarla.