'Una
fiesta cualquiera, un desfile o una entrega de banderas o algo por el estilo,
les hace abandonar el frente y marcharse a la retaguardia'
Argos decía en La Voz que los falangistas desoían la disciplina militar de Franco |
Como niños jugando a
las tabas andaban los franquistas por España en 1936. Así, un artículo que se
había publicado en La Dépêche de
Toulouse relataba cómo era el comportamiento del franquismo, tanto dentro
como fuera de las fronteras españolas. El Caudillo, se escribía entonces, era
de sobra consciente de que, sin apoyo exterior, ganar España era igual de difícil que entablillar la pata de un
unicornio. Necesitaba, por tanto, legitimar sus actos en Europa y donde
hiciese falta.