Tras un período de constantes tensiones, en 1739 Gran
Bretaña declara oficialmente la guerra a la Corona de España tras la
comparecencia de Jenkins en el parlamento inglés que, a modo de prueba, mostró
su oreja en un frasco
El negocio de la esclavitud, que se venía practicando desde
antiguo, tuvo su época de esplendor en la América colonial y España, que por
aquellos entonces era la potencia que regía ese territorio, ante la
imposibilidad de acceder a África para apresar sus propios esclavos y
comercializarlos, pues Portugal no permitía a ningún barco español acercarse a
las costas africanas, estableció el llamado “asiento de negros” para dar
entrada a los esclavos negros en América y obtener beneficios por su venta. De
esta forma, la Corona de España cedía el monopolio del comercio de esclavos en
América y a cambio recibía un porcentaje de los beneficios que solía ser de
24%.