Un grupo de investigadores alemanes y canadienses lanzan la hipótesis de que la práctica de la monogamia obedece a una medida
preventiva contra las ETS
La monogamia es una práctica minoritaria en relación con el total de las sociedades existentes |
Muchos ríos de tinta han fluido tratando de hallar una respuesta
en torno a la cuestión de la monogamia en los seres humanos. Últimamente son
frecuentes los estudios que defienden a capa y espada que el Homo sapiens no está en esencia
hecho para anclarse a una sola pareja por
un determinado tiempo (o para toda la vida), tratándose de una forma de
cohabitación poco común. De hecho, acorde al antropólogo George Peter Murdock,
realizando un estudio que abarcó 238 sociedades de todo el planeta encontró el matrimonio monógamo en un 16% de ellas; es decir, 43 sociedades.
Pero, aun siendo culturalmente
minoritario, no deja de ser
llamativo no sólo cómo ha pervivido esta práctica hoy día, sino cual fue acaso
su origen. De tratar de explicarlo también han aportado su granito de arena los
investigadores de la Universidad de Waterloo en Canadá y el Instituto Max Planck de
Antropología Evolutiva en Alemania.