Un refrán muy popular que data de la época en la que el rey Carlos III gobernaba
España
Este dicho se utiliza habitualmente para referirse al hecho de irse de fiesta o de juerga a lugares poco apropiados. No obstante, en su origen, irse de picos pardos fue una orden que proclamó Carlos III (1716-1788) para diferenciar a las prostitutas de las mujeres que no ejercían ese oficio.