El
reflejo ateniense en la actualidad
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Heródoto, padre de la historiografía |
Viendo el concepto de demos,
la historiografía actual coincide en que el concepto del pueblo de
Atenas, aquel que tenía el poder, no implicaba a todos los habitantes libres
(separación de libres-esclavos); sino que, aquéllos que se identificaban con el
concepto en sí mismo de libertad, negaban la plena ciudadanía a dos
grupos, muy numerosos, de sus habitantes libres: las mujeres y los extranjeros.
De esta manera, nos encontramos ante una sociedad que se definía a sí misma -y
a través de su propaganda- como defensora de la libertad, la que daba el
poder al pueblo libre, pero a la vez realizaba una división dentro de los
habitantes libres y los que podían disfrutar de la ciudadanía; es más, en el
caso de las mujeres se hacía una distinción entre el derecho a la ciudadanía y
el derecho a la plena ciudadanía, es decir a disfrutar de plenos derechos políticos.
La concepción que se tenía de la ciudadanía, es decir de lo civilizado, es,
teóricamente, contraria a la concepción de bárbaro; pero esta nos viene dada
sólo a través de una propaganda política que en ningún momento deja de lado la
subjetividad. Ahora bien, como hemos mencionado, un simple análisis de la
sociedad griega -espartana y ateniense concretamente- es suficiente para ver
las incoherencias que se presentaban dentro del mismo sistema.