Nueve curiosidades del sumo, el deporte ancestral japonés

Una tradición profundamente arraigada

Imagen meramente ilustrativa.

El sumo es mucho más que un deporte en Japón, es una tradición profundamente arraigada en la cultura y la historia del país. Con raíces que se remontan a más de mil años, el sumo ha evolucionado desde sus orígenes rituales hasta convertirse en una forma de entretenimiento y competencia reconocida a nivel mundial. En este artículo, vamos a explorar nueve curiosidades fascinantes del sumo y a ofrecer una visión detallada y profunda de este deporte ancestral.


1. Orígenes míticos y históricos del sumo

El sumo tiene una historia rica y antigua que se entrelaza con la mitología y la religión japonesa. Según la leyenda, el origen del sumo se remonta a un combate mítico entre los dioses Takemikazuchi y Takeminakata para determinar el dominio sobre el archipiélago japonés. Este combate divino no solo estableció la supremacía de Takemikazuchi, sino que también sentó las bases para el ritual del sumo.

Históricamente, este arte marcial se menciona por primera vez en textos del período Nara (710-794), pero su práctica como una forma de entretenimiento cortesano se consolidó durante el período Heian (794-1185). Los combates de sumo eran realizados en la corte imperial para celebrar eventos importantes y pedir la bendición de los dioses para cosechas abundantes y prosperidad.

Durante el período Edo (1603-1868), el sumo comenzó a tomar la forma estructurada y profesional que conocemos hoy. Fue en este tiempo cuando se establecieron los primeros torneos públicos, atrayendo grandes multitudes y convirtiéndose en una forma de entretenimiento popular. La era Meiji (1868-1912) trajo consigo la modernización de Japón y con ella, la formalización de las reglas y la organización del sumo profesional.


2. La Ceremonia del Dohyo-Iri

Uno de los aspectos más ritualísticos y visualmente impresionantes del sumo es la ceremonia del dohyo-iri o entrada al ring. Antes de cada torneo, los luchadores de sumo (rikishi) realizan una serie de movimientos ceremoniales para purificar el dohyo (ring) y pedir protección divina. Esta ceremonia es una reminiscencia de los orígenes religiosos del sumo y refleja la reverencia con la que se trata este deporte en Japón.

Durante el dohyo-iri, los rikishi ingresan al ring vistiendo un mawashi, una especie de cinturón tradicional, y llevando consigo elementos simbólicos como sal, que se esparce alrededor del dohyo para purificarlo. Los movimientos ceremoniales, incluyendo pasos amplios y aplausos rítmicos, están diseñados para ahuyentar a los malos espíritus y asegurar la integridad de la competencia.

El yokozuna, el rango más alto en el sumo, tiene una versión especial de esta ceremonia llamada yokozuna dohyo-iri. En esta versión, el yokozuna realiza movimientos adicionales y lleva una cuerda ceremonial llamada tsuna alrededor de su cintura, que simboliza su estatus y pureza espiritual. La ceremonia del dohyo-iri no solo es un espectáculo visual, sino también una manifestación de la rica tradición y el simbolismo del sumo.


3. El mawashi: más que un simple cinturón

El mawashi es la prenda distintiva que usan los luchadores de sumo y juega un papel crucial tanto en la competencia como en la tradición del deporte. Aunque puede parecer un simple cinturón, el mawashi tiene un significado y una funcionalidad mucho más profundos.

El mawashi está hecho de un material resistente, generalmente de seda para los rikishi de mayor rango y de algodón para los de rangos inferiores. Su longitud puede alcanzar los 10 metros y su anchura alrededor de 60 centímetros. Los luchadores lo envuelven cuidadosamente alrededor de su cuerpo, asegurándolo con nudos específicos que varían según el estilo y preferencia de cada rikishi.

Más allá de su función práctica, el mawashi es un símbolo de honor y dedicación. La manera en que se coloca y se cuida el mawashi refleja la disciplina y el respeto del luchador hacia el deporte. En el sumo, la apariencia y el mantenimiento del mawashi son una extensión de la etiqueta y el comportamiento esperado de los rikishi.

Durante un combate, el mawashi también juega un papel táctico. Los luchadores lo utilizan para agarrar y controlar a su oponente, buscando ventajas estratégicas. Dominar las técnicas relacionadas con el uso del mawashi es esencial para cualquier rikishi, y a menudo los combates se deciden por la habilidad de manipular y defender esta prenda fundamental.


4. El estilo de vida de los rikishi

La vida de un rikishi está estrictamente regulada y se centra en el sumo. Desde una edad temprana, los aspirantes a luchadores ingresan a las heya, o establos de entrenamiento, donde viven y entrenan bajo la supervisión de preparadores experimentados. La rutina diaria de un rikishi está diseñada para maximizar su potencial físico y mental, y está llena de tradiciones y reglas que rigen todos los aspectos de su vida.

El día de un rikishi comienza temprano con un entrenamiento riguroso que incluye ejercicios de fuerza, técnicas de lucha y práctica ritual. Este entrenamiento es físicamente extenuante y puede durar varias horas. Después del entrenamiento matutino, los rikishi disfrutan de una comida tradicional llamada chanko-nabe, un estofado nutritivo y calórico diseñado para ayudarles a ganar masa muscular y mantener su energía.

Además del entrenamiento físico, los rikishi también aprenden sobre la etiqueta y los rituales del sumo. El respeto por los superiores, la humildad y la disciplina son valores fundamentales en la vida de un luchador de sumo. Los rikishi de menor rango tienen tareas adicionales, como limpiar las instalaciones y preparar las comidas, lo que refuerza la jerarquía y la estructura disciplinaria del deporte.

La dedicación al sumo es total y los rikishi rara vez tienen tiempo libre o actividades fuera de su entorno de entrenamiento. Esta vida de disciplina y sacrificio es crucial para alcanzar los niveles más altos del sumo profesional, y solo unos pocos logran convertirse en luchadores de alto rango o incluso en yokozuna.


5. La importancia de los torneos

El sumo profesional se estructura alrededor de seis grandes torneos anuales, conocidos como honbasho, que se celebran en diferentes ciudades de Japón. Estos torneos son los eventos más importantes en el calendario del sumo y son seguidos con gran interés tanto por los aficionados locales como por los internacionales.

Cada torneo dura 15 días, durante los cuales los luchadores compiten en una serie de combates diarios. El desempeño en estos torneos determina el rango de los rikishi, y los resultados pueden tener un impacto significativo en sus carreras. Los luchadores de alto rango, como los ozeki y yokozuna, están bajo una presión constante para mantener su estatus y demostrar su habilidad.

Los honbasho no solo son competiciones deportivas, sino también eventos culturales significativos. Las ceremonias de apertura y cierre, los rituales de purificación y las demostraciones de respeto y tradición son parte integral de estos torneos. Los aficionados del sumo, conocidos como sumo-tori, asisten en masa, y los estadios suelen estar llenos, reflejando la popularidad y la importancia del sumo en la sociedad japonesa.


6. El papel de las mujeres en el sumo

El sumo ha sido históricamente un dominio exclusivamente masculino y las mujeres han tenido un papel muy limitado en este deporte. Según la tradición sintoísta, las mujeres son consideradas impuras para el dohyo, el ring sagrado del sumo, y por lo tanto se les prohíbe participar en los combates y ceremonias. Esta exclusión ha sido objeto de debate y controversia en los tiempos modernos.

Sin embargo, las mujeres han encontrado formas de participar y contribuir al sumo de maneras indirectas. En los últimos años, ha habido un creciente interés en el sumo femenino y se han organizado competiciones de sumo amateur para las féminas. Estas pruebas no tienen la misma tradición y reconocimiento que el sumo profesional masculino, pero representan un paso hacia la inclusión y la igualdad de género en el deporte.

Además, las mujeres juegan un papel crucial en el apoyo logístico y administrativo del sumo. Las esposas de los entrenadores y otros miembros del personal de los establos de sumo son responsables de muchas de las tareas diarias que mantienen el funcionamiento de estos lugares. Su contribución, aunque a menudo pasada por alto, es fundamental para el éxito y la continuidad del sumo.


7. La dieta y nutrición de los rikishi

La dieta de los luchadores de sumo está diseñada para maximizar su masa corporal y fuerza. El chanko-nabe, el plato central de su dieta, es un estofado nutritivo que puede incluir una variedad de ingredientes como carne, pescado, tofu y verduras. Este plato se consume en grandes cantidades junto con arroz y otros alimentos ricos en calorías.

Los rikishi suelen comer dos grandes comidas al día, una después del entrenamiento matutino y otra por la tarde. Después de comer, es común que tomen una siesta para ayudar a su cuerpo a absorber las calorías y promover el aumento de peso. Este régimen dietético, combinado con el intenso entrenamiento físico, resulta en el desarrollo de la complexión robusta y poderosa que caracteriza a los luchadores de sumo.

Además del chanko-nabe, los rikishi consumen una variedad de alimentos ricos en proteínas y carbohidratos. La ingesta calórica diaria puede superar fácilmente las 7000 calorías, dependiendo de las necesidades individuales y el plan de entrenamiento. La nutrición es un aspecto crítico del régimen de un luchador y cada establo de sumo tiene su propia receta y variaciones del chanko-nabe para satisfacer las necesidades de sus rikishi.


8. El retiro y la vida después del sumo

La carrera de un luchador de sumo es relativamente corta debido a las exigencias físicas y el desgaste del deporte. Muchos rikishi se retiran en sus treintas, aunque algunos pueden continuar compitiendo en sus cuarentas. El retiro del sumo, conocido como intai, es una transición significativa y a menudo desafiante para los luchadores.

Al retirarse, muchos ex-rikishi permanecen involucrados en el mundo del sumo, ya sea como entrenadores, administradores de establos o comentaristas. Aquellos que han alcanzado altos rangos, como ozeki o yokozuna, pueden recibir la licencia de entrenador y abrir su propio estable de sumo. Sin embargo, la vida después del sumo puede ser difícil para aquellos que no tienen estos privilegios o que no han alcanzado la fama.

El sumo proporciona una estructura y un sentido de comunidad que puede ser difícil de reemplazar después del retiro. La adaptación a la vida fuera del dohyo requiere nuevos enfoques y habilidades, y el apoyo de la familia y la comunidad es crucial. Muchos ex-rikishi encuentran trabajo en el negocio de los restaurantes, utilizando su conocimiento de la cocina tradicional de chanko-nabe.


9. La modernización y los desafíos del sumo

El sumo, como muchas tradiciones antiguas, enfrenta el desafío de modernizarse mientras mantiene sus raíces culturales. La popularidad del sumo ha fluctuado a lo largo de los años, y ha habido esfuerzos concertados para atraer a una audiencia más joven y global. Esto incluye la transmisión televisiva de los torneos, la promoción en redes sociales y la adaptación de ciertos aspectos del deporte para hacerlo más accesible.

Uno de los desafíos más significativos es abordar los problemas de salud y bienestar de los rikishi. La vida de un luchador de sumo es físicamente demandante y puede llevar a problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares y diabetes. La Asociación Japonesa de Sumo ha comenzado a implementar programas de salud y bienestar para apoyar a los rikishi durante y después de sus carreras.

Otro desafío es la preservación de la integridad y la pureza del deporte en un mundo cada vez más comercializado. A pesar de los cambios y adaptaciones, el sumo sigue siendo un símbolo poderoso de la cultura y la tradición japonesa, y hay un esfuerzo constante para mantener los valores y rituales que han definido el deporte durante siglos.

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