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Los orígenes del horóscopo: de ciencia babilónica a superstición popular

La ciencia babilónica y el nacimiento de la astrología

Imagen meramente ilustrativa.

La astrología, y por ende el horóscopo, tiene sus raíces en la antigua Babilonia, alrededor del siglo XVIII a.C. Los babilonios fueron los primeros en registrar observaciones astronómicas sistemáticas y utilizarlas para hacer predicciones. Estos antiguos astrónomos creían que los movimientos de los cuerpos celestes influían directamente en los acontecimientos de la Tierra. Así, desarrollaron un sistema para interpretar estos movimientos y correlacionarlos con fenómenos terrestres.

La astrología babilónica se centraba en los zodíacos y los signos solares. El zodiaco babilónico constaba de 12 signos, cada uno asociado a una constelación específica, que los babilonios identificaron y nombraron. Este sistema se utilizaba no solo para predecir eventos naturales, como las inundaciones del río Éufrates, sino también para asesorar a los reyes y guiar decisiones importantes en la política y la guerra.


La expansión de la astrología a Grecia y Roma

La influencia babilónica en la astrología se extendió a través del intercambio cultural con otras civilizaciones. Hacia el siglo IV a.C., la astrología babilónica llegó a Grecia, donde fue adoptada y adaptada por los griegos. Los astrónomos griegos, como Hiparco y Ptolomeo, integraron las observaciones babilónicas con sus propios conocimientos astronómicos, desarrollando una versión más sofisticada de la astrología.

En Grecia, la astrología se convirtió en una disciplina académica. Ptolomeo, en su obra Tetrabiblos, sistematizó la astrología y la dividió en ramas: la astrología natal, que se ocupa de la vida y el carácter de una persona, y la astrología mundana, que trata de eventos globales. Este enfoque académico llevó a la astrología a ser considerada una ciencia en el mundo antiguo.

Los romanos también adoptaron la astrología, que se integró profundamente en la cultura de esta civilización. Los emperadores romanos consultaban a astrólogos para tomar decisiones políticas y personales. Con el tiempo, la astrología se popularizó entre el pueblo, y el horóscopo personal se convirtió en una práctica común.


La transformación de ciencia a superstición

A medida que la astrología se extendía y evolucionaba, comenzó a mezclarse con creencias populares y prácticas supersticiosas. Durante la Edad Media, la astrología fue influenciada por la teología cristiana. Aunque algunos pensadores cristianos aceptaban la astrología como una ciencia, otros la condenaban como una forma de adivinación prohibida por la Biblia.

En la Europa renacentista, la astrología experimentó un resurgimiento. Los astrólogos gozaban de gran prestigio y eran consultados por la realeza y la nobleza. Sin embargo, con el advenimiento de la Ilustración y el desarrollo de la astronomía moderna, la astrología comenzó a perder su estatus científico.

La Revolución Científica del siglo XVII desacreditó muchas de las premisas de la astrología. Los avances en la comprensión del cosmos y las leyes naturales demostraron que los movimientos de los cuerpos celestes no influían en los eventos terrestres de la manera que los astrólogos proponían. La astrología fue relegada a la categoría de superstición y dejó de ser considerada una ciencia.


El horóscopo en la cultura contemporánea

A pesar de su desacreditación científica, la astrología y el horóscopo han perdurado y evolucionado hasta convertirse en una forma popular de entretenimiento en la cultura contemporánea. Los horóscopos se encuentran en periódicos, revistas y sitios web, ofreciendo predicciones diarias basadas en los signos del zodiaco.

El horóscopo moderno se centra principalmente en la astrología natal, proporcionando interpretaciones sobre la personalidad y el destino de una persona basadas en la posición de los astros en el momento de su nacimiento. Aunque muchos consideran que estos horóscopos carecen de fundamento científico, su popularidad demuestra su atractivo duradero.

La psicología moderna sugiere que el atractivo del horóscopo puede estar relacionado con el efecto Forer o efecto Barnum, donde las personas tienden a aceptar descripciones vagas y generales de su personalidad como altamente precisas. Además, en una era de incertidumbre, los horóscopos ofrecen una sensación de control y previsibilidad, satisfaciendo una necesidad humana básica de comprensión y previsión.

Y tú, ¿crees en el horóscopo?

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