Fundación y desarrollo
La fundación de la Biblioteca de Alejandría se atribuye generalmente a Ptolomeo I Sóter y su sucesor, Ptolomeo II Filadelfo. Estos reyes de la dinastía ptolemaica buscaron establecer a Alejandría como un centro de cultura y aprendizaje, rivalizando con Atenas. La Biblioteca se ubicó en el complejo del Mouseion (Museo), un instituto de investigación dedicado a las musas, las diosas del saber.
El Mouseion y la Biblioteca formaban un conjunto arquitectónico y académico, atrayendo a eruditos de todo el mundo mediterráneo. Entre sus muros se recopiló un vasto acervo de conocimientos en forma de rollos de papiro, abarcando disciplinas como filosofía, ciencia, medicina, literatura, y matemáticas. Se estima que en su apogeo, la Biblioteca pudo albergar entre 400,000 y 700,000 rollos.
Eruditos y obras famosas
La Biblioteca de Alejandría no solo era un almacén de textos, sino también un vibrante centro de investigación. Se establecieron becas y se invitó a académicos para residir en Alejandría y realizar su trabajo. Entre los eruditos más notables asociados con la Biblioteca se encuentran Euclides, conocido como el padre de la geometría; Eratóstenes, quien calculó la circunferencia de la Tierra con sorprendente precisión; y Herófilo, considerado uno de los primeros anatomistas.
Euclides, autor de "Los Elementos", una obra fundamental en la historia de las matemáticas, pasó parte de su vida trabajando en Alejandría. Su obra sistematizó el conocimiento geométrico de su tiempo y ha influido en la enseñanza de las matemáticas durante siglos. Eratóstenes, por su parte, fue el primero en medir la circunferencia de la Tierra utilizando principios geométricos, demostrando la aplicabilidad práctica del conocimiento teórico.
Herófilo, trabajando en un campo distinto, realizó importantes avances en la medicina y la anatomía. Sus estudios de los sistemas nervioso y circulatorio sentaron las bases de la anatomía moderna. Junto con otros médicos de la Biblioteca, como Erasístrato, Herófilo realizó disecciones de cadáveres, un enfoque revolucionario en la época, que permitió una comprensión más precisa del cuerpo humano.
La colección y su influencia
La colección de la Biblioteca de Alejandría era vastísima y se enriquecía constantemente mediante una política agresiva de adquisición. Los Ptolomeos ordenaron a los barcos que atracaban en el puerto de Alejandría entregar cualquier libro o rollo que llevaban a bordo. Estos textos eran copiados, y las copias se devolvían a los propietarios originales mientras que los originales se conservaban en la Biblioteca.
La Biblioteca también fue famosa por su intento de traducir al griego todos los textos importantes del mundo conocido. Un ejemplo destacado de esta política es la traducción de la Biblia hebrea al griego, conocida como la Septuaginta. Este trabajo monumental no solo facilitó el acceso al texto sagrado judío para los hablantes de griego, sino que también tuvo un impacto duradero en la tradición cristiana y en la transmisión del conocimiento bíblico.
La influencia de la Biblioteca de Alejandría se extendió mucho más allá de su existencia física. Su modelo de coleccionismo, traducción y erudición estableció un estándar que sería emulado por instituciones posteriores. La Biblioteca sirvió como prototipo para las grandes bibliotecas y centros de aprendizaje de la Edad Media y el Renacimiento, y su legado perdura en las bibliotecas modernas.
Declive y destrucción
El declive de la Biblioteca de Alejandría es un tema rodeado de controversia y misterio, con varias teorías sobre cómo y cuándo ocurrió su destrucción. Uno de los primeros eventos que pudo haber contribuido a su declive fue el saqueo de Alejandría por Julio César en el 48 a.C. Durante este conflicto, un incendio devastó parte de la ciudad y pudo haber afectado a la Biblioteca.
Otra teoría sugiere que la Biblioteca sufrió durante el periodo de la revuelta de Aureliano (270-275 d.C.), cuando el emperador romano luchó para recapturar Alejandría de la reina Zenobia de Palmira. Las campañas militares y la subsiguiente inestabilidad podrían haber causado daños significativos a la Biblioteca y a su colección.
El golpe final a la Biblioteca pudo haber llegado en el siglo IV, cuando el emperador Teófilo autorizó la destrucción de templos paganos en Alejandría, incluido el Serapeum, que albergaba parte de la colección de la Biblioteca. Este acto de destrucción fue parte de un esfuerzo más amplio por erradicar el paganismo en el Imperio Romano y consolidar el cristianismo como la religión dominante.
Legado y significado histórico
A pesar de su desaparición, el legado de la Biblioteca de Alejandría perdura como un símbolo del poder del conocimiento y la importancia de la preservación intelectual. Su modelo de recopilación y difusión de información ha inspirado a generaciones de eruditos y bibliotecarios.
La Biblioteca de Alejandría también es un recordatorio de la fragilidad de la civilización y del conocimiento acumulado. La pérdida de su vasta colección es una advertencia sobre los peligros de la intolerancia y la violencia en la destrucción del saber. En un mundo donde el conocimiento y la información están en constante amenaza, la historia de la Biblioteca de Alejandría subraya la necesidad de proteger y preservar el legado intelectual de la humanidad.
En la actualidad, la nueva Biblioteca de Alejandría, inaugurada en 2002 en Egipto, se erige como un homenaje a su predecesora. Este moderno centro de conocimiento busca revivir el espíritu de la antigua Biblioteca, promoviendo la investigación, el aprendizaje y el intercambio cultural a nivel global.
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