Heinrich Schliemann vs la Troya de Homero: una historia de descubrimientos y controversias

Un comerciante alemán convertido en arqueólogo

Imagen meramente ilustrativa.

Heinrich Schliemann, un comerciante alemán convertido en arqueólogo autodidacta, es famoso por sus descubrimientos en la antigua ciudad de Troya. Guiado por los escritos de Homero, Schliemann emprendió una misión para desenterrar la ciudad legendaria descrita en La Ilíada. En este artículo vamos a explorar la vida de Schliemann, su obsesión con Troya, los descubrimientos que realizó y las controversias que rodearon su trabajo, así como el impacto de sus hallazgos en la arqueología moderna.


La obsesión de Schliemann con Homero

Heinrich Schliemann nació el 6 de enero de 1822 en Neubukow, Alemania. Desde joven, mostró un interés por la historia y las lenguas clásicas, influenciado por los relatos homéricos que le narraba su padre. Aunque inicialmente se dedicó al comercio, acumulando una considerable fortuna, nunca abandonó su fascinación por las epopeyas de Homero. A los cuarenta y seis años, decidió dejar su carrera en el comercio para dedicarse a la arqueología.

La convicción de Schliemann de que los textos de Homero eran más que simples mitos fue el motor que lo llevó a la búsqueda de Troya. En una época en la que muchos académicos consideraban La Ilíada y La Odisea como ficciones poéticas, Schliemann estaba seguro de que Troya existía y de que podía encontrarla. Su autodidactismo y su determinación fueron clave para su éxito, aunque también le acarrearon críticas y desconfianza por parte de la comunidad académica.


Excavaciones en Hisarlik

En 1870, Schliemann inició sus excavaciones en Hisarlik, un montículo en el noroeste de Turquía que identificó como el sitio de la antigua Troya. Utilizando técnicas de excavación invasiva, Schliemann y su equipo comenzaron a desenterrar las diferentes capas de la ciudad. Sus métodos, aunque eficaces para desenterrar el lugar y descubrirlo, fueron criticados por su falta de precisión y por los daños causados a los estratos arqueológicos superiores.

Uno de los hallazgos más importantes de Schliemann fue el denominado "Tesoro de Príamo", un conjunto de objetos de oro, plata y bronce que él atribuyó al legendario rey troyano. Sin embargo, estudios posteriores determinaron que estos artefactos pertenecieron a una fase mucho más antigua de la ciudad, no a la Troya homérica. A pesar de las controversias, el descubrimiento del tesoro captó la imaginación del público y reforzó la fama de Schliemann como el descubridor de Troya.


Controversias y legado

La vida y el trabajo de Schliemann no estuvieron exentos de controversia. Los métodos arqueológicos mencionados, que a menudo implicaban la destrucción de capas importantes de la ciudad, fueron duramente criticados. Además, se le acusó de haber falsificado algunos de sus hallazgos y de exagerar la importancia de otros.

Pero, a pesar de estas críticas, el impacto de Schliemann en la arqueología es innegable. Sus descubrimientos en Troya y posteriores excavaciones en Micenas, donde encontró lo que llamó la "Máscara de Agamenón", abrieron nuevas vías para la arqueología prehistórica en el Egeo.

Schliemann murió el 26 de diciembre de 1890 en Nápoles, Italia. Su legado, aunque polémico, perdura en la historia de la arqueología. Su convicción en la historicidad de los textos homéricos y su habilidad para comunicar sus descubrimientos al público general ayudaron a popularizar la arqueología y a inspirar futuras investigaciones en la región.


La Troya de Homero y la arqueología moderna

El trabajo de Schliemann sentó las bases para las excavaciones modernas en Troya, dirigidas por arqueólogos como Wilhelm Dörpfeld y Manfred Korfmann. Estos investigadores adoptaron unos métodos más precisos y científicos, que permitieron una mejor comprensión de las distintas fases de ocupación del sitio de Hisarlik.

Las excavaciones modernas han confirmado que Troya fue una ciudad importante en la Edad del Bronce, con una historia que abarca varios milenios. Aunque no se ha encontrado evidencia directa de los hechos descritos en La Ilíada, los hallazgos arqueológicos sugieren que Troya fue una ciudad próspera y estratégica, que sufrió algunas destrucciones y reconstrucciones a lo largo de los siglos.

El mito de Troya y la guerra troyana sigue siendo una fuente de fascinación, tanto para los arqueólogos como para el público general. Los estudios continuos en el sitio de Hisarlik y en otros lugares del Egeo contribuyen a una comprensión más completa de las civilizaciones de la Edad del Bronce y de las historias que dieron origen a los mitos homéricos.

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