El uso de luz artificial en cuevas profundas reduce la concentración de oxígeno e induce estados alterados de conciencia
Imagen ilustrativa. Vía: Robert Pratta / Reuters |
La investigación, publicada en la revista Time and Mind, revela que la ubicación de las pinturas en espacios cerrados y profundos fue deliberada para aprovechar la falta de oxígeno, lo que les causaba un estado de alteración mental. Los cavernícolas experimentaban entonces un estado de hipoxia, que aumenta la liberación de dopamina en el cerebro y "resulta en alucinaciones y experiencias extracorporales".
Los investigadores simularon el efecto de las antorchas "sobre las concentraciones de oxígeno" en estructuras similares de cuevas con representaciones rupestres, que por lo general están ubicadas en pasajes o sitios estrechos en el interior, "accesibles solo con luz artificial".
"Discutimos la importancia de las cuevas en las cosmovisiones indígenas, y sostenemos que entrar en esos entornos profundos y oscuros fue una elección consciente, motivada por la comprensión de la naturaleza transformadora de un espacio subterráneo sin oxígeno", reza el estudio. La hipoxia aumenta la liberación de dopamina en el cerebro, lo que produce alucinaciones y experiencias extracorporales.
Según este estudio, el entorno de la cueva permitía a los primeros humanos mantener su conexión con el cosmos. Además, se sospecha que no fueron sólo las pinturas las que hicieron que las cuevas fueran significativas, sino que, más bien, el significado de las cuevas elegidas fue el motivo de su decoración.
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Autoría| Redacción
Vía| RT Actualidad, Time and Mind
Imagen| Robert Pratta / Reuters
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