Un extenso análisis genético y químico rastró sus orígenes hasta el África Occidental
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Un grupo de investigadores desentrañó la historia de tres peculiares cadáveres descubiertos en subsuelos de Ciudad de México, en una capa que se remonta a cinco siglos atrás, informa ScienceMag.
Los restos se hallaron en un antiguo cementerio descubierto durante excavaciones a finales de la década de 1980, durante las obras de una nueva línea de metro en el centro de la capital mexicana.
De los archivos se desprendió que el cementerio estaba vinculado a un hospital colonial construido para pacientes indígenas entre 1529 y 1531, una década después de la conquista española de México.
De los cadáveres excavados del cementerio, tres se distinguieron de los demás y se determinó que sus dientes correspondían a esclavos africanos de Portugal o, en todo caso, a habitantes de África occidental.
Ahora los análisis han confirmado que estas personas, muy probablemente, eran parte de la primera generación de africanos llevados a las Américas por la entonces floreciente trata de esclavos.
Rodrigo Barquera, graduado en genética arqueológica del Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana (Alemania), y su asesor Johannes Krause, extrajeron de esos restos muestras de ADN y analizaron isótopos químicos contenidos en los dientes, como estroncio, carbono y nitrógeno.
Las muestras evidenciaron que los tres individuos eran originarios del oeste de África. Mientras que el análisis químico de los dientes, que guardan información sobre los alimentos y el agua que consumieron de niños, también apuntó a los ecosistemas de África occidental.
Los tres esqueletos tienen vestigios de traumas y violencia. Los hombre tenían poco más o menos de 30 años cuando murieron. Uno de ellos había sobrevivido a varios balazos y, al igual que otro, tenía huesos craneales adelgazados, fenómeno asociado con malnutrición y anemia. El tercero tenía indicios de tensión por agotadora labor física, incluyendo una fractura de pierna mal curada.
En uno de los hombres se descubrió el virus de la hepatitis B y en otro una bacteria que causa el pian, enfermedad perteneciente a la misma familia que la sífilis. La relación cercana a las cepas africanas sugiere que el contagio de los microorganismos se habría producido en África o en el barco que los transportaba.
Se desconocen las causas de muerte de los tres africanos. Fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de un hospital que quizá se enfrentaba a una epidemia, tal vez de viruela o sarampión. No obstante, los investigadores no hallaron en sus restos muestras del ADN de tales enfermedades contagiosas.
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Autoría| Redacción
Vía| ScienceMag
Imagen| Mohamed Abd El Ghany / Reuters
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