En el último censo nacional se calculó que las personas que se identificaban como población afrodescendiente ascendían a 150.000
En la República Argentina, a diferencia de otros de sus vecinos latinoamericanos -como Brasil o Uruguay- es difícil encontrar población que se identifique como afrodescendiente o que posea sus características físicas.
En el último censo nacional en el año 2010, se calculó que las personas que se identificaban como población afrodescendiente ascendían a 150.000, siendo un 0,4% del total de habitantes del país. A su vez, un estudio realizado por el centro de genética de la Universidad de Buenos Aires estimó que un 4,3% del porcentaje total de habitantes argentinos posee algún tipo de marcador genético originario de África.
A fines del siglo XVI y durante el siglo XVII, llegaron los primeros africanos al puerto de Buenos Aires provenientes del tráfico de esclavos. La mayoría de ellos eran originarios de lo que hoy conocemos como Angola, el Congo, Mozambique y otras zonas del sudeste de África.
Entre 1777 y 1812 entraron al puerto de Buenos Aires y Montevideo más de 700 barcos con cerca de 72.000 esclavos provenientes de África. Hacia 1810, la capital argentina tenía alrededor de 40.000 habitantes, y se calcula que un tercio eran de origen africano.
Los esclavos en su gran mayoría se dedicaron a las labores de agricultura, ganadería y el trabajo doméstico, entre otros. Es necesario aclarar, que los negros eran parte activa de la sociedad argentina de principios del siglo XIX, siendo el motor fundamental para la producción agrícola, la cual era la base de la economía argentina. Durante el gobierno de Juan Manuel Ortiz de Rozas, la participación e influencia de los afrodescendientes fue muy alta. Siendo el caudillo porteño un predilecto por las clases bajas de la sociedad.
En la Asamblea del Año XIII de las Provincias Unidas del Río de la Plata -lo que hoy se conoce como Argentina- se dictó la libertad de vientres en el año 1813, lo cual consistió en que, precisamente, los hijos de las esclavas eran libres. Días después, otro decreto del 4 de febrero de 1813 dispuso que los esclavos que ingresaran al territorio argentino provenientes de otros estados serían libres.
Posteriormente el tratado anglo-argentino de 1840 dispuso la total prohibición de las aún vigentes prácticas del comercio de esclavos, y no fue sino hasta 1853, año en el cual entro en vigor la Constitución de la Nación Argentina que en su artículo 15 dio por abolida completamente la esclavitud.
Pero entonces, si hasta aquí hemos visto que la historia de los afrodescendientes en Argentina es muy extensa, ¿Por qué existe el mito de que en la argentina no hay afrodescendientes?
El historiador Felipe Pigna, experto en historia argentina, coincide en que las causas de la desaparición de los caracteres genéticos africanos en la población de la República Argentina refieren en primer lugar a la utilización de la población afrodescendiente masculina como frente de combate en las campañas de guerra. Tanto en las guerras de la independencia, como posteriormente las guerras civiles internas, y por último la violenta y sangrienta guerra del Paraguay (1865 a 1871), con una cantidad de bajas atroz sobre todo de población afrodescendiente.
A su vez, las epidemias que asolaron la ciudad de Buenos Aires tanto de cólera en 1861, como de fiebre amarilla en 1871, afectaron violentamente a los sectores bajos de la sociedad, entre ellos a los afrodescendientes.
Por último, la inmigración masiva de europeos fomentada por la Constitución Nacional de 1853, donde llegaron cerca de 7 millones de inmigrantes provenientes de Europa, concluyó mestizando a la poca población afrodescendiente que habitaba el país.
Hoy en día existe una comunidad afrodescendiente pequeña, que engloba inmigrantes de Cabo Verde y sus descendientes que llegaron a principios del siglo XXlos cuales son alrededor de 13.000 a 15.000 personas, inmigrantes de otros países de Latinoamérica -como Brasil, Uruguay y República Dominicana- de origen afro, y una pequeña comunidad de cerca de 3000 africanos que llegaron escapando de la pobreza de sus países, quienes en su mayoría son senegaleses.
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Autor| Pablo Enzetti
Imagen| Argentina
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