Las doncellas al servicio de Elisabeth Bathory morían en extrañas
circunstancias
Copia del único y perdido retrato de Elisabeth Bathory |
Elisabeth Bathory
nació en 1560 en el seno de una poderosa
familia de la nobleza húngara. Su infancia fue feliz y recibió una completa
educación que incluía el conocimiento de latín y griego. Con 14 años se casó
con Francis Nadasdy, un aristócrata de 20. El matrimonio tuvo cinco hijos, tres
de los cuales llegaron a la edad adulta.
En 1591 Francis fue a luchar contra el Imperio Otomano. La fiereza con la que mataba turcos y su costumbre de empalar a los supervivientes le granjearon el nombre de Caballero Negro de Hungría. De sus exitosas empresas traía tesoros que engrosaban las arcas de la familia. Sin embargo, en diciembre de 1603 Francis volvió de la batalla gravemente enfermo de una afección desconocida. En enero del siguiente año falleció. Esto fue un golpe importante para la economía de Elisabeth Bathory que se vio agravado por el fallecimiento sin descendencia, dos años después, de su hermano. La herencia de la familia Bathory pasó a un familiar lejano, dejando a Elisabeth sin posibilidades.
En 1591 Francis fue a luchar contra el Imperio Otomano. La fiereza con la que mataba turcos y su costumbre de empalar a los supervivientes le granjearon el nombre de Caballero Negro de Hungría. De sus exitosas empresas traía tesoros que engrosaban las arcas de la familia. Sin embargo, en diciembre de 1603 Francis volvió de la batalla gravemente enfermo de una afección desconocida. En enero del siguiente año falleció. Esto fue un golpe importante para la economía de Elisabeth Bathory que se vio agravado por el fallecimiento sin descendencia, dos años después, de su hermano. La herencia de la familia Bathory pasó a un familiar lejano, dejando a Elisabeth sin posibilidades.
Ante estas penurias,
Elisabeth se vio obligada a buscar un método alternativo de obtener ingresos y
optó por dar clases de etiqueta y habilidades sociales a chicas jóvenes del
ámbito popular. Ninguna de las muchachas que quisieron aprender de Bathory
sobrevivió a su estancia en el castillo. Según la condesa, éstas habían muerto de
enfermedad, pero sus cadáveres nunca
fueron devueltos a sus familias.
El pueblo empezaba a
murmurar por las desapariciones y György Thurzo, antiguo amigo de Francis
Nadadsdy y Palatino de Hungría, se vio obligado a intervenir. Los rumores se
vieron agravados por la afirmación del sacerdote local de haber descubierto los
cadáveres de nueve doncellas. En diciembre de 1610, Thurzo entró al castillo de
la condesa para arrestarla. Allí, se encontró con el cadáver de una joven
apaleada y otra que a duras penas seguía con vida. Ante esta situación, encerró
provisionalmente a la condesa en los
calabozos del castillo.
Se juzgó a los
ayudantes de Elisabeth Bathory que acabaron confesaron terribles castigos que
hacían sufrir a las doncellas al servicio de la condesa. Algunas de las
torturas incluían pinchar con agujas los labios, los hombros y la piel bajo las
uñas; quemar su sexo con hierros al rojo vivo y cercenar dedos con tijeras.
Francis Nadadsdy era conocido por los duros castigos físicos que impartía a sus
sirvientes, pero nunca acababa con su vida. Los castigos de su mujer, en
cambio, siempre terminaban en asesinato, de hecho la condesa es considerada la primera asesina en serie de género
fenemino.
Para no manchar el
nombre de la poderosa familia Bathory, se optó por no juzgar a la condesa y
someterla a una suerte de arresto domiciliario, no pudiendo abandonar sus
aposentos. Sus ayudantes fueron todos juzgados y ejecutados. El 21 de agosto de
1614, un guardia encontró la bandeja de comida de la condesa sin tocar. Al
entrar a los aposentos descubrió que
Bathory estaba muerta, aparentemente de un fallo cardiaco.
La historia de
Elisabeth Bathory ha estado sujeta a muy
diferentes interpretaciones a lo largo de los años. Varios estudios de los
años 80 y 90 defendieron la opinión de que se privó a Bathory de su derecho a
un juicio justo, derecho que estaba garantizado por las leyes del momento en
Hungría. Además, consideraron que los crímenes pudieron ser una farsa para
destronar a una mujer viuda demasiado poderosa, consiguiendo las confesiones
bajo tortura. Algunos investigadores recientes defienden, por el contraro, que
en un reino sumido en la guerra, las viudas podersosas eran figuras muy
frecuentes. Además consideran que la evidencia contra Elisabeth Bathory es
abundante. La extensión de los crímenes de la condesa permanece siendo un
misterio en la actualidad.
Bibliografía
BLEDSAW, Rachel Leigh
(2014): “No Blood in the Water: The Legal and Gender Conspiracies Against
Countess Elisabeth Bathory in Historical Context”, Theses and Dissertations, 135.
CRAFT, Kimberly L.
(2009): Infamous Lady: The True Story of
Countess Erzsébet Báthory, Createspace
THORNE, Tony (1998): The Countess Dracula: Life and Times of
Elisabeth Bathory, the Blood Countess, Bloomsbury.
Autora| Irene Lázaro Romero
Vía| Ver bibliografía
Imagen| Wikimedia Commons
Edición| José Antonio Cabezas Vigara
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