Jesús y sus raíces hundidas en Galilea

Jesús vive gran parte de su vida en Nazaret, apartado de las grandes rutas mercantiles de la zona


En los años de la vida de Jesús de Nazaret, como vemos, Octavio y Tiberio son los emperadores romanos que dominan la escena política del extenso Imperio de Roma. Sus vastos territorios están controlados y vertebrados por una amplia red de calzadas y de ciudades que se extienden por todas sus tierras. Las ciudades, por una parte, son el nervio del Imperio. En sus calles y edificios se concentra el poder, tanto político como militar, la cultura y la administración. Las calzadas, por otro lado, facilitan la comunicación mediante el transporte de personas y de mercancías, y proporcionan el rápido abastecimiento y el control de cualquier punto del territorio. Además, en tiempos de guerra, son usadas para el desplazamiento de las legiones hasta las zonas de conflicto en un tiempo menor.

Los caminos, en Galilea, tienen una gran importancia por ser claves en la ruta comercial del Próximo Oriente. No obstante, Jesús vive gran parte de su vida en Nazaret, apartado de las grandes rutas mercantiles de la zona. Posiblemente, sólo llega a conocer la via maris o “camino del mar” cuando marcha a Cafarnaum. Pero lo realmente interesante es conocer cómo es esa Galilea que conoce el Nazareno.

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