Los tres vivos y los tres muertos aparecieron con frecuencia en el arte
medieval
A partir del siglo
XIII surgió en el arte y la literatura un tema conocido como el Encuentro de
los tres vivos y los tres muertos. La leyenda giraba en torno a tres hombres
ricos que, volviendo de cacería, se
encontraron con tres cadáveres. Los muertos se levantaron de sus tumbas y
se burlaron de los vivos diciéndoles: “Éramos lo que sois, lo que somos
seréis”. Los tres caballeros huyeron despavoridos ante tan terrible visión.
El origen del Encuentro es muy discutido. Se ha especulado que este tema puede tener su origen en la literatura oriental, penetrando en Europa a través de la ruta de la seda y de los monjes franciscanos que visitaron la corte del Gran Khan. Es difícil saber con certeza en qué región de Europa surgió primero. Francia, Italia y Alemania son algunos de los países que se han considerado como originarios del tema.
El origen del Encuentro es muy discutido. Se ha especulado que este tema puede tener su origen en la literatura oriental, penetrando en Europa a través de la ruta de la seda y de los monjes franciscanos que visitaron la corte del Gran Khan. Es difícil saber con certeza en qué región de Europa surgió primero. Francia, Italia y Alemania son algunos de los países que se han considerado como originarios del tema.
Estas escenas se
dieron en el arte europeo con bastante frecuencia, especialmente a partir del
siglo XIV, época de crisis generalizada y epidemia de peste negra. En estos
momentos, resurgió el arte macabro y las representaciones se hicieron cada vez más desagradables. Se
empezaron a representar los cadáveres de la leyenda como cuerpos putrefactos
llenos de gusanos. Es frecuente que aparezcan con el vientre rajado mostrando
las vísceras, al modo de los sepulcros de transi.
En los primeros
Encuentros, los cadáveres eran los tres iguales, teniendo el aspecto de
esqueletos o momias. Avanzado el siglo XIV y sobre todo en el XV, se
representan en distintos grados de
descomposición. Así, uno de los muertos es un cadáver reciente, otro está
en proceso de descomposición y el tercer muerto es un esqueleto de huesos
limpios.
En cuanto a los vivos,
empezaron representándose como tres caballeros y se fueron individualizando
paulatinamente, diferenciándose en el vestido, los gestos y los atributos. En
el siglo XV es habitual que los vivos sean miembros de diferentes estamentos sociales, normalmente un rey o príncipe, un
miembro del clero y un rico mercader. Llevan armas de caza y van acompañados
con frecuencia de un halcón, que en los Encuentros italianos suele salir
volando ante la vista de los cadáveres.
Existe una
diferenciación entre la variante francesa del tema, también conocida como Arsenal group, y la italiana. En la
versión francesa, existe un diálogo entre los vivos y los muertos. Estos son
más dinámicos y hablan y se burlan de aquellos. En el arte italiano, en cambio,
predomina la meditación sobre el
diálogo. Un ermitaño, tradicionalmente dentificado como San Macario, muestra a
los vivos los cuerpos de los finados para que estos se den cuenta de la
fugacidad de la vida.
El Encuentro se halla
en la corriente del arte macabro y actúa como un memento mori, es
decir, un recordatorio de la mortalidad. Los muertos de la leyenda recuerdan a
los vivos que no son inmortales y, por ello, deben dejar de entregarse a los
placeres mundanos y centrarse en la salvación del alma y en llevar una vida
ordenada, porque más pronto de lo que creen estarán en la tumba.
Bibliografía
ESPAÑOL BERTRÁN,
Francesca (1984): “El encuentro de los tres vivos y los tres muertos y su
repercusión en la península Ibérica”, En YARZA LUACES, Joaquín (ed.): Estudios de
iconografía medieval española, Bellaterra, pp. 53-153.
ESPAÑOL BERTRÁN,
Francesca (1992): La imagen de lo macabro
en el gótico hispano, Historia 16, Madrid.
GONZÁLEZ ZYMLA,
Herbert (2011): “El encuentro de los tres vivos y los tres muertos”, Revista Digital de Iconografía Medieval,
6, pp. 51-82.
Autora| Irene Lázaro Romero
Vía| Ver bibliografía
Imagen| Wikimedia Commons
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