En
cada época histórica, en el cerebro se forman unos esquemas mentales diferentes
que son los que condicionan la creación de la cultura de cada
pueblo
Para José Antonio, en cada época
histórica, en el cerebro se forman unos esquemas mentales diferentes que son
los que condicionan, de cierta forma, la creación de la cultura de cada pueblo.
Y esto es lo que ocurre, como se desarrolla en el libro, en el caso de la cultura del pueblo de Israel, que es
la verdadera materia prima de la que Jesús se vale para elaborar el discurso de
su predicación. O eso, al menos, es lo que se extrae de los textos sagrados. Por
tanto, hay que atender al cerebro para saber cómo pensaba la gente del siglo I
d.C. Sin embargo, también hay que acudir a los textos y a los restos
materiales, y buscar una conexión entre todos estos elementos a través de las
disciplinas que los estudian: la neurociencia, la historia y la arqueología. A la neurología se acude para esclarecer
los esquemas mentales de los que los diferentes pueblos, en diferentes
épocas y de forma inconsciente, se valen para crear su cultura; y a la historia
y la arqueología para desentrañar la forma en la que se plasma ese patrón
cerebral en los textos y los restos materiales.
En el libro “Jesús,
del cerebro a la cruz”, se analiza la
vida del Nazareno desde su nacimiento hasta su muerte en la cruz. Para
ello, al principio del libro, el autor hace un análisis previo de las fuentes a
las que acude para elaborar esta investigación y, del mismo modo, estudia
brevemente cómo se genera el esquema mental judío del siglo I d.C., acudiendo a
especialistas en cada materia. Teniendo claros estos fundamentos, José Antonio
desarrolla con detalle los momentos clave de la existencia de Jesús. Comienza
con el nacimiento, que posiblemente se produce en una aldehuela llamada
Nazaret. Sigue con la infancia y la época de aprendizaje en las tierras de
Galilea. Con la madurez, destacando sobre todo el contacto que mantiene con
Juan el Bautista (su maestro y del que aprende mucho), con los hombres y
mujeres de su entorno (sus seguidores y seguidoras, destacando a los apóstoles
y a María Magdalena), y su etapa como personaje público y como peculiar profeta
que obra milagros. Y termina analizando el
motivo del peligroso peregrinaje que hace a Jerusalén, en la época de la
Pascua judía; el injusto proceso de muerte y la crucifixión; y, por último, la
idea de la resurrección, que es ciertamente el pilar fundamental del
surgimiento del cristianismo.
‘Jesús, del cerebro a la cruz’, una obra del historiador José Antonio Cabezas Vigara |
El historiador
extremeño José Antonio Cabezas Vigara, fundador de la conocida página
Antrophistoria, ha publicado recientemente un interesante libro llamado “Jesús, del cerebro a la cruz”, que
está a la venta en Amazon
en formato papel y digital. Según nos cuenta el autor, el título que lleva
el libro lo eligió porque en él se hace un recorrido que va desde el cerebro, o
la mentalidad de los tiempos antiguos, hasta la figura histórica de Jesús de
Nazaret y su entorno. En la obra, se atiende especialmente a las experiencias
espirituales del Maestro y de sus seguidores, a cómo éstas se generan en el
cerebro, y a la formación de un clima mental propicio para el surgimiento de un
movimiento que luego, tras la muerte del Mesías, dará lugar al cristianismo.
"Jesús, del cerebro a la cruz", en Amazon |
Aunque pueda parecer sencillo, indica
el autor del libro que no es fácil clasificar los textos, los artefactos o las
construcciones arquitectónicas de los tiempos de Jesús y relacionarlos, directa
o indirectamente, con la existencia del
Nazareno. De la misma manera, tampoco es fácil encontrar el modo de
pensamiento que originó la forma de elaborar estos elementos, ni la manera de
encuadrarlos en el contexto de un canon mental antiguo del que ya quedan pocas
evidencias, o del que los rastros que hay ya están bastante alterados por el
paso del tiempo. No hay que olvidar que el cerebro humano evoluciona
constantemente, desde la aparición de los primeros homínidos hasta nuestros
días, y que no siempre se piensa de la misma manera. Aunque no sea sencillo
apreciarlo, la mentalidad cambia, se
transforma y se desarrolla de forma constante gracias a la experiencia
humana. Igualmente, si la mente evoluciona, también se modifican los cánones de
pensamiento en los que se contextualiza la cultura escrita y material de los
diferentes grupos humanos. Con esto se quiere decir que el mundo se concibe de
forma muy diferente según las diferentes etapas históricas que se traten, y
Jesús lo concibe según el esquema mental judío de su tiempo.
Para José Antonio, lo interesante del caso de Jesús, es que en su época se puede detectar que se produce un choque frontal de la mentalidad judía con otras como la romana, y que este hecho tiene unas consecuencias importantes como el surgimiento de ciertos movimientos mesiánicos minoritarios. No hay que perder de vista que, en el siglo I d.C., el Imperio romano domina la mayor parte del mundo conocido. Controla desde las tierras hispánicas hasta el área sirio-palestina. Su poderío y extensión territorial son tan grandes que llegan a calificar al Mediterráneo como el Mare Nostrum, un mar de la propiedad de Roma. La opresión, tanto del Imperio como de los poderes locales de las tierras sometidas, propicia el alzamiento de muchas voces hostiles contra la situación de ahogo que se vive. Una de estas voces es la de Jesús, como también lo fue, poco antes, la de su maestro Juan el Bautista.
Para José Antonio, lo interesante del caso de Jesús, es que en su época se puede detectar que se produce un choque frontal de la mentalidad judía con otras como la romana, y que este hecho tiene unas consecuencias importantes como el surgimiento de ciertos movimientos mesiánicos minoritarios. No hay que perder de vista que, en el siglo I d.C., el Imperio romano domina la mayor parte del mundo conocido. Controla desde las tierras hispánicas hasta el área sirio-palestina. Su poderío y extensión territorial son tan grandes que llegan a calificar al Mediterráneo como el Mare Nostrum, un mar de la propiedad de Roma. La opresión, tanto del Imperio como de los poderes locales de las tierras sometidas, propicia el alzamiento de muchas voces hostiles contra la situación de ahogo que se vive. Una de estas voces es la de Jesús, como también lo fue, poco antes, la de su maestro Juan el Bautista.
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Por
último, el autor opina que la idea de la
resurrección tiene un carácter claramente sobrenatural y que está muy por
encima de las leyes naturales. Por tanto, este hecho no pertenece al ámbito de
estudio de la historia, sino sólo al de la fe. En este sentido, el historiador
poco o nada tiene que decir porque no existen medios para afirmar ni negar el
hecho de la resurrección. Pero se pregunta José Antonio, ¿se puede explicar
este acontecimiento desde un punto de vista neurológico? La respuesta está en
el libro.
Autor| Redacción
Imagen| Wahoo Art
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