El artista Macario
Gómez Quibus ha sido reconocido por importantes trabajos como sus creaciones
para Los Diez Mandamientos o Doctor Zhivago
Hace pocos días llegaba hasta nosotros la triste noticia
de que nos había dejado el famoso dibujante Macario Gómez, más conocido como Mac, un artista español que alcanzó la
popularidad gracias a sus famosos
carteles cinematográficos pero que tenía alma de pintor y se puede
comprobar en su prolífica producción.
La ciudad que lo vio nacer fue Reus, el 8 de marzo de
1926. Solo dos años más tarde perdía a su padre en un accidente laboral, por lo
que a él lo internan en la Casa de la Caridad de Reus en 1931 ya que su madre
se encontraba en una situación precaria y con varios hijos más. Su estancia en
este lugar va a ser lo que despierte en Mac su curiosidad por el dibujo, un niño que prefiere pasar su tiempo
libre esbozando formas en vez de jugar.
Será este el motivo por el que cuando salga del
internado, su tutor interceda por él para que ingrese en la Escuela de Bellas Artes de Reus a la
edad de nueve años. Desgraciadamente, estalla la Guerra Civil y su madre decide
enviarlo con su tío a un pueblo cerca de Gerona, a la espera de que ella
encontrara un trabajo. Unos años más tarde, se reúne de nuevo con ella en
Barcelona.
No será hasta 1946, cuando ya cuenta con 20 años, cuando
se avive realmente la pasión artística en nuestro protagonista, al acercarse a la obra del maravilloso Mariano Fortuny
en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad Condal, cuyos cuadros le dejan
absolutamente sin palabras. Va a pasar horas y días enteros estudiando cada
detalle de los trazos de Fortuny, hasta que finalmente toma la decisión de volver a sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona,
aunque sin dedicarle todo el tiempo que le gustaría, pues también necesitaba
trabajar.
En estos momentos su hermana va a resultar una pieza fundamental
consiguiéndole empleo en el estudio gráfico que se encarga de la decoración de
las fachadas de los cines propiedad de la reconocida familia Castañé, el Estudio Domínguez. De esta manera, va a
realizar durante el día trabajos en el estudio y por las noches recibe encargos
de dibujo a pluma de la propia familia
Castañé para publicitar sus cines en los periódicos, una técnica a la que
se aclimatará rápidamente.
En 1947 debe realizar el servicio militar, pero al ser
destinado a Barcelona va a poder seguir con sus encargos sin problema. En estos
años fallece su madre y Mac luchará por sus sueños, consiguiendo un trabajo en
publicidad y siguiendo con los anuncios para la familia Castañé.
En 1952 logra un contrato en el prestigioso estudio de diseño publicitario Esquema, donde ayuda a
realizar carteles como el de Ivanhoe.
Una vez más, una mujer será su moneda de la suerte para alcanzar un puesto más
importante, en este caso su esposa,
que intercederá por él hablándole a la distribuidora
Tandem Films, instalados en el mismo edificio que el matrimonio, del gran
trabajo que realizaba su marido.
Al poco tiempo el artista recibe la oferta de desarrollar
todos los encargos publicitarios para esa temporada, comenzando a firmar sus
obras como Mac. Así llegamos al año
1955, un momento decisivo, cuando se le va a encomendar que elabore el cartel más grande de toda la campaña
para Los
Diez Mandamientos, de la mano de la Paramount. El enorme dibujo, de
tres hojas, muestra a Charlton Heston personificado como Moisés con las Tablas
de la Ley en la mano. La creatividad y
el éxito de este trabajo son tan desmesurados que se le encargan otros
tantos originales con distintas medidas y temáticas de la película, además de
recibir las felicitaciones del propio Heston en persona, que había pedido
conocerlo y con el que finalmente se reunirá en Madrid en 1959, cuando Mac le
regalará un retrato especialmente pintado para el actor caracterizado una vez
más como Moisés.
A partir de este momento su ascenso va a ser meteórico y tanto los encargos nacionales como
internacionales, así como la admiración
de grandes personajes del mundo del séptimo arte, no cesarán. Pepe Isbert o
Sara Montiel lo reclamaban para que realizara los carteles de sus películas si
no era él quien los iba a llevar a cabo, pues consideraban que era el único
capaz de dar vida a las imágenes, además de ser fiel a los personajes que
representaban. Salvador Dalí también se declaraba un fan incondicional,
mientras que en el ámbito internacional Kirk Douglas, Marlos Brando o Sophia
Loren eran fervientes admiradores.
Durante la década de los 60 y los 70 encontramos a Mac ya
como un artista independiente y al
que todo el mundo reclama sus diseños, así que no deja de trabajar en ningún
momento, sin importar que el cartel fuera para una película más o menos famosa,
el siempre lo elaboraba con la misma dedicación y detalle.
Aunque recibió ofertas para trasladarse a Estados Unidos,
siempre prefirió permanecer junto a su familia, que nunca dejó de ayudarle e
inspirarle. Entre sus más de 4000 obras,
cuyo talento reconoció tanto Hollywood,
cabe destacar: Un tranvía llamado deseo (1951),
Mouling Rouge (1953), La tentación vive arriba (1955), Psicosis (1960), El Cid (1961), Desde Rusia
con amor (1963), El verdugo (1963)
o La muerte tenía un precio (1965).
A pesar de que en los 80, con la llegada del video, ya no se realizaban tantos carteles a mano para
el cine, Mac se reinventa elaborando las carátulas para dichos vídeos y no por
ser creaciones de menor tamaño disminuye su brillantez.
En sus últimos años recibió diversos reconocimientos a su carrera, como el Premio San Jorge de
Cine otorgado por Radio Nacional de España, además de ser nombrado miembro de
honor de la Academia de Cine Catalán en 2013 y darle la Cruz de Sant Jordi en
2014. También se hicieron varias retrospectivas sobre su obra.
Ya retirado con casi 90 años, solo aceptó algún encargo
especial, antes de fallecer el 20 de julio de 2018. El
productor Pep Amores, gran admirador del artista, lo recordaba afirmando que el
cine “ha perdido a uno de los grandes
cartelistas de la historia del séptimo arte, un brillante creador de mente
muy despierta que era capaz de interpretar, sintetizar y plasmar en una pintura
el alma de lo que se quería representar”.
Autora| Begoña Ibáñez Moreno
Vía| Begoña Ibáñez Moreno
Imágenes| Pinterest
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