La lactación de San Bernardo

San Bernardo recibió la leche de María mientras oraba ante su imagen

El premio lácteo de San Bernardo de Murillo

San Bernardo fue uno de los principales impulsores de la orden del Císter, fundó el monasterio de Claraval y mantuvo importantes debates teológicos con monjes de otras órdenes religiosas. Sin embargo, su figura destaca especialmente por su devoción mariana. Fue un fuerte defensor de la Virgen, que era la inspiración de su doctrina.

Según la leyenda, mientras Bernardo rezaba ante una imagen de María con el niño, ésta cobró vida. Oprimió su pecho e hizo saltar unas gotas de leche sobre los labios del santo, resecos de tanto rezar. Este milagro convierte al santo en un hermano de leche de Jesús. Sin embargo, no es sencillo rastrear el origen de este episodio, ya que no aparece en ninguna de las primeras biografías de San Bernardo ni tampoco en la Leyenda Dorada.

El primer documento escrito que cuenta esta leyenda data de 1350, pero existen representaciones artísticas anteriores, por lo que algunos creen que el arte fue primero, y más tarde surgió la leyenda. Sea como fuere, parece que la escena hace alusión a la dulzura de palabra de Bernardo, tan dulce como la leche, y a su fuerte devoción mariana.

La inspiración para este tema en el arte también se puede encontrar en las propias palabras de Bernardo, en el Sermón del domingo en la Octava de la Asunción habla de la Virgen en estos términos: “[María] Nada tiene de áspera, ni desabrida; nada de ceñuda, toda es suavidad y a todos ofrece el más humano abrigo y el néctar de sus pechos [...]. Alimentad hoy, Señora, a vuestros pobres, dadles de beber de vuestra copiosa vasija.”

Sea cual sea su origen, la imagen de un santo bebiendo del pecho de la Virgen puede resultar un tanto sugerente desde la óptica actual. Sin embargo, según las escrituras, para acceder al cielo era necesario volver a ser un niño, por lo que no existe pecado en la lactación de Bernardo. El santo se representa como lleno de inocencia, volviendo al estado de la niñez.

La leche sagrada como símbolo de nutrición espiritual existe desde la Antigüedad, con representaciones como el tema de Hera amamantando a Heracles, que a veces aparece en el arte como un hombre adulto, con una tipología iconográfica similar a la de San Bernardo. También en el arte cristiano existen imágenes que muestran a María amamantando a Moisés y Elías.

Lejos de escandalizar, gozó de un éxito tremendo a lo largo de la Edad Media y el Barroco. No solo proliferaron las representaciones del premio lácteo de Bernardo, sino que la leyenda pasó a formar parte de la hagiografía de otros santos, en su mayoría fundadores de órdenes religiosas, como fue el caso de San Pedro Nolasco, Santo Domingo de Guzmán, San Cayetano, San Agustín y San Vicente.

Tanto fue así, que los miembros de las órdenes religiosas competían entre sí por los milagros llevados a cabo por los santos patrones de sus respectivas órdenes. En este contexto, Antonio Iribarne, monje dominico, escribió en 1701: “Verdad es que a San Bernardo regaló María Santísima con el sagrado néctar de sus virginales pechos, mas a mi gran patriarca [...] le regaló no solo con la leche sino con la leche y el pecho a donde solo Christo y Domingo se hallan haber llegado”.

Estas imágenes, no obstante, comenzaron a desaparecer a partir del Concilio de Trento, con la prohibición de representar desnudos innecesarios en el arte. La Iglesia creía que estas obras de arte podían ser mal entendidas por los fieles. A pesar de esto, la prohibición debió tardar tiempo en aplicarse, ya que este tipo de piezas siguieron produciéndose años después, especialmente en América Latina.

Bibliografía

ANTONIO IRIBARNE (1701): Ave María: Candelero róseo, y virgíneo predicable, Biblioteca de la Abadía de Montserrat.

CARDAILLAC, Louis (2013): “Erotismo y santidad”, Cahiersd’études romanes, nº 26.

RÈAU, Louis (2000): Iconografía del arte cristiano; Iconografía de los santos: de la A a la F, Ediciones del Serbal, Barcelona, [tomo 2/vol.3].

SANTIAGO DE LA VORÁGINE (h. 1264): Leyenda Dorada. Edición de MACÍAS, José Manuel (2011): La Leyenda Dorada, Alianza, Madrid [tomo 1].

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