Son muchas las leyendas que hablan de la
creación de autómatas a lo largo
de la historia
Son muchas las leyendas que hablan de la creación de autómatas a lo largo de la historia del ser humano ya sea como un juego o una manera de sorprender a los demás o simplemente un anhelo de la inmortalidad.
“Carro que apunta al sur”, conocido como “Tchi nan kin” |
Son muchas las leyendas que hablan de la creación de autómatas a lo largo de la historia del ser humano ya sea como un juego o una manera de sorprender a los demás o simplemente un anhelo de la inmortalidad.
El desarrollo
técnico y la evolución humana son conceptos inseparables desde los orígenes
del hombre. Los autómatas son las primeras máquinas complejas erigidas por la
mano del hombre, que tratan de imitar a la naturaleza, como un simple juego o
para el intento de creación de vida.
Son
el reflejo de la cultura de su época y se amplía su difusión durante la edad
media y sobre todo con la invención del reloj y el avivamiento de la cultura
griega y romana durante el renacimiento, que dará lugar a grandes maestros de
su oficio.
Las
obras griegas y romanas conservadas se hicieron populares gracias a las
traducciones humanistas, por lo que acabaron influyendo en el pensamiento
científico de la época y las publicaciones durante los siglos XVI y XVII, que
hacen que aumenten los estudios sobre mecánica e hidráulica que consiguieron
inspirar creaciones cada vez más complejas y asombrosas.
Los autómatas en China
En
la zona de Asia, concretamente en China, las leyendas sobre autómatas son
bastante variadas y antiguas, como la de los cinco hijos del rey Ta-Chuan,
quien los animó a que demostrasen cual de ellos era superior a los demás. El
segundo de los hijos, conocido como “el Ingenioso”, construyó un hombre de
madera que era capaz de andar, sentarse, cantar y bailar como si de un ser
humano se tratase.
El
constructor presentaba a su obra como si fuera su propio hijo. Un día, un rey
extranjero fue testigo de estas facultades y quedó maravillado aunque no tanto
como su mujer, que provocó los celos del monarca y pidió la cabeza del hombre
de madera. El constructor se ofreció a ser él mismo quien le quitara la vida a
su creación y tan sólo con quitarle una clavija o mecanismo de la espalda, hizo
que se desarmara todo en pedazos.
El
rey, aún así admirado por esa capacidad de crear vida, pagó una gran cantidad
de dinero al inventor, quien de vuelta a casa lo repartió entre sus hermanos.
También
tenemos referencias de otras invenciones, como una del año 2000 a.C. capaz
incluso de pensar, ya que podía jugar al juego del tric trac o backgammon, conocido
como T´shu-Pu en China.
Una
de las primeras “brújulas” que conocemos es también de invención china. En
concreto se trata del llamado “carro que apunta al sur” conocido como
“Tchi nan kin”, el cual portaba una figurilla humana que tenía el brazo
extendido siempre hacia el sur, gracias al uso de imanes, girara como girara la
figurilla, su brazo siempre apuntaba la misma dirección cardinal.
Por
último, encontramos el caso de Qin Shi Huang, emperador fallecido en el 209 a.C.
que se hizo enterrar con miles de figuras en forma de guerrero para así evitar
la profanación de su tumba. A día de hoy estas estatuas los conocemos como los guerreros
de terracota.
Bibliografía
ARACIL,
A. Juego y artificio: autómatas y otras ficciones en la cultura del
Renacimiento a la Ilustración. Ed. Cátedra. Madrid. 1998.
BASALLA,
G. La evolución de la tecnología. Ed. Crítica. Barcelona. 1991.
Autora|
Rebeca Alonso Para
Vía|
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Imagen|
Ciencia
Explicada
Edición|
José Antonio Cabezas
Vigara
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