Este pionero del
arte abstracto de nuestro país se movía en el círculo de
Pollock y De Kooning
El expresionismo abstracto nace en la década de 1940 en Estados Unidos y transcurre de manera paralela al movimiento informalista surgido en España durante el franquismo, con grupos artísticos tan conocidos como Dau al Set o Grupo El Paso.Pero hay un pintor que se mostrará más interesado en la escena neoyorquina, algo parecido a lo que sucede con el granadino José Guerrero.
Esteban Vicente en su estudio junto a algunas de sus obras |
El expresionismo abstracto nace en la década de 1940 en Estados Unidos y transcurre de manera paralela al movimiento informalista surgido en España durante el franquismo, con grupos artísticos tan conocidos como Dau al Set o Grupo El Paso.Pero hay un pintor que se mostrará más interesado en la escena neoyorquina, algo parecido a lo que sucede con el granadino José Guerrero.
Primeros años
Esteban Vicente, nacido en Turégano (Segovia) el 20 de enero de 1903,
cursa sus primeros estudios en una escuela jesuita. En 1929 ingresa en la Escuela
de Bellas Artes de San Fernando para estudiar escultura, pero pronto se sentirá
mucho más atraído por el campo de la pintura y empieza a entablar amistad con
el círculo cultural madrileño del
momento: García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Luis Buñuel, Juan
Bonafé o Francisco Bores.
Gracias a su relación con algunos de los poetas que
formarían la Generación del 27, sus
primeros dibujos se publican en las revistas literarias Verso y Prosa y Mediodía,
realizando su primera exposición en el Ateneo de Madrid junto a Juan Bonafé.
Tras esta primera etapa madrileña se marcha a París en 1929, donde tiene que ganarse
la vida como escenógrafo para el Folies Bergère, entre otros trabajos. Pero
también tiene la oportunidad de conocer a Picasso,
exponer en el Salón des Surindépendants y relacionarse con el norteamericano Michael Sonnabend, que acabará siendo
su marchante de arte.
En 1930 se le concede una beca para estudiar en el
extranjero, regresando a París para entrar en contacto esta vez con el
surrealista Max Ernst y viajando
también a Londres. Cuadros de esta época, como Paisaje con sombrilla roja, nos muestran como el pintor se
encuentra aun definiendo su propio estilo, buscando
su lenguaje particular. Son en su mayoría acuarelas de paisajes, con tonos
verdosos y marrones, con una pincelada de trazos cortos, dotando de movimiento
a sus creaciones.
Entre 1930 y 1934 realiza diversas exposiciones en Madrid
y en Barcelona, casándose en 1935 con Estelle Charney, una joven estudiante
norteamericana que estudiaba en La Sorbona.
Al comienzo de la Guerra Civil, Vicente colaboró con las
fuerzas republicanas hasta que decide
marcharse con su mujer a a Nueva York unos meses más tarde, en 1936. Al año
siguiente nace su hija Mercedes y comienza a entrar de lleno en el círculo
artístico de la ciudad, realizando su primera exposición en solitario en la
Kleemann Gallery. Tras trabajar durante unos años para el consulado español en
Filadelfia regresa a Nueva York en 1939 y adopta la nacionalidad estadounidense un año después.
Años de madurez
En 1943 se produce una etapa de oscuridad en la vida y obra de nuestro artista. Sumido en
una profunda crisis creativa, en ese mismo año muere su hija y acaba divorciado
de su primera esposa. Se vuelve a casar con María Teresa Babín, de origen
puertorriqueño y especialista en la obra de García Lorca, mudándose con ella a
Puerto Rico entre 1945 y 1947.
Cuando regresa nuevamente a Nueva York, entra en contacto
con el expresionismo abstracto norteamericano y crea un estilo propio. Será en estos momentos cuando se produzca la
verdadera transformación en sus creaciones.
Empieza a relacionarse con los artistas más representativos del círculo neoyorquino: Pollock, De
Kooning, Kline, Rothko, Newman y con críticos de arte como Harold Rosenberg y
Thomas B. Hess.
En 1950 se instala en un estudio de la calle 10 Este
donde comparte espacio de trabajo con el propio De Kooning. Es seleccionado
para dos de las más importantes exposiciones de este momento, New Talents 1950 y 9th Street, donde se presenta por primera vez la New York School.
Gracias a estas exposiciones, Vicente entra de lleno a formar parte de esta primera generación del expresionismo
abstracto.
A estas alturas ha eliminado por completo cualquier tipo
de figuración y su composición se centra en
formas geométricas con contornos poco definidos y normalmente coloreados
con tonos intensos, amarillos, naranjas y rojos, principalmente sobre fondos
grisáceos, afirmando que “el color significa luz, si uno quiere expresar
color”. Muestra indicios de la tendencia allover,
la pintura se extiende más allá de los bordes del lienzo, no hay ningún límite
ni jerarquía. Se elimina el concepto espacial y el dibujo lo invade todo, como
hará de un modo mucho más violento Pollock
con el concepto del actionpainting.
Ejemplos de obras de este momento son Naranja,
negro y amarillo, Medio Oeste o Nº 3.
Fue miembro
fundador de la New York Studio School of Drawing, Painting and Sculpture,
donde enseñó durante más de treinta años. En 1961se divorcia de su segunda
mujer y se vuelve a casar, esta vez con la coleccionista de arte
HarrietGodfreyPeters, que lo acompañará hasta el final de sus días.
En los años posteriores fue reconocido con algunos de los
galardones más prestigiosos de
Estados Unidos para un artista, como la Medalla de Oro Saltus de la National Academy
of Design. A partir de 1970, su estilo ya está completamente consolidado,
acercándose cada vez más a la
espiritualidad que desprenden las obras de Rothko: los colores se han
vuelto aterciopelados y la emoción al contemplar sus creaciones es más intensa,
como en Afternoon. El mismo
manifiesta que “si
tuviera que definir la temática de mi pintura, diría que se trata de un paisaje
interior. Esta imagen se transforma en el tema. Siempre es la misma idea, la
misma imagen basada en una acumulación de experiencias. No sé si alguien puede
identificar esta imagen. Cuando digo paisaje, me estoy refiriendo a cierta
estructura. La estructura de la pintura es paisaje, pero no el color. Por eso
digo que son paisajes interiores”.
Nunca expuso en España
durante la dictadura de Franco y, en 1986, cuando regresa a su tierra su
obra era bastante desconocida. Pero ese mismo año el Banco Exterior organiza la
exposición Esteban Vicente, pinturas y
collages 1925-1985. En 1990 se le concede la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, un reconocimiento que
recibió de manos de Juan Carlos I en el Museo del Prado al año siguiente. A
partir de este momento, las exposiciones y retrospectivas sobre el artista
serán una constante en nuestro país. En 1998 se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente
en Segovia, siendo un broche dorado a toda una vida dedicada a las artes
plásticas.
El 10 de enero de 2001 Vicente fallecía en su casa de
Long Island. Sus cenizas reposan, junto con las de su esposa Harriet, en el
jardín de su museo en Segovia.
Su gran formación pictórica, su conocimiento y su
tratamiento de la luz y el color hacen que la sensibilidad a la hora de tratar
las formas geométricas, pero sobre todo esa
emoción que desprenden sus lienzos, sean aspectos que se graban en la memoria
al contemplar sus creaciones.
Los cuadros de Esteban Vicente se encuentran en más de un
centenar de importantes museos, ya sean estadounidenses, como el MOMA de Nueva
York, o españoles, como el Museo Reina Sofía. Un artista que nunca olvidó sus
orígenes, cuando su padre lo llevaba ya de niño a visitar El Prado y se
declaraba incondicional de Zurbarán,
Goya y Velázquez, a los que siempre consideró sus únicos y verdaderos
maestros.
Autora| Begoña Ibáñez Moreno
Vía| Begoña Ibáñez Moreno
Imagen|Museo Esteban Vicente
Edición| José Antonio Cabezas
Vigara
Comentarios