Entre las
innumerables aficiones del inclasificable artista se encontraba el organizar
cenas de lo más esperpénticas para sus invitados
Al pintor, oriundo de Figueras, nunca le faltaron excentricidades e incontables anécdotas con las que adornar su vida: su miedo irracional a los saltamontes; su fascinación por los cisnes y los rinocerontes; su afán por la taxidermia; su más que extraña colección de mascotas exóticas entre las que se contaba un oso hormiguero; o su obsesivo, enfermizo y más que puro amor por su mujer y musa, Gala.
Fotografía del libro Les Diners de Gala, con Dalí rodeado de sus creaciones gastronómicas |
Mientras estamos sentados a la mesa se nos anuncia que en
el menú de hoy podremos degustar,
entre otras singulares delicias, crema de ranas, ternera lechal rellena de
caracoles y, de postre, caramelo con piñas piñoneras. Cualquiera de estos
platos nos resultaría un tanto perturbador, hasta que descubrimos que ha sido creado
gracias a la imaginación del artista surrealista por excelencia, el gran Salvador Dalí.
Al pintor, oriundo de Figueras, nunca le faltaron excentricidades e incontables anécdotas con las que adornar su vida: su miedo irracional a los saltamontes; su fascinación por los cisnes y los rinocerontes; su afán por la taxidermia; su más que extraña colección de mascotas exóticas entre las que se contaba un oso hormiguero; o su obsesivo, enfermizo y más que puro amor por su mujer y musa, Gala.
Instantánea que plasma a Gala y Dalí en la Noche en el bosque surrealista, disfrazados y acompañados de su cachorro de león |
Dalí afirmaba que “a
los seis años quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón. Mi
ambición no ha hecho más que crecer”. Será junto a su eterna compañera cuando
desarrolle otra de sus pasiones, la
cocina; aunque, tratándose de una personalidad tan arrolladora como la de este
genio, es de esperar que no se trate de un hobby convencional.
La pareja formada por Gala y Dalí era sinónimo de opulencia, exuberancia y exceso. Las numerosas fiestas y cenas que
organizaban en sus diferentes residencias eran célebres por cualquier cosa
salvo por considerarse sobrias y discretas, pues la creatividad desbordante de
sus anfitriones era siempre el plato principal. Como norma general solían escoger
una temática concreta para que los invitados asistieran disfrazados de forma
acorde con el contenido de las veladas.
Una de las ilustraciones realizadas por Dalí para el recetario de Les Diners de Gala |
Una Nochevieja para
el recuerdo
Uno de los eventos más conocidos tuvo lugar cuando el
matrimonio vivía en Estados Unidos, donde se habían instalado en 1940 huyendo
de la Segunda Guerra Mundial. En la Nochevieja
de 1941 se encontraban en el Hotel
del Monte (Monterrey, California), uno de sus lugares predilectos, donde
habían organizado una fastuosa cena a la que titularon Noche en el bosque surrealista.
Dalí quería dar la bienvenida a 1942 recaudando fondos
para ayudar a los artistas afectados por la guerra, asegurándose de que la flor y nata estadounidense no
faltara a su original celebración. Además de personalidades millonarias del
momento, actores como Clark Gable o Bob Hope asistieron a este baile onírico;
incluso Alfred Hitchcock, gran
admirador de Dalí y su trabajo en Un
perro andaluz hasta tal punto de acabar colaborando juntos en Recuerda, hizo acto de presencia.
La estrambótica
cena estaba presidida por Gala, que recibía a los invitados disfrazada de
unicornio y acompañada de un cachorro de león al que alimentaba con un biberón.
Su querido marido llevaba dos rostros de cartón, colocados a modo de orejeras,
para conseguir un efecto triplicado de su cara.
Imagen del índice del libro Les Diners de Gala, donde se ven los curiosos títulos de cada capítulo |
Entre las delicias que se le ofrecían a los comensales se
podía encontrar pescado servido dentro
un zapato de tacón de mujer o una bandeja de plata repleta de ranas vivas a
las que resultaba un tanto imposible hincarles el diente. Mientras los
invitados intentaban encontrar algo de sensatez, un pequeño mono daba brincos
de unas mesas a otras.
Esta particular Nochevieja generó tanta expectación que
hasta se grabó en video, conservándose hoy en día algunos de los fragmentos en
los que observamos a los anfitriones en compañía de su peculiar cachorro y
ataviados con sus disfraces. Una gran
publicidad que sin duda haría las delicias del inmenso ego del que
alardeaba el pintor.
Ilustración de Salvador Dalí para una de las recetas de su libro, la Pirámide de cangrejos de río con hierbas vikingas |
Un libro de recetas
único
La pasión de Dalí por la cocina llegó a tal nivel que en 1973 publicó un recetario muy singular
al que puso por título Les Diners de Gala. Gracias a este
documento las cenas de la pareja dejan de ser una leyenda para poder traerlas
directamente a tu mesa.
Se trata de 136 recetas divididas en doce capítulos y que
por supuesto no están hechas para todos
los paladares, pues Dalí ya advierte desde la primera página: “Nos gustaría
dejar claro que, a partir de las primeras recetas, Les Diners de Gala, con sus preceptos y sus ilustraciones, se
dedica de forma exclusiva a los placeres del gusto. No busquen fórmulas
dietéticas aquí. Tenemos la intención de hacer caso omiso de esos cuadros y
tablas en los que la química toma el lugar de la gastronomía. Si usted es un discípulo
de uno de esos contadores de calorías, cierre este libro de una vez; es
demasiado alegre, demasiado agresivo, y demasiado impertinente para usted”.
Así, Dalí deja bien claro que la cocina es otra forma de expresar su pasión por el
arte, definiendo a la mandíbula como “el órgano más filosófico del hombre”.
Y es que este libro de recetas tan especial encierra en su interior una
auténtica obra de arte ya que muchos de los platos van acompañados de ilustraciones
realizadas por el pintor, por si alguien se atreve a recrearlos.La gastronomía,
el arte, el sexo, el canibalismo, el
delirio surrealista de Dalí en definitiva, van de la mano a lo largo de
estas páginas.
Otra de las creaciones oníricas de Dalí para ilustrar uno de los postres de Les Diners de Gala |
Algunos de estas creaciones fueron elaboradas con la
colaboración de afamados restaurantes
franceses como Maxim´s, La Tour d´Argent o Lasserre. A lo largo de más de
300 páginas, las distintas preparaciones se encuentran clasificadas en: platos
exóticos, huevos y crustáceos, primeros platos, caracoles con rana, pescados y
mariscos, caza y aves, cerdo, vegetales, afrodisíacos, postres y entremeses.
Lo más interesante es que a pesar de la extravagancia de
las recetas, entre las que se encuentran Congrio del Sol Naciente, Senos de
Venus, Sopa de orejas de cerdo, Huevos de Mil Años o Pirámide de cangrejos de
río con hierbas vikingas, todas y cada una de ellas pueden ser preparadas e intentar así emular el espíritu de
aquellas cenas celebradas por Dalí y Gala.
Este libro, que la editorial Taschen volvió a publicar
hace unos años en diversos idiomas, es todo
un regalo para los sentidos y una muestra más del riquísimo imaginario del
mayor artista surrealista de todos los tiempos. Como él mismo sentenciaba, “se
puede no comer, no se puede comer mal”.
Bibliografía
DALÍ, Salvador. Dalí.
Les Diners de Gala. Editorial Taschen, 2016.
GIBSON, Ian. La
vida desaforada de Salvador Dalí. Editorial Anagrama, 2004.
Autora| Begoña Ibáñez Moreno
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