Ser sociables es nuestra característica innata
Del rebaño de ovejas blancas a la individualidad de la oveja negra |
Aceptación, reconocimiento,... son el fin del medio para entrar
a formar parte de lo que conocemos como "la sociedad de las masas".
Ser sociables es nuestra característica innata. El ser humano, desde tiempos
remotos, ha luchado por la integración, ya que, a modo de un dispositivo on-off,
nuestro cerebro lanza la alerta ante la exclusión y soledad del individuo.
Vulnerabilidad, temor, el creernos incapaces de "caminar solos", nos
lleva a promulgar y aceptar acciones que van contra nuestra ética y moral obviando
el resultado. Nos convertimos en actores secundarios de una obra plagada de
falsedad y miedo sólo por ganarnos un puesto en el rebaño y temor a ser
señalados como una "oveja negra".
Obediencia, límites,
sanciones,... crecemos rodeados de pautas, las cuales no critico pero algunas
cuestiono, no nos muestran ni enseñan que el ser humano de forma individual
puede aportar, mediante la constancia y labor, ideas y proyectos innovadores
que pueden ser beneficiosos para la sociedad. La seguridad de lo común, normal
y tradicional es un muro firme difícil de atravesar pero no imposible. El alto
porcentaje de los grupos se caracterizan por opiniones y juicios negativos
llegando a caer en el fanatismo, desde el religioso, cultural y político estos
presentan y comparten el factor común de la imposición de ideas. Pobres de
aquellos osados que decidan abandonar el rebaño porque serán perseguidos y
castigados hasta el fin de sus días.
El individualismo
convertido en despotismo
El comportamiento humano ha estado salpicado por las
incontables contradicciones de nuestros actos. El "yo pienso",
"yo digo" y "yo hago" difícilmente se ponen de acuerdo
alguna vez.
Analizando las consecuencias de este desorden, que bien
puede llegar a ser un famoso cálculo de probabilidad, o bien es debido a las
llamadas influencias externas o bien a
una inmadurez condicionada por algún tipo de trastorno oculto, llegan a
resultar en diversas ocasiones y situaciones, desfavorables y con resultados
inesperados. La inestabilidad habitual en ciertas personas denota carencias
afectivas o algún tipo de trauma no superado, por ello "el yo
pienso", "yo digo" y "yo hago" nunca están en
concordancia.
En la evolución moderna, el individualismo actúa como eje central de la
sociedad actual y sus consecuencias, sería un buen título para un extenso
artículo pero simplemente he querido dejar abierta esa ventana que siembra la duda de la evolución humana y
hacia donde se dirige. Debemos respetarnos y mantener la dignidad, no perderla
por nada ni por nadie, pues en ese caso nos perderíamos a nosotros mismos. Individualmente podemos aportar beneficios a
la sociedad mientras no caigamos en la trampa y seducción del egoísmo.
"Nuestra vida siempre expresa el resultado de nuestros
pensamientos dominantes" (Soren Kierkegaard).
Autora| Teresa
García González
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