CodeTalkers: los nativos americanos que reclutó Estados Unidos para ganar a los alemanes y luego a los japoneses
El gobierno de los Estados Unidos
utilizó en las dos Guerras Mundiales a nativos americanos para poder encriptar
sus claves ante sus enemigos
Gracias
a la utilidad de los idiomas nativos, también se empezaron a utilizar otros
como el comanche o el cherokee
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Durante la I y la II Guerra Mundial Estados Unidos consiguió una ligera
ventaja sobre sus enemigos gracias al encriptado de sus mensajes y a la
imposibilidad de que alemanes y japoneses no consiguieran descifrarlo. Nos
referimos en este caso a los locutores de claves choctaw de la I Guerra Mundial
y al Código Navajo de la II Guerra Mundial.
Los locutores de claves choctaw participaron
en la 2ª batalla del Somme, en 1918. Los alemanes habían conseguido
pinchar las líneas telefónicas de los estadounidenses y capturar a parte de sus
mensajeros. Utilizaban sobre todo términos militares especiales de su propia
lengua.
En el 142º Regimiento de Infantería un capitán observó
que dos de sus soldados, dos indios choctaw, hablaban una lengua
que no conocía. Les preguntó en qué idioma hablaban y si había más gente en el
ejército que lo hablase. En ese momento se dio cuenta de la importancia de este
hecho.
Les mandó que transmitieran un mensaje a los cuarteles
donde había otros choctaw, que en seguida lo tradujeron al inglés. Fue en ese
momento cuando se creó el escuadrón telefónico choctaw, con 19 de
estos indios. Parte de ellos ya se conocían de Oklahoma.
Esta lengua ofrecía la ventaja que no se hablaba por
grupos muy extensos ni tampoco tenía registro escrito. Debido al éxito de este
lenguaje, se enviaron a varios choctaw a distintos puntos
estratégicos. Parece ser que los alemanes nunca consiguieron descifrarlo y
decían que los estadounidenses habían creado una lengua para hablar debajo del
agua.
Los choctaw no disponían en su idioma
de todos los términos modernos que podrían utilizarse durante la guerra, así
que tuvieron que crear otro código dentro de su propio código. Esto complicó
más a sus enemigos la posibilidad de traducir el idioma choctaw.
Francia no reconoció el
mérito de estos soldados hasta 1989 con la Orden Nacional del Mérito, y Estados
Unidos no hizo lo propio hasta 2008 con la Ley de Reconocimiento de
Locutores de Claves, aprobado por el Congreso.
Es curioso comprobar cómo los choctaw eran
reprendidos en las escuelas por hablar su idioma por las políticas de
asimilación que se aplicaron en su época por parte del gobierno pero a la vez
se demandaba su presencia y uso en las filas del ejército.
Algo parecido ocurrió durante la II Guerra
Mundial. En 1942 Philip Johnston, hijo de una familia misionera
protestante y criado durante parte de su infancia en una reserva de indios
navajos. Un día por la radio escuchó que la división armada en Luisiana
intentaba crear un código secreto junto con los nativos para utilizarlo en el frente
del Pacífico, ya que los japoneses conocían perfectamente el inglés y
cualquier código creado a partir de él.
Se dirigió a Camp Elliot y propuso su
idea al teniente coronel James E. Jones. Se hizo un programa piloto
con 200 navajos pero luego sólo se reclutó a 29: eran
los “CodeTalkers”. Gracias a su aportación, su idea llegó a
reclutar a 420 navajos como locutores de claves de los 30.000 que había en la
comunidad navaja.
Inicialmente se crearon 211 términos, pero con el uso
vieron que existían ciertas carencias, por lo que se ampliaron a 411 términos
para evitar que los japoneses los descifraran. Nunca se puso por escrito, lo
que suponía que descifrarlo era aún más difícil.
Los “CodeTalkers” también luchaban,
no solo descifraban y codificaban los mensajes. El Código Navajo fue
utilizado en batallas como la de Guadalcanal o Iwo
Jima. Surgió el problema que algunos compañeros de ejército los confundían
con los enemigos, así que tuvieron que asignarles guardaespaldas. El último de
los “CodeTalkers”, ChesterNez, murió en el
2014.
Los nativos americanos no
consiguieron la nacionalidad estadounidense hasta 1928, incluso habiendo
luchado 12.000 de ellos en la I Guerra Mundial. Se ofrecieron
voluntarios porque en su cultura es un deber luchar por defender la tierra y su
cultura. Tal como indicó el comandante Howard Connor, de la 5ª
División de Marines: “sin ellos la victoria no hubiese sido posible”.
Autora| Lucía Luengo Ramos
Vía| BBC, Soldiers, Nmai, Navajo Code Talkers, SGM
Imagen| Soldiers
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