La matanza de Casas Viejas

Un grupo de libertarios se alzó en contra del gobierno de la República y fue masacrado

La matanza de Casas Viejas
El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española. El conde Romanones fue el encargado de entregar, de forma pacífica, el poder a la República. Es el final de la monarquía, que no fue capaz de adaptarse a los nuevos tiempos.

En Madrid, el pueblo  tomó las calles y, gracias al gobierno provisional, la bandera tricolor ondeó junto a la Puerta del Sol. Niceto Alcalá-Zamora anunció el establecimiento de la Segunda República Española. Alfonso XIII se dirigió a Francia, donde comenzó su exilio. El monarca jamás volvió a pisar tierra española.

Pese a todo, España continuó siendo un país subdesarrollado, y muchos pueblos fueron abandonados por gentes que buscaban en las ciudades mejores condiciones de vida. Madrid y Barcelona, por ejemplo, en muy poco tiempo, duplicaron su población.

El hambre y la pobreza se extendieron por el país, sobre todo, por las zonas rurales. La falta de maestros y de escuelas puso en jaque a la educación primaria. Prácticamente la mitad de la población era incapaz de leer y de  escribir. Para erradicar estos y otros problemas, el gobierno de la República tuvo que destinar un alto presupuesto con la idea de sacar al país del retraso en que se encontraba atrapado.

Manuel Azaña, que por aquel entonces ocupaba el cargo de Ministro de la Guerra, anunció una reforma del Ejército, que fue recibida, por los mandos militares, con mucha inquietud. Mientras tanto, grupos de violentos comenzaron a incendiar y a saquear muchos templos religiosos, ante un gobierno que era incapaz de frenar los acontecimientos.

La noticia en un diario de la época
Al poco tiempo, la República estableció una serie de reformas que no fueron, para nada, bien recibidas por los campesinos que estaban influenciados por los anarquistas de la C.N.T. En una localidad de Cádiz, un grupo de libertarios se alzó en contra del gobierno de la República y fue masacrado, en un hecho que pasaría a denominarse "La matanza de Casas Viejas". Los grupos políticos de diferentes ideologías cargaron contra el gobierno que no pudo, nunca, restablecerse de las acusaciones. Al poco, el gobierno de Azaña se vio en la obligación de dimitir.

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