El
calendario civil egipcio es un invento derivado de las necesidades agrícolas,
religiosas, sociales y administrativas. El calendario juliano y el gregoriano
derivan del antiguo calendario civil egipcio, ¿cuál fue el origen de este?
La invención
del calendario civil se remonta a
principios del III milenio a.C. coincidiendo con el mayor desarrollo de la
escritura jeroglífica. El
calendario civil egipcio consta de 360
días más cinco días epagómenos,
que recibían el nombre de “los que están por encima del
año” o “nacimiento de los dioses” (días de nacimiento de Osiris, Horus, Seth,
Isis y Neftis), o “el pequeño mes” en copto, con tres
estaciones de cuatro meses de 30 días. Las estaciones egipcias son akhet
(inundación), peret (siembra), shemu (cosecha [sequía]).El origen del calendario es controvertido.
Fig. 1. Estaciones calendario civil egipcio |
Las semanas
eran de diez días, siendo el décimo
día festivo, por lo que cada mes tenía tres semanas y cada año 36. En el Reino Antiguo y Medio los meses no tienen nombres sino que se numeran. En las transcripciones se utilizan números
romanos, al igual que los días del mes, a excepción del día 30 (´rky). A partir del Reino Nuevo, los meses del calendario civil tendrán su propio nombre, muchos dedicados a
divinidades, incluso uno dedicado a Amenhetep I tras su divinización.
El calendario
civil se ve influenciado
indirectamente por el calendario
lunar, como en la celebración de algunas festividades. Algunos autores
creen que la invención del calendario
civil se debe a la observación de la
crecida del Nilo año tras año en la misma fecha, marcándola como el inicio
de un calendario anualàorigen
nilótico.Sin
embargo, la crecida del Nilo no es
regular, lo que deja en entredicho esta teoría.
La Piedra de Palermo menciona que el
último año del reinado de Aha tuvo 6 meses y 7 días, pues murió antes de que se
completara el año, siendo el primer año del reinado de su sucesor Dyer 4 meses
y 13 días, siendo el año en total 10 meses y 20 días. Esto puede ser una prueba
de que los egipcios utilizaban el Nilo como referencia para medir el año
dependiendo de sus inundaciones, un año que no tendría 365 días. En otros
ejemplos más tardíos la suma puede dar 365 días, por lo que en algún momento de
la II dinastía podemos hablar de 360 días más cinco días epagómenos, con tres
estaciones de cuatro meses de 30 días. Algunos ejemplos de cómo nombrar los
meses son:
- Primer día del año a primer día del mes de la estación de akhet 1.
- Quinto día del cuarto mes de la estación de shemuà IV shemu 5.
- Decimocuarto día del segundo mes de la estación de peretà II peret 14.
- Primer día del año a primer día del mes de la estación de akhet 1.
- Quinto día del cuarto mes de la estación de shemuà IV shemu 5.
- Decimocuarto día del segundo mes de la estación de peretà II peret 14.
Fig. 2. Piedra de Palermo |
La observación del inicio de la inundación pudo haberse relacionado con el solsticio vernal, pudiendo recogerse posiciones del Sol en el predinástico,
que pudo ser el origen del calendario civil. Puede considerarse la posibilidad
de una combinación de varios fenómenos
(inundación, solsticio de verano, orto helíaco de Sirio).
Pero
la base de la cronología absoluta
egipcia y su calendario civil es la estrella Sirio (orto helíaco de Sirio),
que es la estrella más brillante de la bóveda celeste. Heródoto dice que los egipcios para
formar su año se basaban en la observación de los astros (seguro a partir de la
II dinastía). A lo largo del año las estrellas van cambiando de lugar a una
misma hora. El orto helíaco es la aparición de un objeto por el
horizonte oriental justo antes del amanecer cuando es visible por primera vez
después de haber estado un período de tiempo invisible. Así, Sirio (Sothis en griego, Sepedet en egipcio) sería invisible70 días al año. Este período era importantísimo para los
egipcios. Por ejemplo, en el año 3000 a.C. la estrella era invisible 70 días,
los mismos que duraba el embalsamiento.
Puesto que Sirio
salía regularmente todos los años (orto
helíaco de Sirio), coincidiendo aproximadamente con la crecida del
Nilo, los egipcios debieron asociar ambos fenómenos y tomarlos como referente para fijar su inicio de año. Pero este proceso no duraba 365 días,
produciéndose un desfase con el año solar, descolocándose las estaciones con el
tiempo. Así, si sabemos en qué año se inicia la asociación entre la salida de
Sirio y el primer día del año sabríamos la fecha correcta. Con esto, por
ejemplo si un documento nos dice que el orto helíaco se produce en III akhet 15 al cabo de 300 años habría un
desfase de 75 días y al cabo de 1460
años habría 365 días. Esto se habría solucionado incluyendo un sexto día
epagómeno cada cuatro años, pero los egipcios no lo hicieron a pesar de conocer el desfase. Pero la afirmación
de que el ciclo sothíaco se renueva cada
1460 años no es del todo exacta, pues Sirio tiene su propio movimiento y el
causado por la precesión de los equinoccios por el bamboleo del eje de la
Tierra. Esto significa que el cálculo de cronología absoluta no es totalmente
correcto. Con esto, desde el Reino Antiguo a la época romana en Egipto, el
ciclo sothíaco medio era menor a 1460 años, pudiendo precisarse un poco más la
cronología absoluta.
Censorino, en su obra De
die natali (239 d.C.), dice
que en el año 139 d.C. el primer día del
calendario se produjo el orto helíaco. Con esto, podemos contar hacia
atrás, llegando a la conclusión que en la dinastía
II los egipcios inventaron el calendario civil (2782 a.C.), pues la fecha
posterior en la que coincide el primer día del calendario con la salida de
Sirio es demasiado antigua. El personaje anónimo “anotador de Theon” del siglo IV d.C. escribe anotaciones sobre los manuscritos de Theon de Alejandría,
entre ellas una fórmula para calcular la
aparición de la estrella Sirio, remontándose para el cálculo a 1322 a.C.
(año que también coincidiría el orto helíaco de Sirio con el primer día del año
egipcio). El primer día
del calendario civil con el orto helíaco coincide en los años: 139 d.C. a 1322 a.C. a 2782 a.C. a 4242 a.C. Para
obtener una cronología absoluta fiable
debemos:
- Conocer la latitud desde donde se observa el orto helíaco (normalmente entre El Lahun y Heliópolis).
- Conocer el arco de visión.
- Desconocemos la influencia de la contaminación horizontal.
- Tener en cuenta el movimiento propio de Sirio.
- Tener en cuenta la precesión de los equinoccios.
- Corregir el año sothíaco medio.
- Conocer la latitud desde donde se observa el orto helíaco (normalmente entre El Lahun y Heliópolis).
- Conocer el arco de visión.
- Desconocemos la influencia de la contaminación horizontal.
- Tener en cuenta el movimiento propio de Sirio.
- Tener en cuenta la precesión de los equinoccios.
- Corregir el año sothíaco medio.
Es
cierto que sin estos datos no podemos obtener una cronología absoluta completa,
pero sí acercarnos mediante un sencillo
cálculo. Así, el cálculo de una fecha a partir de un documento se realiza
contando los días entre el primer día del año (orto helíaco) al día que
menciona el documento. Por
ejemplo, un texto nos dice que el orto helíaco de Sirio se
produce en III akhet 21 del año 1 de
Djedefra. Sabemos que es un faraón de la IV dinastía (siglo XXV
aproximadamente), por lo que debemos tomar como referencia el año 2782 a.C.
Así, al III akhet 21 pasan 80 días
desde el día 1 como orto helíaco. Estos 80 días los dividimos entre 0,25
(desfase por año), dándonos como resultado 320, que serían los 320 años que
separan la fecha que menciona el texto de la fecha de referencia. Pero esta
fecha no es totalmente exacta al faltar datos (latitud, arco de visión,…),
motivo por el que se proponen diversas cronologías para algunos faraones. Con
este método se calcularía la cronología de Egipto.
En época de
Ptolomeo III, con el Decreto de
Canopus, celebrado en el reinado de Ptolomeo III (238 a.C.), el orto
helíaco no sucede en el primer día del año. Por ello, inventan un calendario que cada cuatro años sume un
nuevo día (modo parecido al actual). Pero los egipcios que llevaban cientos
de años conociendo el desfase rechazaron esta propuesta. Incluso puede que los
faraones en el momento de su coronación juraran que el calendario seguiría
inalterado, aunque no hay documentos originales que lo acrediten. Con JulioCesar, mediante Sosígenes de Alejandría, se llevó a
cabo esta medida (calendario juliano)
a partir del año 45 a.C., siendo el heredero del calendario egipcio.El calendario alejandrino fue instituido
en Egipto poco después de la conquista
romana en 30 a.C. con la única diferencia de añadir un día epagómeno cada
cuatro años.
Fig. 3 Octodracma de Ptolomeo III |
Todas estas premisas cronológicas se basan en que el
calendario civil egipcio no sufrió
ninguna reforma calendárica. Únicamente las fechas sothíacas posteriores al reinado de Taharqa (dinastía XXV)
sirven, sin objeción, para el cálculo de fechas absolutas. En la actualidad se
conocen ocho documentos en los que se
indica el momento de orto helíaco de Sirio en relación al calendario civil
egipcio (papiro Ebers, decreto de Canopus…). Algunos autores creen, en
cambio, que el calendario civil egipcio no se mantuvo inmutable a lo largo de
la historia y que, por tanto, las fechas absolutas que tenemos a partir de la
relación entre el orto helíaco de Sirio y el calendario civil deben ser puestas
en entredicho, aunque estas teorías carecen de peso.
Lull, J. (2006). La astronomía en el antiguo Egipto. Valencia: Universitat de València, pp. 65-108.
J.M. (2009). El
antiguo Egipto: sociedad, economía, política Madrid: Marcial Pons.
Kemp, B. (1992). El antiguo Egipto: anatomía de una
civilización. Barcelona: Crítica.
Shaw, I. (2007). Historia
del antiguo Egipto. Madrid: La esfera de los libros.
Autor| José
Luis Azorín Navarro
Vía| Ver bibliografía
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