Una
vida trágica que inspiró la obra de Dumas hijo
Marie Alphonsine, la auténtica Dama de las Camelias |
En
los años 40 del siglo XIX, una bella dama cada vez más conocida en los círculos
aristocráticos se convertía, sin saberlo, en leyenda. Apodada como “dama de
las camelias” por su costumbre de llevar siempre un ramo de estas flores a
la ópera, Alphonsine Plessis es un personaje histórico que, como tantos otros,
ha sido modificado al antojo de tantos autores literarios que han sabido
explotar su turbulenta y corta vida.
Infancia
traumática y juventud en París
El
16 de enero de 1824 nacía en un pueblo de L'Orne Alphonsine Plessis. Su padre
era vendedor ambulante, hijo ilegítimo de un sacerdote. Su madre, Marie-Louise,
era hija de sirvientes, aunque pertenecía a un linaje aristocrático. Cuando
Alphonsine contaba tan sólo con cinco años, su padre se marchó y su madre se
fue para trabajar como criada, muriendo poco después en el extranjero. La niña
fue acogida entonces por un primo agricultor hasta que su padre la recuperó
para, supuestamente, abusar de ella y luego venderla a unos bohemios
ambulantes, aunque no existen pruebas fehacientes de este hecho. Lo cierto es
que en 1838 Alphonsine llegaba a París para residir en la casa de otro
familiar.
Vagabundeando
y pasando hambre, se dedicó al trabajo en una fábrica. Pero siendo todavía muy
joven, un restaurador adinerado se fijó en ella y se convirtió en una especie
de protector para la muchacha. Para que ésta no se aburriera, ya que estaba
acostumbrada a una vida ociosa, el caballero tuvo a bien pasear con ella por
las noches. Pronto puso Alphonsine los ojos en Agénor de Guiche, futuro
ministro. La cubrió este de todos los lujos, y la que un día sería convertida
en personaje literario encontró una nueva afición característica de la alta
burguesía: el teatro. Fue entonces cuando cambió su nombre por uno más
elegante: Marie.
Retrato de Marie Duplessis, por Édouard Viénot |
Amantes
y protectores
Después
de la separación con Agénor, la que ahora ya se hacía llamar Marie encontró a
un hombre más joven: el conde Edouard de Perrégaux. Perteneciente a una familia
adinerada y miembro emérito de la caballería, tenía los recursos suficientes
para que Marie no tuviera que renunciar a las joyas, el lujo y las salidas
culturales. Con 18 años, la dama de las camelias disfrutaba de su idilio con
este adinerado militar. Sin embargo, Edouard, presionado por su familia
debido a la incipiente tuberculosis de Marie y arruinado poco tiempo después de
que la tomara bajo su protección, la abandonó a su suerte. Marie
fue entonces objeto de interés del embajador ruso Gustav Ernst von Stackelberg,
de más de setenta años de edad, y que habría visto en ella la imagen de su
hija, fallecida de tuberculosis. Con sus acaudalados bolsillos, a Marie seguía
sin faltarle de nada.
Después,
vivió con otros amantes tales como Franz Liszt y el propio Alejandro Dumas,
hijo. El romance que mantuvo con éste último estuvo lleno de
complicaciones, y parece ser que ella le abandonó porque no podía soportar la
vida austera de un escritor, anhelando volver a los lujos y la comodidad. En
1846 se casaría en secreto con Perrégaux en Inglaterra, lo que la convirtió en
condesa.
Muerte
y leyenda
Marie
murió de tuberculosis en 1847 en la más absoluta pobreza. Al funeral
acudieron Stackelberg y su marido, Perrégaux. Descansa desde entonces en el
Cementerio de Montmartre, donde ha recibido flores de admiradores durante un
siglo y medio.
En
1848, Marie sería transformada en el personaje de Marguérite Gauthier,
protagonista de la novela La Dame aux Camélias, de su antiguo
amante Dumas hijo. Al año siguiente una obra de teatro se basaría en esta
truculenta historia, para finalmente en 1853 ser objeto de la conocida ópera de
Verdi, La traviata (que en italiano significa
“extraviada”). Numerosas adaptaciones al cine y al teatro nos han llegado desde
el siglo XIX. Una de las más conocidas la película Moulin Rouge!, de
2001, en la que una joven cortesana vive un idilio de amor con un poeta sin
recursos.
Sin
duda, el recuerdo de esta joven se ha mantenido vivo en la Historia,
sirviendo de fuente de inspiración a un sinfín de artistas que han procurado
rendirle homenaje.
Bibliografía
HARDCASTLE, ROBERT (1996): Verdi and his operas,
Londres: The World of Opera, HENDRY, MAGGY y UGLOW, JENNY (2005): The
Palgrave Macmillan Dictionary of Women's biography, Londres: Palgrave
Macmillan.
Autora|
Ariadna Muriel
Humanes
Vía|
Le
Monde, ver bibliografía
Imagen|
Wikimedia
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