Germánico,
militar experimentado y sobrino del emperador Tiberio, fue el encargado de
vengarse tras la aniquilación que sufrió el ejército romano en Teoteburgo (año
9 d.C.) a manos de los germanos liderados por Arminio
La venganza de Germánico en la batalla de Idistaviso |
La batalla de
Teoteburgo -en el año 9 d.C.- finalizó con una completa catástrofe para
Roma, en la que sucumbieron tres legiones romanas y a las unidades auxiliares en plena Germania a
manos de los hombres del jefe querusco Arminio. Se habla de que las bajas
supusieron la pérdida un diez por ciento de las fuerzas que aglutinaba por
aquel entonces el Imperio Romano.
La preocupación por salir derrotados en las campañas por territorios germánicos hizo que el emperador Augusto mandara a su hijo y futuro sucesor Tiberio a estabilizar la zona una después de la abrumadora derrota en Teoteburgo. Poco tiempo después, Tiberio tuvo que volver a Roma para hacerse con el gobierno debido al declive de su padre -falleció en agosto del año 14 d.C.-. Ya como emperador, decidió que era el momento de llevar a cabo la venganza por la afrenta que había significado perder contra los bárbaros de Germania.
La preocupación por salir derrotados en las campañas por territorios germánicos hizo que el emperador Augusto mandara a su hijo y futuro sucesor Tiberio a estabilizar la zona una después de la abrumadora derrota en Teoteburgo. Poco tiempo después, Tiberio tuvo que volver a Roma para hacerse con el gobierno debido al declive de su padre -falleció en agosto del año 14 d.C.-. Ya como emperador, decidió que era el momento de llevar a cabo la venganza por la afrenta que había significado perder contra los bárbaros de Germania.
Tiberio mandó a la frontera a su sobrino e hijo adoptivo
Germánico, experimentado militar y muy querido por el pueblo romano. Con Germánico acudieron ocho legiones
romanas y 26 cohortes que actuaban de tropas auxiliares, además de caballería.
Mapa de la batalla de Idistaviso |
En los primeros meses, Germánico lanzó cuatro
expediciones de poco alcance con el objetivo de dividir a los pueblos
germánicos. Estas actuaciones consiguieron levantar la moral de los romanos,
que llegaron al lugar de Teoteburgo
para enterrar los restos de los legionarios que allí estaban todavía y realizar
un homenaje a los caídos. En el levantamiento de la moral del ejército romano a
orillas del Rin tuvo un papel fundamental Agripina, mujer de Germánico, que
tomó responsabilidades de auténtico general en la retaguardia.
Germánico, en el año 16 d.C., volvió a dividir sus tropas
para despistar al enemigo. Una parte del ejército penetró por vía marítima y
penetró por el río Ems; la otra
parte del ejército siguió el río Lippe. La totalidad del ejército se volvió a
unir a orillas del río Weser.
Ya en el río Weser, Germánico y sus hombres se encontraron
con una “visita inesperada”: al otro lado del río esperaban los germanos mandados por Arminio, el
mismo caudillo que aniquiló a los romanos en Teoteburgo. El experto militar romano decidió vadear el
río Weser en una táctica arriesgada. A pesar de la dificultad, los romanos
consiguieron cruzar el río y pasar una noche tranquila, ya que los germanos
hicieron una especie de retirada a un bosque cercano.
Al día siguiente, comenzó la batalla a campo abierto que
se conocería como la “batalla de Idistaviso”, donde los romanos partían con
superioridad numérica, pudiendo superar los 55.000 hombres frente a los 45.000 de los germanos. Germánico
ordenó atacar por los flancos y por la retaguardia, teniendo éxito. Los
germanos comenzaron la retirada y aunque Arminio salvó la vida, muchos de sus
hombres fueron abatidos o se ahogaron en las ciénagas de la zona. Parecía que Germánico y sus tropas habían
ganado la batalla sin apenas haber luchado, pero lo cierto es que semanas después tuvieron que enfrentarse de
nuevo a los germanos cuerpo a cuerpo en un bosque cercano. El resultado fue el
mismo: victoria romana y huida de Arminio.
Tras la campaña militar, se puede decir que el honor tras
el desastre de Teoteburgo quedó restituido. Incluso Germánico volvió al lugar
donde ocurrió una de las derrotas más sonadas del Imperio Romano. Sin embargo, volvió a Roma entre vítores y honores
por parte del pueblo; esto causó el recelo de Tiberio, que veía que su hijo
podía tener más popularidad que él.
Germánico murió el
10 de octubre del año 19 d.C. en unas circunstancias no esclarecidas, donde
el envenenamiento ordenado por Tiberio nunca se ha descartado. Y finalmente, la
idea de situar el límite de los dominios de Roma
Bibliografía
Fernando Quesada
Sanz. (octubre de 2016). Idistaviso:
Germánico venga Teoteburgo. La Aventura de la Historia, 216, 16-23.
Tácito. (2008). Anales. Madrid: Alianza Editorial.
Autor| Álvaro Anula
Pulido
Vía| Ver bibliografía
Imágenes| Wikipedia
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