Analizamos la obra más
conocida con la temática de la Piedad que realizó el gran artista del
renacimiento y que podemos ver en la basílica de San Pedro del Vaticano
"La Piedad” de Miguel Ángel |
La Piedad es un tema típico de representación
del arte cristiano que se desarrolló
especialmente en la época de la Edad media y del Renacimiento, se trata de la imagen de la Virgen María sosteniendo
en brazos el cuerpo de su hijo, Jesucristo, muerto. Sin duda su ejemplo más famoso
se encuentra en la Basílica de San Pedro
del Vaticano y es obra del gran genio Miguel
Ángel.
La Pietà de Miguel Ángel
es una obra escultórica de bulto redondo (es
decir, se puede ver desde cualquier ángulo), aunque está concebida para verse
básicamente de frente, el material en el que está realizada es el mármol. Sus
dimensiones son 1,74 m. por 1,95 m. La obra le fue encargada aun joven Miguel Ángel, por el cardenal de san
Dionisio Jean Bilhères de Lagraulas, el 26 de agosto de 1498, por un precio de
450 ducados de oro, con la condición de que estuviera concluida en el plazo de
un año, que el artista cumplió.
Miguel Ángel se desplazó a los Alpes Apuanos, para
escoger personalmente el bloque de mármol
con el que quería trabajar, se dice que conseguía ver las obras dentro de la
pieza aún en estado bruto, pues para él todo estaba contenido dentro del mármol. Esta es la primera escultura con este tema realizada por
el autor, a lo largo de su vida realizaría más, ganando cada vez más patetismo
de modo que se iría acercando ala estética barroca.
Pero en la Piedad
del Vaticano prima la estética idealizada característica del Renacimiento, la estructura de la escultura es triangular, guiando nuestra mirada
desde la base hasta el punto más alto, que es rostro de la Virgen que refleja
su sereno dolor. De forma deliberada la Virgen
parece mucho más joven que su hijo, en una manera de mostrar a la madre ideal eternamente
joven. También el rostro de Jesús al
que han desclavado muerto de la cruz es sereno, sin reflejar el tormento que
acaba de sufrir.
El cuerpo inerte de Jesús
se opone al cuerpo con vida de su Madre,
los pliegues del vestido (más marcados en la parte inferior que en la superior)
de la Virgen forman un claroscuro pictórico que se opone a la lisura del cuerpo
de Cristo muerto, cuyo brazo inerte cuelga en total oposición al brazo lleno de
vida de María. El rostro de la Virgen refleja el suave ideal de belleza femenina característico del renacimiento.
Se trata de la única obra
firmada por Miguel Ángel y esto
fue debido a que una vez presentada hubo
quien puso en duda su autoría por considerarlo demasiado joven, el artista que
tenia un genio muy vivo tomó un cincel
y en la banda que cruza el pecho de la Virgen grabó: “Michael
A[n]gelus Bonarotus Florent[inus] Facieba[t]”.
Autor| Ana Rebón Fernández
Vía| Ana Rebón Fernández
Imagen| Wikipedia
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