A
este artista hay que encajarlo dentro del expresionismo abstracto, que se
desarrolla entre 1943 y 1970
Jackson Pollock, un artista con una vida convulsa y con un final fatal |
Una de las figuras
esenciales del movimiento del expresionismo abstracto va a ser Peggy Guggenheim, una mujer adinerada
interesada por el arte. Eso le va a llevar a París con tan sólo 22 años. Allí
le surge la idea de erigir un museo de arte moderno en Londres.
Pero la II Guerra Mundial frenó sus deseos y
cuando llegó Hitler al poder acabó
con su museo. Ante la avanzadilla nazi, Peggy volvió a París y comenzó a
comprar obras a precios irrisorios.
En 1941 regresó a Nueva
York, concretamente a Manhattan, donde abrió una galería llamada “Art
of this century” en la que
artistas europeos y estadounidenses querían crear un nuevo arte, un arte que
reflejara esa mezcla de esperanza y ansiedad tras la Gran Depresión, la II
Guerra Mundial y el ascenso de EEUU como potencia mundial. Esto fue la chispa
que encendió la llama para que surgiera el expresionismo abstracto.
En una de las
exposiciones que organizó Peggy, se encontró a Mondrian admirando Figura
estenográfica, ella pensaba que no le gustaría pero fue al contrario.
Figura estenográfica
son dos figuras alargadas sentadas y mirándose de frente, realizadas en tonos
rojos y marrones. El fondo azul nos recuerda a Picasso, las letras garabateadas
tienen influencia de Miró y a Matisse nos recuerda la tonalidad viva de la
composición.
Este cuadro fue pintado
por el artista que se consideró el futuro del arte moderno, Jackson Pollock (1912-1956). La vida de
Pollock era convulsa, tenía problemas con el alcohol y era incapaz de controlar
su ira, estuvo en rehabilitación durante mucho tiempo. Eso ayudó a su arte,
estas terapias le introdujeron a la idea freudiana de que en el subconsciente
se encontraba el yo más profundo.
Pollock va a ir
avanzando en su temática hasta llegar al automatismo y a los murales o cuadros
de gran formatos heredados de Diego Rivera.
Peggy Guggenheim al ver
su gran potencial lo fichó para sus exposiciones y además le encargó un mural para su casa de Nueva York.
El artista quería
pintar directamente sobre la pared pero Duchamp le sugirió pintar sobre un
lienzo monumental. Aceptó la idea pero un bloqueo
en su inspiración le impidió realizarlo durante seis meses.
A los seis meses a
Peggy ya se le estaba acabando la paciencia y esa misma noche Pollock comenzó a
pintar de forma apasionada y fue donde surgió el expresionismo abstracto.
El mural que pintó es
una obra abstracta, donde aparecen manchas de pintura blanca, amarillas, líneas
negras y verdes, etc. Es una pintura viva, que explota en la vista del
espectador y que nos remueve por dentro.
En 1943, Jackson Pollock clausuró su primera exposición sin ventas pero el
director del MoMA, Alfred Barr había quedado cautivado con aquel artista y
llamó horas después para adquirir La loba por un precio inferior.
Peggy lo rechazó pero, Alfred Barr insistió semanas más tardes y finalmente lo
compró por el precio estipulado.
Full fathom five, de Jackson Pollock |
Este movimiento no caló
hasta 1947 cuando Pollock hizo sus primeras “drip paintings”, pinturas manipuladas con espátulas,
cuchillos, a las que añadía colillas, cristales, etc. En definitiva, un
perfecto caos.
Una de sus obras más
importantes es Full fathom five, donde vemos materiales que nos recuerdan al
cubismo y técnicas dadaístas en la colocación al azar. Es una obra fresca,
viva, sin sentido que irradia energía y expresividad.
La obra de Pollock no
se tomó en serio hasta que un fotógrafo, Hans
Namuth decidió retratarlo mientras trabajaba. En esas fotografías, se
observaba que la obra de este artista le nacía de sus entrañas y cautivó al
público.
Se convirtió en uno de
los artistas más influyentes del momento hasta que en 1956 mientras conducía
ebrio, tuvo un accidente de tráfico y murió.
Bibliografía
GOMPERTZ, W., ¿Qué estás mirando? 150 años de arte
moderno en un abrir y cerrar de ojos. Madrid, Editorial Taurus, 2013.
Autora| Rosa
María Huertas Franco
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