Desde los inicios de la fotografía se procedió a colorear la misma a través de muy diversos
procedimientos
Fotografía coloreada de la Primera Guerra Mundial
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La fotografía nació como
una forma barata de conseguir lo que la pintura hacía con la imagen. Captar un momento del pasado para perpetuarlo
a la posteridad. Es por ello que la
fotografía constituye uno de los mejores documentos históricos para estudiar el
pasado y por tanto se ha procedido a legislar e incluirlo dentro de lo que es nuestro patrimonio histórico.
Aunque la fotografía en
blanco y negro proporciona una capacidad expresiva enorme, la fotografía a
color nos permite ver con mejor detalle como era el pasado que tratamos de
estudiar
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La
fotografía nace de la aplicación de la cámara oscura de Thomas Wedwood
por parte Joseph Nicèphore Niépce (1826) gracias a lo cual pudo tomar
una imagen en blanco y negro que de otra forma habría sido incapaz de retratar
con su pincel. Desde entonces otros
artistas siguiendo su ejemplo intentaron dotar a esta foto de color a través de
técnicas artesanales, utilizando tintes y pigmentos similares a los empleados
por los pintores en sus lienzos. No sería hasta 1861 cuando el físico escocés
James Clerck Maxwell en 1861 logró sacar la primer fotografía a color. Sin
embargo lo caro del proceso hizo que hasta 1960 se procediera colorear la
imagen cuando no se prefería el tradicional blanco y negro. Décadas más tarde
con la aparición de la fotografía digital el coloreado de la imagen ha continuado
con la ayuda de un ordenador y una aplicación de retoque fotográfico.
Digital, que es de lo que trata este artículo, o artesanal el proceso
de colorear una imagen requiere de la preparación y la restauración del
original. Una vez convertida a formato digital lo ideal es restaurarlas
para eliminar arañazos, manchas o cualquier otra imperfección que pueda
afearlas. Y aún queda otro paso importante antes de iniciar el coloreado: el proceso de documentación e investigación, pues esto determinará la fidelidad de
la imagen que queremos rescatar. Aunque no existe una única forma de abordar el
coloreado de una fotografía algunos especialistas empiezan por rescatar las
sombras y degradados de color para a continuación colorear la ropa, y
finalmente darle color al fondo.
El centenario de la Primera Guerra Mundial fue la excusa de unos aficionados para dotar de color a las imágenes del conflicto para las tropas portuguesas |
En la
actualidad disponemos de muchas herramientas profesionales que nos permiten
dotar de color a estas fotografías como Photoshop o GIMP. Otros programas a
destacar son Recolored o Akvis Coloriage, que nos ofrecen la opción de manipular los colores de
la imagen, dotándola de nuevos tonos, cambiando los originales, pintando
antiguas fotografías, etcétera de forma totalmente gratuita. O aplicaciones
para móvil como Photo
Art o Colour
Touch Effects que además nos
permite de forma sencilla compartirlas en nuestras redes sociales. Finalmente
debemos hablar de programas de pago como Black Magic o Codijy que
permiten aplicar colores a las fotos de forma profesional de forma casi
automática. Sin embargo debemos de aceptar que restaurada o coloreada es
importante respetar la pieza original y dotarla de la importancia que como
objeto patrimonial merece siendo la copia un elemento más que permite no solo
preservar la original para el futuro sino ser complemento que nos permita
comprender la original.
Blackmagic es un programa de pago que dispone de una versión de prueba con resultados sorprendentes |
La
imagen, fotográfica, pintada e incluso esculpida, no siempre ha tenido la
importancia que hoy le damos para estudiar el pasado. Actualmente se considera
esta última como igual de al fuente escrita siendo en algunos casos superior ya
que permite captar otros matices que las fuentes escritas no podrían. Cierto es
que la imagen, al igual que el documento escrito, no es más que la visión del
artista o del escritor que quiere darnos del pasado y por tanto necesita ser interpretada.
Autor| Álvaro Plaza Sánchez
Vía| Álvaro Plaza Sánchez
Imágenes| Disenofilia, Huffington
Post, Taringa
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