Redefiniendo las
barreras entre nuestro cuerpo y el mundo
"Mundos", de María Bajo |
“El mundo en el que nos movemos existe mediante
la carne
que va a su encuentro” (Le Bréton, 2006)
En nuestras propias mentes encontramos gruesas barreras,
los prejuicios por ejemplo son una de ellas, pero hallamos una más básica, más
desapercibida que se trata de un debate filosófico, antropológico, metafísico, ésta
nos separa internamente, nos disecciona, se ha adherido a la percepción tanto
de nosotros mismos como del mundo en general. Nos solemos concebir como seres bipartitos: por un lado el cuerpo y por otro la mente. Por otra parte entendemos el mundo que nos rodea como un ente a
parte, algo que simplemente está ahí por lo que lo distanciamos de nosotros
mismos como personas que más que encontrarnos en él, lo conformamos.
Podemos hablar de mundo como un concepto amplio, abstracto, nunca del todo delimitado, sin embargo es una palabra de uso cotidiano, la empleamos para hacer referencia a infinidad de cosas y es por ello, por lo usual, por lo “normal” – teniendo en cuenta que la definición de la normalidad está pautada culturalmente – que está ligado a la concepción misma que tenemos del mundo. Sin embargo podemos replantearnos qué es eso del mundo a través del análisis antropológico dentro de líneas de investigación como la antropología del cuerpo y de la percepción. Desde esta corriente encontramos una concepción mucho más amplia y constructivista del mundo, éste se entiende como uno entre otros muchos: por lo que sí podemos decir que “existen otros mundos”.
Podemos hablar de mundo como un concepto amplio, abstracto, nunca del todo delimitado, sin embargo es una palabra de uso cotidiano, la empleamos para hacer referencia a infinidad de cosas y es por ello, por lo usual, por lo “normal” – teniendo en cuenta que la definición de la normalidad está pautada culturalmente – que está ligado a la concepción misma que tenemos del mundo. Sin embargo podemos replantearnos qué es eso del mundo a través del análisis antropológico dentro de líneas de investigación como la antropología del cuerpo y de la percepción. Desde esta corriente encontramos una concepción mucho más amplia y constructivista del mundo, éste se entiende como uno entre otros muchos: por lo que sí podemos decir que “existen otros mundos”.
Los sentidos serían un elemento constructivo y dotador de
sentido del entorno, esos sentidos que comúnmente conocemos como los cinco
sentidos si nos situamos dentro de las sociedades occidentales. Nos
relacionamos con nuestro mundo a través de los sentidos, éstos nos llevan a
comunicarnos con nuestro tiempo y espacio, nos pueden llevar al pasado en un
instante o trasladarnos a lugares lejanos con un solo aroma. En esta corriente
de estudio se habla de la importancia de la percepción sensorial como parte de
nuestro bagaje cultural: se trata de un elemento constituyente y constituido de
y por la cultura.
La percepción sensorial no es sólo física, sino también
cultural, lo que significa que los órganos como la vista, el oído, el tacto, el
gusto y el olfato no son sólo medios que captan los fenómenos físicos sino
también vías de transmisión de valores
culturales, a través de los modos de comunicación sensorial como son el
habla, la escritura, la música, las artes visuales,… así como la gama de
valores e ideas que pueden transmitirse a través de los sentidos. De forma que
la percepción está condicionada por la cultura, existe una variación según la
cultura incluso en la enumeración de los sentidos: en la historia occidental
encontramos la confusión del gusto y el tacto con un solo sentido, así como la
enumeración de más de cinco sentidos, en culturas no occidentales se pueden
encontrar variaciones parecidas en la enumeración de los sentidos. Por ejemplo
entre los hausas de Nigeria, descritos por Ian Ritchie, se reconocen dos
sentidos generales: la percepción visual y la no visual.
Cada sentido puede aparecer vinculado a distintas
asociaciones y puede concedérsele más valor a unos que a otros, por ejemplo en
la sociedad occidental el sentido más valorado es la vista; así como
determinadas sensaciones pueden relacionarse un valor simbólico diferente según
el contexto. No todas las culturas emplean los ámbitos sensoriales en la misma
medida, por ejemplo la cultura cristiana promueve mayor desprecio al cuerpo,
conceptualizando la experiencia de acercamiento a lo divino por determinados
símbolos sensoriales como el éxtasis. Tales diferencias básicas en las
divisiones de lo sensorial dan una idea de hasta qué punto la cultura influye
en la percepción.
La percepción sensorial pues se comprende como la base
misma de la experiencia corporal, ya que expresamos y captamos nuestro mundo a
través de los sentidos, por tanto la construcción cultural de la percepción
sensorial condiciona nuestra experiencia y comprensión de nuestros cuerpos y
del mundo en sí. El modelo sensorial adoptado por una sociedad revela sus
aspiraciones, sus preocupaciones, las divisiones, jerarquías e interrelaciones.
Los sentidos al compararse con ventanas no se refieren a la forma de percibir
los datos físicos, sino a la forma en que enmarcan la experiencia perceptiva
según normas socialmente prescritas. Desde la Antropología de los sentidos se
expresa una necesidad de los
antropólogos de abrir sus sentidos al
mundo, es decir, teniendo en cuenta nuestra proveniencia mayoritariamente
occidental desde la cual se enuncia una perspectiva clara respecto a la
“universalidad” perceptiva, es decir, los sentidos como un elemento objetivo y
naturalista que capta una “realidad” limpiamente, sin más interferencias que lo
puramente fisiológico.
No te pierdas la segunda parte de este artículo.
Bibliografía
CSORDAS,
Thomas. Embodiment and Experience: the existencial ground of culture and self.
Cambridge University,
Cambridge, 1994.
DESCARTES, René. Discurso del método; Meditaciones
metafísicas. Epasa-Calpe, Madrid, 1970.
LE BRÉTON, David. El sabor del mundo: una antropología
de los sentidos. Nueva Visión, Buenos Aires, 2007.
MERLEAU-PONTY, Maurice. Fenomenología de la
percepción. Península, Barcelona, 1994.
ROSALDO,
Michelle. “Toward an anthropology of the self and feelings” en Shweder,
Richard; y LeVine, Robert (eds), Culture theory. Essays on mind, self and
emotion, Cap. 5, Cambridge University Press. Cambridge, 1984.
Autora| María Bajo
Gutiérrez
Vía| Ver bibliografía
Imagen| María Bajo
Gutiérrez
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