Caballos de carreras en un paisaje de Edgar Degas

Analizamos la obra que la baronesa Thyssen quiere vender para obtener liquidez

“Carrera de Caballos en un Paisaje” de Degas (detalle)
Atención amantes del arte a los que les sobre una liquidez de la que la baronesa Thyssen carece, pueden llevarse a su casa un Degas, concretamente la obra “Caballos de carreras en un paisaje”, se trata de una pintura al pastel sobre papel, sus dimensiones son 47,9 por 62,9 cm. Y a pesar que el autor raramente fechaba sus obras, la que nos ocupa está fechada y firmada en su esquina inferior izquierda.

Carmen Thyssen sabe lo que hace cuando solicita por ella 27,9 millones de euros, en el año 2008, otra obra similar de Degas, titulada “Danseuseaurepas” fue subastada en Sothesby´s donde alcanzó la cifra de 35 millones de euros.

No creo que se sintiese decepcionado Edgar Degas con la venta de su obra, él mismo era coleccionista de obras de arte. En su colección contaba con obras desde el Greco hasta Gauguin, pasando por Daumier y grabados japoneses. A mediados de los años 90 del siglo XIX, precisaba siempre dinero con el que poder adquirir nuevas obras. Así se explica que “Caballos de carreras en un paisaje” fuese vendido por su marchante, Durand Ruel, nada más ser terminado, a la coleccionista norteamericana Louisine Havemeyer.

Degas es considerado uno de los padres del movimiento impresionista, a pesar que él no estaba de acuerdo con muchas de sus ideas, como la de pintar en el exterior (sus obras siempre muy meditadas eran pintadas en el estudio), o como la búsqueda de enfrentamiento social y de llamar la atención del resto de impresionistas. Políticamente, Degas, era bastante conservador y además se declaró antisemita, lo que le llevó a una vida bastante solitaria.

Fragmento de “Carrera de Caballos en un Paisaje” de Degas
Sin embargo, es indudable que su obra presenta muchas de las características impresionistas. Concretamente en “Carrera de caballos en un paisaje” observamos una composición diagonal, el tema es una carrera de caballos en un pasaje en el que, al fondo, vemos unas montañas teñidas por la luz rosada, la hierba sobre la que se asientan los caballos está trazada con ráfagas de verde, mientras las chaquetas de los jinetes destacan por su colorido sobre los tonos ocres de los animales.

Sólo unos meses antes, Degas había adquirido la obra “La luna y la Tierra” de Gauguin cuyo uso dramático de una brillante gama cromática puede haber influido en esta obra. Cuando la pintó Degastenía 60 años y se basa en otra pintura de la misma temática pintada por él 10 años antes, con lo que podemos explicar el pose de nostalgia que destila.  Podemos inscribirla, por otro lado, dentro de la tradición de obrasque representan carreras de caballos iniciada en el siglo XVIII y cuyos máximos representantes fueron Delacroix y Bonington.

Así que ya saben señoras y señores: la puja da comienzo…

Vía| Artelista

Comentarios