Florencia y Génova
decidieron poner fin a la guerra que libraban con una curiosa competición
En 1425, en pleno Renacimiento italiano, las
repúblicas de Florencia y Génova decidieron poner fin a la guerra que libraban
con una curiosa competición. Según
cuenta una leyenda, se decidió que el bando vencedor sería aquel cuyo condottiero, o jefe de las tropas,
tuviera el pene más largo.
Sin embargo, según la tradición, el pensador
florentino Poggio Bracciolini afirmó
que los vencedores serían los genoveses. Cuando le preguntaron por qué afirmó:
“Su miembro viril posee tal longitud que llega a cubrir enormes distancias.
¿Cómo se explica si no que, cuando pasan años a cientos de millas de su hogar,
encuentren a su retorno que son padres de varias criaturas?”
Los genoveses, ofendidos, reanudaron las hostilidades.
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