Roma puso especial
énfasis en el desarrollo de la arquitectura civil y quizás su mejor muestra
sean las casas de la gente pudiente
Recreación de una domus romana |
La tipología que se ha establecido para clasificar
las casas romanas las divide en:
- Insulae,
que son las edificaciones en las que vivían los ciudadanos con menos recursos,
una especie de edificios de apartamentos, a veces constituidos por una única
sala y que podían tenerse en propiedad o en alquiler. Ya Vitrubio
advertía que se empleaban los peores materiales en su construcción y que por
ello sufrían riesgos de derrumbes o de incendios.
- Domus,
que son las viviendas particulares de las familias más pudientes, en función de
la riqueza de la familia la casa será más o menos grande y compleja.
- Las villae
son las viviendas que las clases pudientes tienen en las zonas rurales.
En el artículo de la semana pasada veíamos el mosaico
de la Batalla de Issos que se encontró en la Domus del Fauno en
Pompeya, y es un asunto a tener en cuenta porque los romanos eran muy amantes
del arte, pero con un sentido práctico, lo utilizaban para decorar sus casas,
paredes, suelos, etc.
Por lo general, las domus solían tener solo una planta, cuando crecían lo hacían en
extensión no en altura, y cada habitación estaba destinada a un uso. Durante el
primer periodo republicano, previo a la expansión imperialista de Roma, el
acceso a la vivienda solía tener un espacio de recibimiento, desde el
que normalmente era posible ver el resto de la casa, se llamaba “fauces”.
Tras él se encontraría el atrium,
un patio porticado alrededor del cual, en un principio, se colocarían el resto
de habitaciones de la casa, permitiendo así que les accediera la luz y el
aire.Además, en el centro solía haber un pequeño estanque denominado impluvium que servía para recoger
el agua de la lluvia que resbalaba por los tejados inclinados y que se
comunicaba con una cisterna interior donde el agua se recogía .En una de las
paredes del atrium se solía colocar un lararium, un pequeño altar en el que se adoraba a los dioses familiares.
La cocina, o culicula, no tenía un espacio fijo, era una estancia pequeña que solía dar al atrio.
Las habitaciones personales eran las cubicula. El comedor, uno de los
espacios más lujosos de la casa porque se destinaba a la recepción de los invitados
se llamaba triclinium. Otra
sala fundamental era el tablinium,
una especie de despacho destinado al pater
familias.
Con el crecimiento del Imperio romano al lo largo del siglo II a.C. y la conquista de nuevos territorios los romanos fueron recibiendo
nuevas influencias, especialmente helenística y también se aumentó
la vida social y con ella la necesidad de demostrar el poderío personal. Así,
las familias más pudientes ampliaron sus casas, tras el atrium crearon
un patio porticado de mayor tamaño
denominado peristilo, las habitaciones que rodeaban el atrium fueron destinadas a los esclavos
que aumentaron también en número y los dueños de la domus pasaron a ocupar las estancias que rodeaban el peristilo.
También se crearon nuevas estancias, muchas veces a imitación
de las casas griegas, así podemos encontrar la exedra, una sala
destinada a recibir visitas, la bibliotheca
en la que se guardaban lo papiros y se trabajaba, los balnea salas destinadas al aseo familiar, a finales de la República
las domus podían tener incluso una
pequeñas termas particulares.
Autor| Ana Rebón Fernández
Vía| Ana Rebón Fernández
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