‘¿Cuándo
hemos ganado a México en la frontera? Se ríen de nosotros, de nuestra estupidez’
En la entrada
anterior introducíamos la problemática del tren “La Bestia”, sus
principales actores y elementos clave, finalizando con la obligada mención a la
construcción del “otro-migrante” como una amenza para “la nación” en
forma de metáforas marinas y bélicas. Pues bien, en esta entrada seguiremos el
hilo de esto último centrándonos en un tema de tremenda actualidad: Donald
Trump.
Desde el comienzo de la carrera hacia la presidencia el
magnate norteamericano -y actual presidente de los Estados Unidos- ha
protagonizado muchos titulares debido a sus afirmaciones: Desde declaraciones
en las que afirmaba que “no creía en el cambio climático”, sus
declaraciones sobre las mujeres, hasta sus declaraciones en temas de
inmigración donde señalaba que iba a construir “El Muro” y que México iba a
pagarlo. Una rápida revisión de los múltiples discursos y entrevistas que
Trump ha concedido durante toda la campaña presidencial revela un patrón constante que se puede
resumir en lo siguiente:
1) Presentar a los EE.UU. como un antiguo “ganador”,
(“El Ganador”) que ahora “es un perdedor”. 2)
Presentar a la “clase política” (en especial a Hillary Clinton)
estadounidense como una élite desconectada de la ciudadanía- Trump se
presentó como “el campeón del pueblo” (People's Champion), por oposición
a Clinton, apoyada por las élites establecidas, aprovechando así el creciente
descontento y las divisiones internas de la población estadounidense. De ahí
que, tras la victoria de Trump, se haya dicho que el magnate no sería
presidente si la competición hubiese sido entre él y Bernie Sanders. 3) Ofrecer
soluciones “fáciles” (comprehensibles), como construir un muro, a los
“problemas” de EE.UU. (que ahora es un “perdedor”) fijando “targets” (objetivos),
los inmigrantes, particularmente los migrantes latinoamericanos aunque también
los musulmanes. Y, finalmente, 4) combinar todo lo anterior generando un
“escenario imaginado” en el que EE.UU., el país ganador por excelencia,
lleno de gente trabajadora y competente, se ha visto degradado debido a
la administración negligente e incompetente de una clase política desconectada
del resto de la ciudadanía, que ha transformado el país en un lugar
desprotegido (“we have no protection”) en el que los migrantes traen
problemas y delincuencia mientras que los ciudadanos norteamericanos trabajan
cada día para “sacar el país adelante”. Pero, como se suele decir, “para
muestra un botón”:
“Nuestro país ya no tiene victorias, solíamos tener victorias, pero ya no las tenemos […] ¿Cuándo hemos ganado a México en la frontera? Se ríen de nosotros, de nuestra estupidez. Y ahora nos están ganando económicamente. No son nuestros amigos, creedme. Cuando México nos envía a su gente no nos envían a los mejores. Nos envían a personas que tienen muchos problemas y que traen esos problemas consigo. Traen drogas, crimen, son violadores... Y algunos, supongo que son buenas personas.” Donald Trump (ver enlaces abajo)
En otras palabras, Trump ha capitalizado el recurso de
“la amenaza a la nación” de la inmigración y ha sacado provecho al
nacionalismo estadounidense presentándose como un nuevo “elegido” que hará
florecer de nuevo al país parando la degeneración a la que se ha visto sometido
con medidas contundentes. Con un lenguaje fácilmente comprensible,
repetitivo y explícito Trump ha conseguido que, pese a ser multimillonario,
un importante sector de la población estadounidense (clase media y
media-baja también) se haya identificado con él. Eso sí, a costa de criminalizar
a determinados colectivos, especialmente vulnerables como son los migrantes
que llegan a EE.UU. a través de la frontera mexicana.
Con Trump ya en la Casa Blanca solo queda aprender la
lección, una lección que tal vez ya deberíamos haber aprendido, ya que el
magnate no ha sido el primero en capitalizar el recurso de “la amenaza a la
nación” de la inmigración y las promesas de volver a un pasado glorioso.
Desde una perspectiva analítica podemos enfocar la presidencia de Trump como un
síntoma de una patología social: Y es que, efectivamente, el panorama político
contemporáneo revela una evidente desconexión entre las clases políticas y
la ciudadanía, proporcionando el terreno ideal para el florecimiento de
oportunistas políticos de distinto tipo. Finalmente, otro elemento que le
presidencia de Trump revela es la necesidad de que la ciudadanía tenga
acceso a una “educación política” mediante la cual el pensamiento
crítico dificulte el florecimiento de líderes políticos que pongan en tela de
juicio el respeto a los Derechos Humanos.
Autora| Diana
Sonia Díaz-Valdés Teran
Imagen| Gage Skidmore - Flickr
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