Frank Lee Morris y los hermanos Anglin
excavaron un túnel en Alcatraz con tres cucharas soldadas a una moneda de 10
centavos. De ahí, a la libertad
Recreación del paso del tiempo sobre Frank Lee Morris y los hermanos Anglin |
Falló. La prisión más segura del mundo, la fortaleza infranqueable
levantada en medio de las aguas de la que, según se decía, nadie conseguía huir,
quedó a la vergüenza histórica.
Aunque durante muchos años, la fuga de Frank Lee Morris y de los hermanos Anglin fue, orgullo en mano,
puesta en duda una y otra vez, el paso del tiempo dejó sobre la mesa pruebas
más que suficientes que dieron la suposición por verdadera.
1962. En Alcatraz, un acordeón sonaba durante la hora de música. Bajo
sus notas, los tres presos disimularon durante meses el arañar de sus cucharas
contra el hormigón de la fortaleza, entonces ya malogrado por la humedad. De
este modo construyeron el túnel que
les llevaría hasta la libertad o, al menos, hasta la orilla de San Francisco.
Según hipótesis, de ese margen habrían salido en una balsa construida con impermeables
hasta la Bahía y, de allí, a alguna parte desconocida hasta hoy.
Cinematográfico hasta la médula también el señuelo que dejaron en sus camas para cubrir su ausencia el tiempo
necesario. Tres cabezas fabricadas con «jabón,
hojas de revistas y pelo que sacaron de la barbería» y que permitieron a Lee
Morris y a los Anglin perfilar su perfecto plan de libertad para dejar a La
Roca con las vergüenzas a simple vista.
La
física alimenta la leyenda
Como en todo, la moneda tiene un par de caras, en este caso, la vida y la muerte. Nadie asegura que
los fugados consiguiesen salvar la suya, pero es muy probable la certeza de
esta hipótesis. Más aún a raíz de las investigaciones llevadas a cabo por la
Universidad Técnica de Delft en 2014.
Entonces, y por casualidad, se recreó al milímetro una de las fugas más
famosas de la Historia. Los científicos estaban analizando el riesgo de
inundación que corrían las grandes industrias de la Bahía de San Francisco, y
se acordaron de Alcatraz. Con un simulador estudiaron las mareas y la fuerza de
las corrientes, llegando a la conclusión de que Lee Morris y los hermanos
Anglin salieron de La Roca no antes de
las once de la noche y tampoco después de las doce, que es el momento en el
que su desembarco coincide exactamente con el lugar en el que el FBI encontró
algunas de sus pertenencias, la Isla del Ángel.
Aunque en su día, Rolf Hut aseguró que su investigación «no prueba que
—este modelo de huída— sucediese realmente», sí contribuye a alimentar la
leyenda. Es posible que muriesen en el mar, pero también lo es que consiguiesen salir con vida de Alcatraz
y que, a día de hoy, sigan estirando los años en algún lugar del mundo. En este
último caso, rondando los 85 de edad.
Autora| Virginia
Mota San Máximo
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