El doctor Eduard Jenner mostró que
la inoculación de una variedad muy parecida a la viruela, presente en las
vacas, podría proteger contra la viruela
Ilustración de unos indígenas enfermos de viruela |
La viruela fue una de las grandes enfermedades a las que se tuvieron que enfrentar tanto
los nativos como los colonizadores en el Nuevo Mundo tras su conquista.
En el año 1796, el doctor inglés
Eduard Jenner, llevó a cabo un gran
descubrimiento, en el que mostraba que la inoculación de una variedad muy
parecida a la viruela, que está presente en las vacas, podría proteger
contra la devastadora enfermedad. El descubrimiento de Jenner fue clave para
realizar un programa de vacunación
especialmente crucial, ya que no había ningún tratamiento efectivo para la
viruela.
Ilustración de indígenas afectados por la viruela. Códice Florentino. Biblioteca Medicea Laurenciana. Florencia. |
En el Imperio Español, los médicos tuvieron la idea de llevar al Nuevo
Mundo pacientes españoles, principalmente niños cargados con la infección, para
posteriormente vacunar a nativos y españoles que no habían padecido la
enfermedad. La iglesia católica al principio se opuso, pues veía con malos ojos
que fueran niños quienes fueran los portadores de la viruela, pero tras una
entrevista entre el monarca español y el Papa, al final llegaron a un acuerdo y
se pudo llevar a buen puerto el proyecto.
Fue una importante empresa que
quedaría grabada en los libros de Historia de la Humanidad. Sin embargo, el nombre
de ‘vacuna’ no comenzó a utilizarse hasta que, en 1881, Louis Pasteur realizó un experimento con una vacuna en carneros y
vacas y acuñó el nombre en memoria del investigador inglés, Jenner.
Autor|
Antonio
Pascual García
Imagen|
Wikipedia
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