El
de Córdoba fue un ‘un genocidio sin precedentes en nuestra historia’ que se
llevó por delante a 4.000 personas en la capital y a más de 11.500 en los
aledaños rurales
La masacre que sangró Córdoba en la Guerra Civil española no es muy conocida |
En cada uno de ellos,
como en el resto de la Península y como ocurre en todas las células de la
Historia, los pareceres se dividieron: el 19 de julio de 1936, 48 municipios eran para los nacionales —«15
en la Sierra y 33 en la Campiña»— y el resto para la república. De los
primeros, tres áreas de excepción derivadas del titubeo de la Guardia Civil
ante las órdenes dadas desde Madrid, de la proximidad de Jaén, anarquista, o de
la lealtad al gobierno legítimo. Estas fueron Bujalance, Cañete y Valenzuela,
«feudo de la CNT»; Nueva Carteya; y Santaella, Montalbán y La Victoria.
Con nocturnidad
También es costumbre en
todos los conflictos bélicos que sea la personificación de los ideales
políticos del bando sublevado la que dirija el funcionamiento de la guerra. En
este caso, fue «un genocidio sin
precedentes en nuestra historia lo que arrasó con toda una generación
moderna y progresista». Son palabras de Francisco Moreno Gómez, el hombre que
más sabe del tema.
De hecho, la represión
cordobesa se llevó por delante a 4.000
personas en la capital y a más de 11.500 en los aledaños rurales. Un lance
común, lamentablemente. El propio historiador asegura que no fueron pocas las
jornadas en las que el bando sublevado terminó con la vida de hasta 100
personas. Todo de noche, a partir de las 3, y hasta que se veía más allá que el
despuntar del alba.
Moreno Gómez señala que
el detonante del olvidado genocidio cordobés fue la «violencia provocativa y
programada por parte de la extrema
derecha». Para argumentar sus palabras atiende a unas declaraciones de
quien por aquel entonces era el embajador norteamericano en España, Claude G.
Bowers.
El diplomático explica
en Misión en España. En el umbral de la
Segunda Guerra Mundial, 1933-1939, que no vio, además de en Elche, desorden
y rebelión alguna, tal y como se aseguraba desde la prensa «antidemocrática» o,
lo que es lo mismo, antirrepublicana.
Muy al contrario, G. Bowers escribe que «los pueblos estaban en calma y las
gentes benévolas».
¿Entonces? Parece que
solo era cosa de hacer una montaña de un grano de arena con vistas a justificar
el futuro golpe de estado y a demonizar la República. Son varios los estudiosos
que aseguran que en Córdoba —y en no pocas provincias más— existía el empeño de
la derecha por provocar a la izquierda.
Al final, este
empecinamiento llevó a miles de cordobeses hasta una fosa común en el
cementerio de La Salud y San Rafael, de los que aún hay 1.689 sin identificar.
Bibliografía
Moreno Gómez, Francisco. 1936: el genocidio franquista en Córdoba. Barcelona, Crítica, 2008
Autora| Virginia
Mota San Máximo
Vía| Ver bibliografía
Imagen| Masacre
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