Los romanos ricos reflejaban el lujo
en sus mansiones con obras de arte incluso en los elaborados suelos de mosaico
como este de la Casa del Fauno de Pompeya
Imagen de ‘Batalla de Issos’
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Los romanos en cuanto a cuestiones artísticas heredaron lo que más les gustaba de las
tierras que iban conquistando, pero sus orígenes son fundamentalmente griegos, una de las técnicas que
heredaron de estos fueron los mosaicos.
Presentes en casi todas las grandes villas romanas han llegado hasta nuestros
días ejemplos magníficos. Uno de ellos, solo parcialmente dañado es la “Batalla
de Issos”, actualmente en el Museo de Nápoles, fue hallado en La Casa del Fauno de Pompeya.
En
este ejemplo podemos ver como utilizaban las pequeñas piedras, llamadas teselas, para realizar dibujos
realmente elaborados, aquí tenemos el enfrentamiento entre el ejército de Alejandro Magno y el del rey persa Darío,
aunque el paisaje de fondo se reduce a un árbol de ramas truncadas tanto los
cuerpos de los combatientes y los caballos con diferentes escorzos como las
lanzas nos aportan una clara sensación de perspectiva, volumen y sobre todo de
un gran dinamismo.
El
artista utilizaba teselas muy pequeñas
de distintos materiales y colores que combinaba a modo de puzzle hasta conseguir
la imagen que deseaba, este en concreto es especialmente detallado ya que debía
de estar hecho para una familia pudiente y lleva
más de un millón y medio de teselas en unos 272 cm × 513 cm.
En este caso se supone que el mosaico es una copia de una pintura griega atribuida a
veces a Apeles o a Filoxeno de Eritrea y que representa la batalla de Issos y que tuvo lugar en el 333 a.C. Podemos identificar
a los personajes principales con claridad, Alejandro
con la cabeza descubierta y un peto en el que se ve la imagen de la Medusa, porta una lanza en la mano y se
dirige hacia los persas en disposición de ataque sobre su caballo Bucéfalo, mientras Darío está subido en su carro de guerra viendo como su ejército
entras en pánico y tratando de huir de la batalla.
Este
mosaico está datado hacia el s.III a.C.
y fue descubierto el 24 de octubre de
1831, y posteriormente se trasladó a Nápoles donde se puede observar apoyado
sobre un muro no a modo de suelo como era su función original.
Autor| Ana
Rebón Fernández
Vía| Ana Rebón Fernández
Imagen| Wikipedia
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