Con
esta copla burlona resumían los españoles la historia de la caída del I Duque
de Lerma, acusado de reiteradas mordidas a las arcas públicas y la venta de
cargos
Francisco
de Sandoval y Rojas se educó en la corte,
junto a los hijos de Felipe II, como compañero de juegos y, mientras tanto,
se ganaba los afectos del príncipe Felipe, que aspiraba al trono tras la muerte
de su hermano Carlos, como recuerda Lhermite -profesor de francés del príncipe-
en sus memorias. Contó incluso la anécdota de que el príncipe, entristecido por
no poder cumplir la promesa de ir a cabalgar que le había dado a su maestro de
francés, fue agasajado por Francisco con una montura para poder llevar a cabo
su promesa, aún cuando la situación de Francisco de Sandoval no era
precisamente holgada. Sospechando de las aspiraciones de Francisco de Sandoval,
el rey Felipe II decide nombrarle virrey
de Valencia, habiendo sopesado antes mandarlo como virrey de Perú, para
poner tierra de por medio entre el príncipe y él, y dejándolo en una suerte de
destierro que le privaba del contacto directo con la corte.
Sin
embargo, sólo permanecería en el cargo durante dos años, de 1595 a 1597 y,
gracias al afecto que consiguió granjearse de Felipe III, de quien su padre
decía que tenía poco interés en los asuntos del estado, fue nombrado por éste Duque de Lerma. Teniendo en cuenta la falta
de interés del nuevo monarca, Felipe III, la ambición del Duque de Lerma y el
afecto que los unía, no es sorprendente que el monarca hiciera de él su valido.
Francisco de Sandoval y Rojas |
Con
un rey decidido a relegar sus obligaciones y un valido deseoso de recibirlas,
pronto se produjo un traspaso de poder
que a nadie pasaba desapercibido. El Duque de Lerma aprovechó entonces su
posición para poner los cargos del reino al servicio de familiares y
aristócratas afines a él. Así, convenció
al monarca para que trasladara la corte a Valladolid, donde previamente se
había hecho con terrenos y palacios que el monarca compró para situar la corte,
elevando estratosféricamente el patrimonio tanto del valido como de los cargos
familiares a su servicio. Seis años después, Francisco de Sandoval repite la
operación a la inversa y sugiere al monarca retornar la corte a Madrid, donde
de nuevo le vendió los terrenos y palacios que previamente habían comprado.
En
un momento en que España se encontraba en serios problemas económicos y
habiendo decretado una suspensión de pagos en el año 1607, la reina Margarita cansada ya de ver cómo el rey sucumbía a las
ambiciones del Duque de Lerma y su poder desmedido decidió aunar en su bando a
aquellos nobles que fueron perjudicados por el valido de Felipe III. De esta
forma, comenzó una investigación que
destapó la trama de corrupción en que se hallaba sumida la organización de
Francisco de Sandoval, siendo
ajusticiado por esta causa su mano derecha, Rodrigo Calderón de Aranda en
la Plaza Mayor de Madrid en el año 1621.
Pero
el Duque de Lerma no estaba dispuesto a sufrir el mismo fin que su segundo y,
con la pasividad del rey Felipe III, solicitó
a Roma el capelo cardenalicio para poder beneficiarse de la inmunidad legal
que éste profería y, de hecho, lo consiguió, siendo persuadido en el año 1618
por el rey para retirarse de la vida pública.
Replegado
en Valladolid, sufrió el embargo de sus bienes con la llegada al trono de
Felipe IV y quedó privado de todo desplazamiento que no fuera de sus posesiones
de Valladolid a las de Burgos.
Autora| Maya Jiménez Vado
Vía| ABC
Imágenes| Wikipedia
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