El descubrimiento de Göbekli Tepe, el santuario más antiguo que conocemos (I)

El arqueólogo Klaus Schmidt, en 1994, halló en Turquía unas construcciones neolíticas que podrían formar parte del conjunto religioso más antiguo conocido hasta el momento

Fotografía de Göbekli Tepe
Un antiguo informe de un arqueólogo de la Universidad de Chicago, elaborado en la década de 1960, describía un montículo con restos arqueológicos situado en los alrededores de una aldea cercana a Sanliurfa, en la región turca de la Anatolia Suroriental. El lugar, para este investigador, no tenía mucho interés arqueológico ya que sólo detectó la presencia de algún cementerio medieval y varios artefactos de sílex. Sin embargo, este informe no bastaría para que el arqueólogo alemán Klaus Schmidt sospechara que allí podría haber algo más.

En octubre del año 1994, Schmidt y su equipo iniciaron una misión para reconocer toda esta zona del sur de Turquía. En un principio, no detectaron nada que les pudiera interesar pero, finalmente, a unos 14 kilómetros de la ciudad de Sanliurfa, localizaron un montículo conocido por los autóctonos como Göbekli Tepe, la “colina panzuda”.

Fotografía del arqueólogo alemán Klaus Schmidt
El sagaz Schmidt pronto se percató de que esa colina no era natural, sino que se trataba del resultado del trabajo antrópico. De hecho, su parte superficial contenía bastantes elementos pétreos manufacturados por los humanos, como artefactos de piedra caliza o de sílex, cuyo volumen iba aumentando conforme más se acercaban al montículo.

No obstante, la sorpresa fue mayúscula cuando el equipo de arqueólogos tropezó con fragmentos de grandes bloques de piedra tallados y, sobre todo, cuando hallaron evidencias de que allí se había producido una actividad escultórica. Los planes de visitar, ese otoño, otros yacimientos neolíticos pronto se disiparon y el grupo decidió estudiar con más detenimiento aquel hallazgo magnánimo. ¿Cómo era posible que este sitio tan especial hubiera pasado desapercibido durante tanto tiempo?

Círculos de Göbekli Tepe

El proceso de excavación

Al año siguiente, se iniciaron los trabajos de excavación en el montículo y, como cabía esperar, pronto empezaron a salir a la luz los bloques de unas magníficas construcciones megalíticas. Se trataba de multitud de pilares de piedra caliza, en forma de T, que constituían unos veinte círculos que presentaban ciertas características humanas y, además, incluían una decoración a base de relieves, algunos de gran calidad, con formas zoomorfas.

Posteriormente, los análisis demostraron que el conjunto megalítico tenía una gran antigüedad y que se podía situar cronológicamente entre el 9000 y el 7500 a. C., esto es, en pleno Neolítico.

Recreación de los círculos de Göbekli Tepe

Los círculos megalíticos

Conforme la excavación avanzaba, Schmidt se percató de que el conjunto estaba formado por diferentes estructuras sucesivas, que se levantaban una encima de la otra. A pesar de que, por el momento, no fue posible establecer una secuencia cronológica definida, estaba claro que existió una fase de construcción más antigua en la que los pilares eran de mayores dimensiones, más elaborados y más ricos en relieves.

En esta secuencia, los monolitos de mayor tamaño y longevidad estaban situados en el centro del conjunto arquitectónico, mientras que los más pequeños y recientes, anclados al suelo con menor habilidad, se situaban más hacia los extremos.

Los mayores, tallados de una sola pieza, debieron tener una altura de unos cinco metros y medio y pudieron pesar hasta cuarenta toneladas. Los menores tenían relieves de menor calidad que los grandes y estaban rodeados de muros rectangulares.

Las investigaciones apuntan a que la actividad en Göbekli Tepe pudo cesar por completo en torno al 7500 a. C., aproximadamente. Pero ¿cómo se han interpretado estas estructuras? Lo veremos en la próxima entrada.

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