¡Qué Arte, Trump!

Desde antiguo el arte ha servido como medio para remover conciencias, no iba a ser menos en la sociedad estadounidense actual, en un panorama, cuanto menos, cómico

Trump como Elvis, lleno de poder
Desde Australia, al otro lado del charco, con Illma Gore, con Nir Hord desde Israel, y otros artistas contemporáneos de distintos puntos del planeta, asistimos a un fenómeno de caracterización de un personaje público a modo de sátira o queja.

A principios de la década actual, con el nacimiento de la popularidad del empresario, político y actual candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Trump, empezaron a alumbrar las primeras obras que intentaban ridiculizar al candidato republicano, en un principio, ya que posteriormente los artistas han negado ello, y se han posicionado del lado en el que intentan hacer un paralelismo entre su popularidad como personaje público, su dinero y poder en el ámbito de los concursos de belleza.

Movimiento pictórico que hemos visto en siglos anteriores, siguiendo temáticas muy parecidas. Y es que, desde el nacimiento del expresionismo en Alemania a principios del siglo XX, hemos asistido a una expansión clara de este en todo el ámbito relacionado con la cultura. Incidiendo en el significado de la composición, dando mayor relevancia al dibujo y a la forma, fue heredero claro del idealismo postromántico que defendió Arnold Böcklin. Así, dos movimientos como El Puente (Die Brücke) y El Jinete Azul (Der Blaue Reiter) dotaron de base a este expresionismo y, dos décadas en adelante, darían fundamentos al movimiento Nueva Objetividad (Neue Sachlichkeit), con un marcado componente social y reivindicativo, justo lo que observamos en las composiciones de Illma Gore y Nir Hord. Saltando en el tiempo, Andy Warhol, Peter Paul y Sarah Palin, han sido autores que han representado a candidatos a la presidencia estadounidense.

Entre las obras más famosas encontramos la conocida como ‘Make America Great Again’ donde se retrata a Donald Trump desnudo posando. Atacada por uno de los partidarios de Trump mientras caminaba por la calle, pinto la obra mencionada, argumentando que solo pretendía mover al espectador desde el ámbito político a lo sexual.

Por otro lado, antes de acceder a la carrera por la presidencia, estuvo en el punto de mira de artistas como el israelí y Eric Yahnker, quienes pensaron en la figura controvertida de Trump como alguien que abusaba de su poder. Así, Eric Yahnker se permitió la licencia de compararlo a la figura de Sméagol, por esa cualidad de la ceguera a la hora de apoyar al candidato. Otros como William Powhida, Jim Torok y Akira Horikawa han captado la esencia de ese poder trumpista, y lo han inclinado al lado de la sexualidad y lo abstracto.

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