Algunos expertos aseguraban que las
inscripciones fueron talladas o incisas hace unos 14.000 años
En marzo de 1924, entre Lyon y el balneario de Vichy, Emile Fradin se encontraba arando sus tierras cuando tropezó con
unas molestas piedras. Al notar que una pesaba mucho menos de lo normal, la
limpió y, para su sorpresa, descubrió que tenía grabados unos extraños signos.
Emile Fradin delante de algunas de las tablillas |
El médico del balneario, al enterarse, se puso en contacto con el
descubridor del singular hallazgo y juntos se
dispusieron a buscar más tablillas. La búsqueda fue todo un éxito y
aparecieron más piedras talladas, que fueron enviadas a un prestigioso museo de
París.
Tuvo que pasar varios años para que el
director del museo se dignara a visitar el peculiar yacimiento, en Glozel.
Supuestamente, en un ataque de vanidad, el director del museo propuso al médico
un pacto, quitar el nombre del agricultor y poner el suyo como descubridor de
las tablillas. El médico se negó y, a partir de ahí, comenzó un conflicto. El
director realizó varios informes en los que aseguraba que las tablillas eran
falsas.
Algunas de las tablillas de Glozel |
Sin embargo, algunos expertos aseguraban que las inscripciones fueron talladas o incisas hace unos 14.000 años, lo que
de ser cierto pondría en entredicho el inicio de la Historia en Sumeria o
Egipto, con un inicio más longevo de la escritura.
Autor| Antonio Pascual
García
Imagen| Portada,
Wikipedia,
Tejiendo
el Mundo
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