Martin Luther King fue un pastor bautista y un
reconocido defensor de los derechos civiles
Martin Luther King fue un pastor bautista y un reconocido
defensor de los derechos civiles, que luchó para conseguir la igualdad racial. Para
su causa, aprovechó los disturbios
producidos tras la detención de Rosa Parks, cuando esta se negó a
levantarse del asiento en un autobús para que se sentara un hombre de raza
blanca. Esta circunstancia desencadenó una fuerte conmoción entre los
ciudadanos negros y los pacifistas blancos quienes, además, estaban en contra
de la guerra de Vietnam.
Martin supo muy bien aprovechar estos hechos para el
beneficio de su justa empresa. Convocó exitosas concentraciones y sufrió varios
atentados que casi acabaron con la vida del defensor de los Derechos Humanos.
Como suele siempre ocurrir, intentaron
desacreditarlo utilizando un sin fin de maniobras, pues sus reivindicaciones
y su postura negativa hacia la Guerra de Vietnam le estaban creando poderosos
enemigos.
Al poco tiempo, consiguió
el Premio Nobel de la Paz y su voz retumbó a lo largo y ancho de todo el
mundo. Sus impetuosos discursos fueron escuchados por una masa humana que no
paraba de crecer. Al final de las manifestaciones, las cargas policiales trataban
de dispersar a la multitud, pero fueron incapaces de callar la voz del orador.
Kennedy, que se estaba preparando para candidato a la presidencia
de la Casa Blanca, empezó a tener contactos con el pastor. Desde la sombra esto
no gustó y tuvo sus consecuencias. Martin
Luther King recibió un disparo en el cuello mientras se encontraba en el balcón
de un hotel, en Memphis, donde había ido a encabezar una gran marcha. Un
asesino, o mejor dicho un sicario, acabó con el sueño del pastor.
Desgraciadamente, aunque la figura de Martin Luther King se convirtió
en un icono, su obra no sirvió para frenar la intolerancia. En la actualidad, la segregación racial continúa azotando la
América más profunda. La población negra, en muchas zonas del sur, prosigue
inmersa en un círculo vicioso que no le permite progresar y esta circunstancia
se convierte en su mayor enemigo, ya que si no tienen acceso a una educación
digna y a alimentos de calidad, en algunos casos, son arrastrados a delinquir. La desgracia ajena en favor del
bienestar de otros.
Autor| Antonio Pascual
García
Imagen| Martin
Luther King
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