Aproximación a la fría estética del Pop Art

La frialdad del Pop a través de Andy Warhol

Imagen representativa del Pop Art
El pop art surge a mediados del siglo XX en Estados Unidos como reacción a las imágenes que resultan producto de la industria cultural. Este arte irá manipulando todas aquellas imágenes que, a pesar de no tener nada que ver con el arte tradicional, constituyen a menudo referencias culturales, públicas y de uso social.

El público suele buscar en sus imágenes la cercanía que éstas parecen mostrar, ignorando en ocasiones, la verdadera intención del pop. A diferencia de esta cercanía aparentemente reconocible a través de sus iconos, el pop utiliza un lenguaje irónico, crítico y reflexivo que dista mucho de la mera réplica.

Imagen publicitaria de la película Niágara (1953)
La dimensión conceptual de su propuesta reflexiona sobre todas aquellas imágenes que forman parte de la cultura visual y sobre el propio individuo que las contempla como miembro de esa misma cultura que las produce.  En este sentido podemos hablar de su fría estética. La cualidad de su estética consiste en dar que pensar y no en ofrecer un objeto bello. Cuestiona objetos e imágenes, elementos de la experiencia compartida, con el fin e interés de conocer los verdaderos valores que existen detrás de todos ellos, su tejido cultural y, por tanto, social. Un claro ejemplo de la manipulación de objetos e imágenes cotidianas puede observarse en la obra de Andy Warhol, probablemente una de las de mayor trascendencia.

El estadounidense Andy Warhol, una de las figuras clave del Pop, dedicó numerosas obras a la célebre Marilyn Monroe en la década de los sesenta a raíz de su fallecimiento nunca aclarado. La primera impresión al contemplar las imágenes de la actriz es propia de la apariencia del pop, grandes formatos, colores industriales y superficies brillantes que rozan lo kitsch, creando un gran impacto y efecto visual.

Gold Marilyn Monroe, Andy Warhol
Sin embargo, hay algo más. Todas las imágenes de Marilyn proceden de una sola, el fragmento de un fotograma del filme Niágara. No es un retrato de la actriz, sino una de las imágenes elaboradas por la industria cultural. El autor se limita a ampliar la foto, transferirla a la seda serigráfica y reproducirla.

Warhol une a su imagen varios conceptos, el culto a una imagen pública y la propensión fetiche, fruto de la experiencia fragmentada de la sociedad que los otorga. Asimismo, sugiere una reflexión importante sobre la relación entre el mito social y la muerte; donde el personaje mitificado desaparece y sólo queda de él el recuerdo del mito, no la memoria del individuo. Con ello, el autor determina la relación entre la identidad pública, la propia noticia, y la privada, la víctima. El resultado final es el contraste entre la frialdad de la imagen y su dramático contenido.

Imágenes| Pop, Marilyn, Flickr

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