Conocida como la fiesta andaluza por antonomasia, la semana santa ha vivido un proceso de revitalización en los últimos años
Imagen de una procesión de semana santa en Málaga |
Conocida
como la fiesta andaluza por antonomasia, la semana santa ha vivido un proceso
de revitalización en los últimos años. Pero detrás de sus elementos más
visibles existe un entramado de relaciones sociales
y culturales.
La revitalización de la
fiesta
Aunque
las actividades de la Semana Santa en Andalucía ya eran bastante ricas, en los
últimos años se constata el hecho de la revitalización de las mismas. Algunos de los factores que influyen en ello,
según el profesor Rafael Briones de la Ugr, serían:
- La revalorización de las tradiciones de cada pueblo, ciudad o grupo social. Después de la
urbanización e industrialización se aprecia un cierto desprecio por lo rural.
En la actualidad se observa un cierto agotamiento por la ciudad
(la modernidad), lo que supone una vuelta a lo más tradicional, asociado a lo rural.
(la modernidad), lo que supone una vuelta a lo más tradicional, asociado a lo rural.
- El desarrollo de la dimensión festiva y participativa de la sociedad, frente a la
pasividad del consumismo.
- La revalorización
de lo popular: es decir, todo aquello que identifique al pueblo.
- El turismo: han existido análisis que defendían
este factor como el único responsable de la revitalización de la fiesta. Aunque
es importante, sería erróneo afirmar que es el único factor.
- El mimetismo: en muchos pueblos y ciudades la semana
santa ha resurgido por imitación de otros.
Un hecho pluridimensional y complejo
Aunque
la parte más visible de la Semana Santa andaluza navega, lógicamente, por la
dimensión de la religión y,en
concreto, del cristianismo, hay que tener presente que está en otras muchas dimensiones, pocas veces bien
identificadas: lo tradicional histórico, lo teatral, lo lúdico, lo simbólico
poético, lo estético, lo emocional, etc. Éste último aspecto muy significativo:
al observar una procesión de semana santa y dialogar con sus actores nos
daríamos cuenta que la semana santa es, sobre todo, emoción. Todas estas dimensiones estarían conectadas de alguna
manera unas con otras, lo que hace de la Semana Santa un hecho no tan simple
como pretenden algunos estudios.
Mecanismos rituales y asociativos
Si consideramos
psicosociológicamente el fenómeno de la semana santa, encontramos mecanismos rituales y asociativos que
originan una reactivación de la vida social y una catarsis del inconsciente colectivo.
El rito supone una espera de algo hecho,
estereotipado, que se repite cada año, donde las normas, objetos, procesos y
roles están fijados y predeterminados, y hay que seguir y obedecer con
exactitud. Un elemento central del ritual social global de la semana santa sería
la procesión. Se habla también de
mecanismos asociativos de la Semana Santa andaluza, en este caso hacemos
referencia a las cofradías, cuyos
miembros son especialistas del ritual y por tanto de lo sagrado.
¿Qué funciones tendría la Semana Santa?
Las
funciones más importantes de la fiesta serían la función social y la función
simbólica. Social en relación a la pertenencia
a un grupo y la participación en
el ritual, lo que sería un mecanismo que favorecería la integración social. Para las personas en situación marginal esto
tendría especial importancia. Al integrarse un miembro en un grupo y llevar en
él una vida social se otorga identidad.
Otras
veces el ritual sería también objeto de rivalidades entre los grupos,
ofreciendo momentos que dan ocasión para la competitividad. También se darían
otros fenómenos incluso de naturaleza política, aunque disfrazados dentro de lo
simbólico-religioso.
La función simbólica hace referencia a lo
que representa el ritual: un signo de miseria, muerte, violencia, desorden y
caos. Los individuos se proyectan en ello, contemplando e identificándose con
su propia existencia. A toda esta tragedia a través del ritual, los individuos
le dan salida con la grandeza, el triunfo, la vida, la paz y la reconciliación.
En la función social de la semana santa también
habría espacio para la manipulación: determinadas personas o grupos que
intentan meterse en la semana santa a través de las cofradías y que solo
pretenden poder económico, de prestigio o de clase tan sólo para sus propios
intereses; según el profesor Briones esto sería un “secuestro del ritual”, que vicia la verdadera esencia de la semana
santa:la creatividad, el carácter popular
y no elitista de esta fiesta y sobre todo el ejercicio de la vida social.
Autor|
Antonio Pérez Arroyo
Vía| Rafael Briones
Gómez
Imagen| Málaga
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