Herodoto afirmó que Babilonia «sobrepasaba en esplendor a cualquier ciudad del mundo conocido»
Recreación de la antigua ciudad de Babilonia |
Como sabemos, Babilonia fue una antigua ciudad de la Baja Mesopotamia que consiguió su
independencia después del período del renacimiento sumerio, aunque su existencia
se remonta a más allá de Sargón de Akkad.
Tras haber presenciando, durante mucho tiempo, las luchas
entre los estados regionales de Isín, Larsa y Ešnunna, Babilonia se fue convirtiendo en una importante potencia regional.
Primero sustituyó la preponderancia de Akkad
o Kish y después se convirtió en la capital de un vasto imperio bajo el mandato de Hammurabi, en el siglo XVIII a.
C.
A partir de entonces, Babilonia se convirtió en un gran
centro político, religioso, cultural y mercantil. También fue el lugar donde, según la
tradición, se levantó la legendaria
Torre de Babel y donde se construyeron sus
famosos Jardines, considerados como una de las Siete Maravillas del Mundo
antiguo.
Con todo, la ciudad babilónica fue muy conocida en toda la Antigüedad.
Cuando Herodoto, el historiador y
geógrafo griego, la visitó en torno al año 450 a. C., tras haber sido
conquistada por los persas, afirmó que
«sobrepasaba en esplendor a cualquier ciudad del mundo conocido». Su
afirmación se pudo producir después de haber presenciado los inmensos y
decorados templos y palacios de la capital, así como el gran zigurat de
ladrillo que, según la tradición, pudo ser la supuesta Torre de Babel
mencionada en la Biblia.
Como sabemos en la actualidad, Babilonia
está situada en el actual Iraq, a unos 88 kilómetros al sur de la ciudad de
Bagdad. Entre los años 1899 y 1913, Babilonia fue excavada y reconstruida por
el arqueólogo alemán Robert Koldewey
y su equipo. Su trabajo sacó a la luz a la Babilonia, tal y como fue en sus
años finales, de los tiempos del reinado de Nabucodonosor II. Sin embargo, hubo
otros investigadores antes que Koldewey que visitaron y se interesaron por esta
antigua ciudad. Tal fue el caso de Claudius James Rich.
Rich era natural de Dijon,
Burgundy, donde nació en el año 1787, aunque realmente fue educado en Bristol. Desde
muy pequeño, demostró un gran interés por las lenguas y, de hecho, empezó a
estudiar árabe cuando sólo tenía nueve años de edad.
Es posible que este
gusto por los idiomas favoreciera que la
Compañía de las Indias Orientales lo destinara a Egipto cuando llegó a
cadete, en el año 1803. Sin embargo, en el viaje de ida hacia su primer destino
sufrió un naufragio. Este hecho propició que Rich pasara un tiempo en Malta y,
más tarde, otro en Italia.
Posteriormente, fue
enviado a lugares como Constantinopla y Esmirna, y viajó extensamente por toda Asia
Menor hasta que, definitivamente, se trasladó a Egipto.
Lo curioso es que Rich
conocía tanto la lengua y las costumbres árabes que, sin ser identificado, se hizo pasar por mameluco y viajó por todo
Egipto, Siria y Palestina, consiguiendo incluso entrar en la Gran Mezquita
de Damasco.
Poco después, en 1807,
fue destinado a Bombay pero la Compañía decidió definitivamente que sus
excepcionales habilidades podían ser mejor aprovechadas en la zona de Asia
Menor, por lo que fue destinado a Bagdad
y allí fue acreditado como administrador.
Su trabajo,
afortunadamente para nosotros, no le quitó tanto tiempo como para no poder
dedicarse también a sus estudios. En
1811, hizo un viaje a las ruinas de Babilonia, las exploró y proyectó un estudio geográfico y estadístico de la antigua
ciudad. Las memorias de este trabajo
aparecieron, en primer lugar, en la publicación vienesa Fundgruben des Orients y, algo más tarde, en Inglaterra con el
título de Narrative of a Journey to the
Site of Babylon in 1811. Estos primeros trabajos sobre Babilonia pudieron
ser esenciales para despertar el interés
por los estudios arqueológicos de esta antigua ciudad y todo su contexto
histórico.
Pero no todo quedó ahí.
En el año 1820, Rich proyectó una
expedición de mayor importancia a través del Kurdistán, pasando por Nínive,
Shiraz y Persépolis, y concluyendo su periplo en la ciudad de Bagdad tras
descender por el río Tigris. Sin embargo, se declaró un brote de cólera en
Shiraz y Rich fue contagiado mientras prestaba su valiosa ayuda. Por esa fecha,
falleció a causa de esta terrible enfermedad.
Tras su muerte, los libros
y manuscritos de Rich, al igual que un gran número de las valiosas antigüedades
que adquirió en vida, fueron vendidos al
Museo Británico, donde se conservan.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
Vía| CERAM, C. W. El
mundo de la arqueología. Ed. Destino, Barcelona, 1969
Imagen| Babilonia
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