Nitocris: la primera reina de Egipto y la historia de una traición

Nitocris, la primera reina-faraón, vengó la traición de su hermano Menreses II y, posteriormente, se suicidó

Nitocris, la primera reina de Egipto
En el Antiguo Egipto, y en los más de 3000 años de gobierno faraónico, sólo cinco mujeres consiguieron alcanzar el poder absoluto bajo el título de reina-faraón. De todas ellas, la más conocida y destacada sin duda es Hatshepsut, sin embargo, no fue la primera de todas ellas. La reina-faraón a la que se le atribuye ese mérito es Nitocris. Hija de Pepi II, quien fue sucedido por su hijo Merenra II, llegó al trono tras su hermano, que fue asesinado, con la motivación de llevar a cabo su venganza contra aquellos que orquestaron la muerte del antiguo faraón.

Dependiendo de las fuentes, consideran que su reinado duró doce años, según Manetón, encargado de llevar a cabo una crónica de la historia de Egipto; seis, para el griego Eratóstenes; o tan sólo dos años un mes y un día si consultamos los anales ramésidas.

El historiador Manetón, que mantiene que su reinado duró doce años, cree que cerró la VI Dinastía. Dice de ella que "era más valiente que todos los hombres de su tiempo, y era la más bella de todas las mujeres"; tenía el físico de una rubia de mejillas sonrosadas.” A ella le atribuye también la finalización de la construcción de la última pirámide de Guiza, aunque esto ha quedado desmentido por los historiadores.

Tras un próspero reinado y teniendo siempre en mente la traición sufrida por su hermano, la reina decidió vengar por fin su muerte congregando a todos los que tuvieron algo que ver en la conspiración, conduciéndolos hacia una gran sala subterránea que mandó construir bajo la premisa de inaugurarla para, en realidad, hacer entrar en ella la corriente del Nilo ahogando, así, a los presentes. Tras acabar con la vida de todos ellos, la reina se arrojó a una sala llena de brasas, tal como cuenta Heródoto: 
“La mujer que fue reina tenía por nombre el de Nitocris, como la babilonia. Los sacerdotes contaron que para vengar a su hermano – que era el rey de Egipto, y que los egipcios mataron y le arrebataron la realeza -, hizo morir a gran cantidad de egipcios. Habiéndose hecho construir una sala subterránea muy espaciosa, y, diciendo que deseaba inaugurarla, pero, en su pensamiento, ella maquinaba otra cosa: dio un gran banquete al que invitó a todos los egipcios que sabía eran culpables de muerte; y, mientras festejaban, lanzó sobre ellos el agua de la corriente [del Nilo] a lo largo de un largo conducto secreto.
Nada más que esto se cuenta de ella, excepto que, cuando hubo sido llevado a cabo, se arrojó a una habitación llena de brasas ardientes, para escapar de ese modo a la venganza. 
Tras la muerte de la reina-faraón, surgió una leyenda entre los habitantes de Guiza que aseguraba que la reina habitaba en la más pequeña de las tres pirámides y que se aparecía a mediodía o al anochecer, completamente desnuda, para enamorar a los hombres que se acercaban y, después, matarlos. 

Vía| Noblecourt Desroches, C. La mujer en tiempos de los faraones, Ed. Complutense, Madrid, 1999
Imagen| Nitocris

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